BIOTIPOS FACIALES
Enviado por elianni.a • 30 de Enero de 2019 • Apuntes • 1.707 Palabras (7 Páginas) • 551 Visitas
Biotipos faciales.
La biodiversidad del ser humano implica que existan diferentes patrones raciales que conllevan implícitos rasgos característicos, digamos naturales, que hay que distinguir de los patológicos. Para efectuar la diferenciación debemos tratar los aspectos básicos de la conformación del cráneo, cara, arcadas y dientes.
En el perfil armónico de la figura 2-21 se parecía como la distancia del conducto auditivo al externo ocular estas en proporción áurica con la distancia desde el punto al vértice nasal; la primera distancia es 1,618 veces mayor que la segunda. En la proyección frontal, la situación de la boca está a una distancia mayor del plan submentoniano que de la base nasal; existe también aquí una proporción áurica. Puede, por tanto, aplicarse este criterio al análisis facial y dentario cuando se contempla la morfología desde esta perspectiva de equilibrio y armonía en las proporciones postuladas por filósofos y geómetras griegos.
Si bien estos conceptos no pueden ser aplicados estrictamente a todas las razas (debido a las características étnicas) nos sirven para dividir los patrones craneanos en tres grandes grupos geométricos:
Mesocefalico (mesoprosopo) – oval.
Dolicocefalico (leptoprosopo) – triangular.
Braquicefálico (euriprosopo) – cuadrado.
Exploración facial.
La exploración directa de la cara es un punto fundamental del diagnostico ortodóntoncico por la importancia que el aspecto de la cara tiene en el resultado final de la corrección; hay que reconocer la forma y proporciones faciales para caracterizarla y clasificarla adecuadamente. Por desgracia la incorporación de las técnicas cefalométricas ha inducido al clínico a despreciar muchos de los signos evidentes a la impresión visual y orientan con la máxima sencillez y eficacia a la corrección de la deformidad o al mantenimiento de las proporciones originales del paciente.
El análisis cefalométrico permite, indudablemente, incorporar datos inestructables a la inspección o percepción directa pero no soslaya la necesaria consideración en vivo de la cara y la proyección predictiva de lo que nos proponemos realizar. Hay que preguntar ante todo cómo es y qué proporciones tiene la cara pasando después, en una segunda fase, a extraer datos cefalométricos que cuantifiquen la anomalía o descubran aspectos que pudieran pasar desapercibidos al análisis visual.
Índices de valoración.
Dos índices han perdido vigencia por el uso de la cefalometría, pero tienen un valor orientativo al estudiar las proporciones de la cara.
Índice de Izard.
Relaciona la anchura máxima del arco cigomático con la anchura molar máxima: la distancia bimolar suele ser la mitad de la anchura cigomática.
Índice craneal.
Ha sido y es utilizado por los antropólogos que comparan el diámetro anteroposterior con el diámetro transversal máximo del cráneo; según las proporciones, distinguen el tipo braquicéfalo, tipo dolicocéfalo y tipo mesocéfalo o medio. La importancia ortodóntica del índice craneal es que ha servido de base para, extrapolando los términos, clasificar las caras en braquifaciales, dolicofaciales y mesofaciales; estas denominaciones están extendidas y sirven actualmente de referencia para clasificar el patrón morfológico craneofacial.
El cráneo no presenta un interés directo en el estudio de la ortodoncia, pero la determinación de su forma general es importante porque está relacionada con la forma de la cara.
Análisis frontal.
Las mediciones que valoran las dimensiones faciales en proyección frontal se han realizado clásicamente sobre fotografía del paciente.
Colocando un papel acetato sobre la foto se pueden marcar los límites de los tercios y medirlos, lo cual puede orientarnos hacia el biotipo del paciente. El concepto de equilibrio o armonía estética puede aplicarse al análisis facial y sirve como guía para explorar la morfología de la cara.
Al examinar la cara, sea directamente o bien en fotografía, podemos valorar cuatro parámetros, partiendo de una posición de máxima intercuspidación oclusal.
Índice facial.
Anchura de la cara. Se toma como referencia el plano superciliar, que se mide verticalmente hasta el punto gnation: la medición determina la altura de la cara. Se relaciona la altura con la anchura facial y el resultado ayuda a determinar el tipo de cara: ancha, media o larga.
Altura facial.
Se trazan tres perpendiculares al plano sagital medio, que son tangentes a estructuras bien visibles: las crestas superciliares, el punto subnasal y el gnation. La línea superciliar, subnasal y submentoniana dividen la cara en dos mitades: el área superior, o nasoorbitaria, y la inferior, o área oral. Ambas zonas deben tener idéntica altura para que el tercio medio e inferior de la cara estén debidamente proporcionados. Una desviación de la proporción establecida permite expresar si el tercio inferior facial es largo o corto con relación al resto de la cara.
Simetría vertical.
Se valora si la cara guarda una simetría vertical al comparar ciertas estructuras bilaterales simetricas: la hemifacies puede ser más larga o más corta en ciertas zonas.
Se emplean como referencias los mismos planos horizontales antes mencionados añadiendo el plano infraorbitario y el plano comisural, que une la comisura derecha e izquierda. El paralelismo o divergencia reciproca de estos cuatro planos faciales sirve para valorar la simetría vertical de ambas hemifacies y localizar el defecto.
Simetría transversal.
Tiene como objetivo comprobar si la mandíbula esta transversalmente centrada con respecto al resto de las estructuras faciales: valora si hay una desviación hacia la derecha o hacia la izquierda. Es conveniente marcar sobre la piel tres puntos: el punto interpupilar, el subnasal y pogonion.
Análisis de perfil.
La forma del perfil no es característica exclusiva de alguno de los biotipos básicos; el perfil recto, cóncavo o convexo pueden llegar a presentarse en cualquier biotipo, más sin embargo, el perfil recto suele presentarse en mayor frecuencia en el mesocéfalo, el convexo en el dolicocéfalo y cóncavo en el braquicéfalo.
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