CUALES SON LOS FACTORES DE ORGANIZACIÓN TERRITORIAL A ESCALA PLANETARIA Y LA DIVISION REGIONAL DEL MUNDO
Enviado por hachitko • 14 de Diciembre de 2015 • Biografía • 8.028 Palabras (33 Páginas) • 681 Visitas
C a p it u l o I
LOS FACTORES DE ORGANIZACIÓN TERRITORIAL A ESCALA PLANETARIA Y LA DIVISION REGIONAL DEL MUNDO
1. I n t r o d u c c ió n
El proceso del conocimiento humano está basado en ct empleo de abstracciones, entre las que la noción de «región» viene a ser una de las usadas tradiciunalmcnte con mayor frecuencia en geografía. Su consideración obligada en una obra que pretende analizar la organización y el dinamismo internos de espacios regionales a una escala determinada, se enfrenta a dos dificultades iniciales que es preciso mencionar. En primer lugar, una simple aproximación superficial a la literatura geográfica sobre el tema nos sitúa en presencia de un concepto complejo y frecuentemente ambiguo, empleado para describir realidades muy diversas y que, además, ha estado sometido a profundos cambios en relación con la evolución seguida por el pensamiento geográfico en su conjunto, que también ha hecho variar la metodología empicada en su análisis. Un segundo aspecto relacionado con el anterior es la peculiar valoración de los estudios regionales dentro de la disciplina y a lo largo del tiempo: si durante décadas constituyeron el eje central y la esencia misma de los estudios geográficos, hasta el punto de poderse hablar de una identificación entre ambos, en el ultimo cuarto de siglo han conocido un innegable retroceso, que en ocasiones se traduce en un rechazo explícito por parte de geógrafos insertos en las nuevas corrientes de renovación.teórica. La confusión que, aún hoy, se establece en ocasiones entre la «geografía regional» y la «geografía tradicional», que llega a desbordar el ámbito teórico incorporándose a las estrategias corporativas dentro de la comunidad científica, sigue suscitando posiciones encontradas. Por contra, y frente a la relativa crisis de las obras regionales en geografía, se ha producido en los últimos años una revitalización de su interés para el conjunto social y, consecuentemente, en la demanda de este tipo de obras, que ha pasado a ser cubierta en buena parte por otras ciencias sociales como la economía o la sociología, que han incorporado la dimensión espacial en época relativamente reciente. Fenómenos como la constitución del Estado de las Autonomías, la evolución hacia la «Europa de las regiones» o el impacto generado hoy por el desarrollo de organismos supranacionales como la Comunidad Económica Europea, plantean a la Geografía el reto de afrontar de forma nueva
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ESPACIOS Y SOCIEDADES
interrogantes que han. estado presentes durante buena parte de su evolución. En estas circunstancias, y antes de abordar el análisis de cada una de las entidades regionales definidas, parece necesario trazar una breve evolución de los estudios regionales en geografía —particularmente de los vinculados a la geografía universal— que justifique su situación presente, así como los criterios de delimitación y e! tratamiento adoptados en nuestro caso. Aplicando aquí las palabras de Harvey, «es claro que cualquier análisis es estéril a menos que tenga un objetivo. Éste puede no estar claramente explicitado, estar implícito y basta estar muy borroso. Pero sin una no* eióii de lo que estudiar, no puede haber geografía ni, por cierto, conocimiento alguno... Por lo tanto, no podemos proceder sin tener un objeto, y definirlo se traduce, aun transitoriamente, en adoptar una posición filosófica especifica con respecto a la propia geografía» (Harvey, D., 1983, 29; véase la cita bibliográfica completa al final del texto).
