CARACTERIZAR LA EDUCACIÓN COMO PROCESO FORMADOR

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UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

       DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

          MAESTRÍA EN EDUCACIÓN ABIERTA Y A DISTANCIA

CENTRO LOCAL GUÁRICO

Maestría en Ciencias de la Educación Mención Planificación de la Educación.

GRUPO I Ciencias de la Educación

CARACTERIZAR LA EDUCACIÓN COMO PROCESO FORMADOR:

El papel de la educación como hecho social formador

 Informe-Ensayo III- Unidad III

Facilitador:                                                                 Participante:

Prof.Yanina, Paredes                                                         Daniuska Gota C.                                                                                    

                                                                                           C. I.: 14.056.110

                                                                                  danyvalle08@Gmail.com        

Abril 16 de 2016

EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN COMO HECHO SOCIAL FORMADOR

Se han investigado, mediante varios autores (ej.: Miaralet y Valera) los ámbitos de la historia de la educación y se ha podido demostrar que la historia de la educación no es un subgénero de la historia política, económica o social de un país o una época, sino que es un elemento esencial de la formación de la sociedad,  y que ha demostrado, una doble dimensión de lo pedagógico y educativo: por un lado, formando elementos constitutivos de la sociedad y de la cultura; y por el otro, la práctica pedagógica o política educativa, muestra estrategias intrínsecas como elemento formador,  eso gracias a la acción de maestros que al cumplir con a cabalidad su papel formador se convierte todos los días en sujeto de cambio tanto en la escuela como en la sociedad. En palabras de Quiceno (2010):

“el maestro es un sujeto del saber, es decir, un sujeto que no sólo transmite contenidos y formas teóricas y está sujetado a una disciplina, arte o ciencia llamada pedagogía sino que hace, produce, afecta, actúa y que está sujetado a otra cosa que no es la pedagogía en su estado teórico sino a la pedagogía como práctica (p. 2).

De esta afirmación, se deduce el papel de la educación como un hecho social transformador, tanto de los sujetos que forman parte del proceso educativo (estudiantes y docentes), como de la sociedad en la cual está inmersa (instituciones educativas, políticas, económicas, entre otras).

EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN COMO FORMADORA.

Según Platón, la función de la educación en una sociedad justa es la de formar, principalmente, a los futuros gobernantes, educándolos en el amor a la verdad y al bien, así como en el dominio de las pasiones. Como formadora social la educación debe enseñar y formar integralmente al ser humano en un individuo educado, que significa conocedor de los saberes básicos y las normas morales y jurídicas que lo acompañarán durante toda su vida. La sociedad necesita que sus miembros estén ligados por ciertos lazos de homogeneidad para funcionar adecuadamente (Durkheim, 1991).

Tomando en cuenta las consideraciones anteriores, Bruner (1999, p. 31) plantea: “la educación es una importante encarnación de la forma de vida de una cultura, no simplemente una preparación para ella”. Estas palabras muestran esencialmente la función formadora de la educación, y esto lo demuestra al hacer resistencia a propuestas no concretas, a las cuales incomoda la reflexión en torno a los sujetos, las instituciones y los saberes. La función de la Educación como formadora se particulariza por concretarse en el proceso de enseñanza aprendizaje, procura la transformación consciente del sujeto en sus diferentes etapas de desarrollo, considerando que la misma, está condicionada por los diferentes procesos socioculturales que se forjan desde la concepción del ser humano.

La educación es la mejor herramienta para construir el futuro de la sociedad, es indispensable para identificar, perfilar y construir colectivamente los procesos formativos, que pretenden plantearse con carácter estratégico para el desarrollo de las comunidades; estableciendo de esta manera el progreso y los avances para el desarrollo de la población. Por consiguiente, se impone como protagonista de la transformación del contexto a nivel académico, social, cultural y político. Todo esto es, para confirmar que la educación tiene un papel formador en el fortalecimiento de valores, conocimientos, competencias genéricas y específicas.

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