CULTIVO DE MAIZ IN VITRO.

El maíz es un cultivo que requiere atención prioritaria por ser la base de la alimentación del mexicano y fuente para los sectores de la población de modestos recursos. En la actualidad México no es autosuficiente en la producción de este cereal ni siquiera para autoconsumo.

El proyecto de Cultivo “in vitro” de maíz haciendo uso de la Biotecnología se viene desarrollando en 4 facetas o subproyectos que son: (A). Cultivo de Tejidos Vegetales. Su potencial es muy amplio pudiéndose obtener plantas de maíz a partir de cualquiera de sus partes, ya que cada una tiene su utilidad todo depende del potencial genético y del objetivo de la investigación. Siembra de Meristemos  Obtención de plantas libres de virus: Siembra de Embriones Selección para resistencia a enfermedades, tolerancia a condiciones adversas, cuando el embrión ha sido dañado u es abortivo. Siembra de Partes Especializadas  Preservación de individuos valiosos. Siembra de Células  Mejoramiento - Clonación - Plantas haploides y por multiplicación cromosómica con colchicina líneas puras. (B). Utilización del método Densidad variable. Es urgente elevar la calidad y rendimiento del cultivo del maíz. La densidad específica del grano presenta correlación positiva con el peso del grano. Así como el peso del grano es directamente proporcional a la densidad, se aprovecha la metodología de selección por el método de densidad variable en apoyo al fitomejorador en su búsqueda de mayores rendimientos por hectárea. (C). Selección de genotipos de maíz tolerantes a sequía. La sequía es uno de los factores que mayormente limita la producción de maíz y ante la imposibilidad de controlar el ambiente, es urgente la selección de genotipos de maíz tolerantes a sequía y otras condiciones adversas como bajas temperaturas, salinidad, etc., y así favorecer la formación de materiales genéticamente superiores. (D). Selección de genotipos de maíz resistentes a Fusarium monoliforme. Dentro de los factores que provocan más pérdidas a la producción de maíz se consideran déficits hídricos o sequías prolongadas, heladas, plagas y enfermedades, pues debido a ello los rendimientos se ven mermados en gran parte. La proliferación de Fusarium es alarmante y los productos químicos de combate hacen incosteable la producción, por lo que se hace necesario seleccionar materiales genéticamente resistentes.

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