Acciones correctivas ambientales y sanitarias
Enviado por Moises Fabian Rojas Chinchay • 4 de Noviembre de 2022 • Apuntes • 1.321 Palabras (6 Páginas) • 75 Visitas
6.0. Acciones correctivas ambientales y sanitarias
6.1. Falta de responsabilidad de Doe Run hacia la Oroya
Un tribunal del estado de Missouri podría ordenar a la corporación Renco, accionista mayoritaria de Doe Run Perú, indemnizar a 107 niños de La Oroya afectados por sus operaciones mineras (1997-2010). Según la abogada de la ONG CooperAcción, Emma Gómez, las denuncias interpuestas por ciudadanos de La Oroya fueron acogidas por el juzgado vigésimo segundo de la ciudad de St. Louis, en el Estado de Missouri, que está acreditado para esta problemática. Emma Gómez señaló que, si se presenta la demanda contra Doe Run Perú, la corte estadounidense no aceptará la demanda porque no tiene jurisdicción y le pedirá a la corte peruana que conozca el caso. Las personas que son denunciadas en este caso, además de tener que pagar una indemnización, pueden estar sujetas a multas bastante elevadas. Cabe resaltar que un grupo de abogados estadounidenses estuvo en la Oroya para revisar e informar si es que se han tomado algunas medidas tras las denuncias impuestas por los ciudadanos, además de recoger nuevos casos en contra de Doe Run por temas de contaminación.
Doe Run, a través de un comunicado publicado en varios medios, pide al Estado peruano que se responsabilice de las reclamaciones de terceros y que indemnice los perjuicios de las operaciones causadas por el complejo metalúrgico.
6.2. Medidas que debió tomar el Estado junto a Doe Run
Durante décadas, la población de La Oroya ha enfrentado altos niveles de contaminación del aire debido a las emisiones tóxicas del complejo, que incluyen plomo, cadmio, arsénico y dióxido de azufre. A mediados de la década de 2000, la ciudad se clasificó entre las 10 ciudades más contaminadas del mundo. Doe Run Perú comenzó a operar en el complejo luego de su privatización en 1997. Ni la empresa ni el Estado peruano han cumplido con sus obligaciones para evitar que afecte el medio ambiente y viole los derechos de los ciudadanos de La Oroya. Previamente, diversas organizaciones, entre ellas la Asociación Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente (AIDA), habían solicitado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tener salvaguardas para los ciudadanos de La Oroya, quienes corren un gran riesgo de su salud. Debido a los altos niveles de contaminación. El 31 de agosto de 2007 la CIDH ordenó al Estado adoptar medidas para proteger la salud, la integridad y la vida de un grupo de habitantes de la Oroya.
Las medidas cautelares obligan al Estado peruano a otorgar un diagnóstico médico específico a los beneficiarios, así como un tratamiento médico específico y adecuado a las personas que, con motivo del diagnóstico, se encuentren en riesgo de sufrir un daño irreparable a su integridad personal o a su vida.
6.3. Afectados de la Oroya no son atendidos
Al caminar por La Oroya, es inevitable sentir cierto estado de alerta al respirar. Es considerada una de las ciudades más contaminadas del planeta, donde algunos de sus habitantes tienen niveles de plomo 50 veces superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por supuesto, la OMS actualmente considera que la presencia de plomo en el cuerpo, independientemente de la cantidad, no es saludable. Si bien las emisiones han disminuido junto con la paralización de gran parte de las operaciones del complejo metalúrgico, todavía hay contaminación, pero no todos denuncian este hecho. Liliana Carhuaz, una de las 65 personas que se atrevieron a acusar al Estado peruano de no velar por la salud de los habitantes de La Oroya, dijo que desde que supo que sus problemas de salud estaban relacionados con la contaminación generada por las actividades metalúrgicas, se sumó a otros. Quienes habían tenido problemas similares, pero de inmediato fueron hostigados y amenazados por los trabajadores del complejo, quienes sintieron que la denuncia afectaba directamente su trabajo. “Yo tomo consciencia de la contaminación en el año 1998. Me di cuenta de que todos los problemas respiratorios que yo tenía, o que mi familia tenía, eran consecuencia del dióxido de azufre que botaba el complejo”, cuenta Liliana, quien ya no oculta su identidad al momento de tocar este tema. También tenemos la declaración de Pablo Fabián, otro afectado por la contaminación de la Oroya, quien afirma lo siguiente: “Yo por ejemplo tengo dolor en la rodilla, en los brazos, tengo sordera. Tengo tos, asma. Mis tres hijos tienen problemas en el pulmón, principalmente por el material particulado que han respirado”
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