Anemia Ferropenica
Enviado por Nayulina • 27 de Mayo de 2014 • 2.017 Palabras (9 Páginas) • 786 Visitas
1. GENERALIDADES
1.1Introducción:
El estado nutricional materno antes y durante la gestación, tiene un gran impacto en el desarrollo y los resultados materno-fetales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que 30,2 % de las mujeres en el mundo en edad fértil y 41,8 % de las gestantes son anémicas y que en los países en desarrollo la cifra de anemia materna alcanza el 52 %. Adicionalmente, la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (ENSIN 2010) mostró para Colombia que 17 % de las gestantes son anémicas.
El hierro es un nutriente esencial para los procesos metabólicos ya que es cofactor de los citocromos para la transferencia de electrones en la cadena respiratoria y de algunas enzimas que participan en el ciclo de Krebs. Además es importante en la actividad de enzimas antioxidantes como las catalasas y peroxidasas, también de las oxigenasas. Este micronutriente es un componente esencial de la hemoglobina encargada de transportar el oxígeno a los tejidos, de la mioglobina presente en las células musculares y de la ferritina, proteína encargada de su almacenamiento. Es necesario para la síntesis de neurotransmisores y en la mielinización del sistema nervioso.
Durante la gestación se necesitan aproximadamente 1 000 a 1 200 mg de hierro; de estos, 300 mg son transferidos al feto principalmente en el tercer trimestre, 50 mg a la placenta, 250 mg se pierden durante el parto y 450 mg, se necesitan para la expansión de la masa celular eritrocitaria materna. Además, se deben tener en cuenta las pérdidas de hierro basal que tiene la madre, las cuales alcanzan 240 mg aproximadamente. Cubrir esta importante demanda, implica que una mujer aumente la absorción promedio de hierro de 0,8 mg/día en el primer trimestre a 7,5 mg/día en el tercero, lo que se traduce en una necesidad de hierro dietético durante la gestación que varía entre 30 mg/día y 55 mg/día, según diferentes recomendaciones.
La anemia gestacional, la cual se diagnostica por una concentración de hemoglobina menor de 11 g/dL, tiene como consecuencias: la disminución en la capacidad de trabajo materno, un aumento en el riesgo de infecciones debido a una reducción en la actividad de los linfocitos y un incremento en el tiempo de recuperación de estas, especialmente cuando los valores de hemoglobina se encuentran por debajo de 8 g/dL. Adicionalmente, la anemia gestacional se ha asociado con un mayor riesgo de muerte materna por hemorragia durante el parto.1
1.2 Definición:
Se define anemia como “disminución de la masa de glóbulos rojos o de la concentración de hemoglobina por debajo del segundo desvío estándar respecto de la media para edad y sexo”.2
La anemia es un trastorno sanguíneo que implica la disminución de la concentración de hemoglobina a menos de 12 g/dL en la mujer y 13.5 g/dL en el hombre. Entre las causas más frecuentes de anemia está la deficiencia de ácido fólico, necesario para la maduración de los eritrocitos normales en la médula ósea, que da lugar a la anemia megaloblástica y a la deficiencia de hierro que, a su vez, origina anemia ferropénica; puede deberse a mala absorción en el tubo digestivo, hemorragias o incremento de las necesidades de consumo, como en la infancia o el embarazo.3
1.3 Fisiopatología:
La cantidad de hierro en el organismo refleja un balance entre las demandas fisiológicas y la cantidad ingerida. Hay determinados períodos de la vida en los que este balance es negativo y el organismo debe recurrir al hierro de depósito para poder mantener una eritropoyesis adecuada. Por lo tanto, durante dichas etapas una dieta con insuficiente cantidad o baja biodisponibilidad de hierro agrava el riesgo de desarrollar una anemia ferropénica. Estos períodos son fundamentalmente tres:
a) Primer año de vida:
Los requerimientos por crecimiento son máximos, mientras que la ingesta es relativamente pobre.
b) Adolescencia:
Varones: Los requerimientos por crecimiento vuelven a ser elevados (aunque no tanto como en el primer año de vida) y la dieta puede no aportar la cantidad necesaria de hierro
Mujeres: Al igual que los varones, presentan elevados requerimientos por crecimiento, pero además presentan pérdidas menstruales. Como agravante, la dieta, por motivos socioculturales, suele ser marcadamente deficiente en hierro.
c) Embarazo:
Los requerimientos son elevados, desde 1 mg/kg/día en los primeros meses a 6 mg/kg/día en el tercer trimestre.3
Con frecuencia se inicia el embarazo con bajas reservas de hierro debido a la pérdida de sangre por el flujo menstrual, aunado a una dieta deficiente en hierro y proteínas. Por esta razón la anemia más común es la ferropénica, mientras que la anemia megaloblástica por deficiencia de ácido fólico es menos frecuente.4
La Organización Mundial de la Salud considera que existe anemia clínica en el embarazo cuando los valores de hemoglobina son menores de 11 g/dL, que pueden clasificarse según el grado de severidad como: leve (10 a 10.9 g/dL), moderada (7-9.9 g/dL) y grave (menos de 7 g/dL). Entre el tercer y quinto mes de gestación, debido a la expansión del volumen sanguíneo, en aproximadamente 50%, y a la masa de los hematíes en 25%, la hemoglobina y el hematócrito comienzan a alterarse para las necesidades del útero y del feto en crecimiento. Del quinto al octavo mes disminuyen los valores de corte 11 g/dL y 32%, respectivamente, y se normalizan a las seis semanas posparto. Durante el embarazo, los requerimientos de hierro son de 4 mg al día y, a partir del quinto mes de gestación de 6.6-8.4 mg al día; en cambio, la ingestión de ácido fólico debe ser de 50 microgramos al día y, a partir del quinto mes, de 300 a 400 microgramos al día.5
1.4 Epidemiologia
La deficiencia de hierro en mujeres embarazadas es uno de los problemas nutricionales más comunes en el mundo, alcanzando 20% en países industrializados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 52% de las embarazadas en los países en desarrollo presentan anemia y que la mitad de ellas corresponde a carencias de hierro.6
Estudios en siete países latinoamericanos señalan que 39%de las embarazadas padece anemia y 48% de éstas, anemia por deficiencia de hierro.4 La anemia gestacional se ha asociado con aumento de la mortalidad materna, insuficiencia cardíaca, menor peso del niño al nacer, mayor riesgo de parto prematuro, menor tolerancia a las pérdidas de sangre durante el trabajo de parto y mayor tiempo de cicatrización de las heridas. 7
En México, la anemia es uno de los problemas hematológicos más frecuentes en las mujeres embarazadas y su prevalencia
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