2. E v o l u c ió n d el c o n c e p t o y l o s e s t u d io s r e g io n a l e s e x G e o g r a f ía
a) La tradición corográfica anterior a nuestro siglo
Desde la Antigüedad, una parte importante de los estudios considerados geográficos se orientó a la descripción de lugares y países, próximos o remotos, dentro de una tradición secular que arraiga en !a concepción de la disciplina como «descripción de la Tierra». Este conjunto de relatos agrupados bajo el calificativo de corográficos se contrapone desde sus orígenes a la geografía matemático-astronómica, que considera la Tierra como un astro y se interesa sobre todo por establecer los principios generales que sirven como base al levantamiento cartográfico. La heterogeneidad de sus contenidos iniciales, en donde lo mítico y lo histórico se entremezclan con la descripción de las cos- ' tumbres, los rasgos étnicos, la organización política ó la localización de accidentes fisíográficos, se irá concretando con el paso del tiempo, en particular desde el Renacimiento, momento en que conoce también un fuerte auge en relación con los descubrimientos y exploraciones de nuevas tierras. De este modo, y una vez, más, las descripciones geográficas que salen a la luz narrando viajes o sintetizando las informaciones disponibles de mercaderes, militares y exploradores, muestran, más allá de su valor meramente informativo o de cualquier preocupación científica, un claro sentido utilitario en relación con los objetivos comerciales o de conquista de determinadas potencias europeas, lo que justifica al propio tiempo el interés que despiertan. El ámbito de análisis preferente en estas obras suele tomar como base las fronteras políticas, en particular desde el surgimiento de los Estados modernos, con lo que la geografía descriptiva se convierte progresivamente en una geografía de países, agrupados por lo común en continentes, característica que ha pervivido en lo esencial hasta la actualidad
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con escasas variaciones y que justifica la secular identificación —al menos hasta la aparición de la obra de Ratzel— entre los calificativos de descriptivo y político aplicados a los estudios geográficos (Méndez, R.-Molinero, F., 1984). Incluso aquellas obras que abarcan territorios más reducidos que el del Estado emplean con frecuencia criterios de identificación y diferenciación político-adminisLratívos (condados, ducados, obispalías...}, bien actuales o pasados, lo que introduce en nuestra disciplina el concepto de regiones históricas, en estrecha vinculación con el de regiones políticas. Se concibe asi la región como una construcción un el tiempo, enraizada en la conciencia colectiva, con lo que se apuntalan las tendencias historicistas en los estudios geográficos. En cualquier caso, es significativa la fidelidad de los geógrafos a los marcos territoriales establecidos con criterios ajenos, limitando su labor a describir aquellos elementos que los sigularizan, lo que pone de manifiesto la falta de concepciones alternativas en la definición de los «objetos geográficos». La aún hoy frecuente identificación popular de nuestra disciplina como una «guía» más o menos detallada sobre las características paisajísticas, económicas, demográficas, etc., de los países del mundo, parece hundir sus raíces en ese pasado remoto, y manifiesta las fuertes inercias que han atenazado su evolución teórica, plasmadas también en su decreciente valoración social. El primer avance significativo en la definición de región desde pers^ pectivas geográficas se producirá en la segunda mitad del siglo xix, coincidiendo con el desarrollo científico de la propia disciplina y su institu- cionalización académica (Capel, H., 1981, 83 y sigs.). La fuerte influencia de las ciencias naturales desde Humboldt, que apunta hacia una redefinición de la geografía como estudio de las intcrrelaciones hombre-medio, junto al deseo de afirmar el carácter científico y a la vez específico de los estudios geográficos, se plasman eri la búsqueda de criterios de regionalización diferentes á los históricos o a la artificialidad de los políticos, que presenten además un mayor valor didáctico. De esle modo, surge y se desarrolla la noción de región natural, en coherencia con la primacía que el determinismo ambiental imperante otorga al medio como factor de organización espacial y base explicativa, en último termino, de la Historia. Si en un primer momento las divisiones realizadas consideran tan sólo uno de los elementos de ésLe medio como clave diferenciadora (por ejemplo, las cuencas hidrográficas), el concepto irá adquiriendo progresivamente \ina mayor complejidad al incorporar nuevos componentes (biogeográfícos, geológicos, climáticos...), hasta permitir la identificación de espacios integrados en los que se supone que las condiciones ecológicas determinan las formas de vida y ocupación de los grupos humanos que los habitan. En palabras de Ratzel, «el territorio, siempre el mismo y siempre situado en el mismo lugar del espacio, sirve de soporte rígido a los humores, a las volubles aspiraciones de los hombres, y cuando se les ocurre olvidar este sustrato les hace sentir su autoridad y los recucr
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