Calidad Del Agua
Enviado por juliana.lopez • 13 de Noviembre de 2012 • 1.831 Palabras (8 Páginas) • 309 Visitas
Agricultores, abran los ojos: no se dediquen apenas a la etapa POBRE del agronegocio
Polan Lacki
Durante años y décadas los productores rurales han asistido, con pasividad, fatalismo y hasta resignación, la reiteración de las siguientes distorsiones que ocurren en las cadenas agroalimentarias:
---suben los precios de los insumos agrícolas y, como consecuencia, los costos de producción de sus cultivos pero los precios que los agricultores reciben en la venta de sus cosechas no aumentan en la misma proporción; lo mismo ocurre en la producción ganadera
---cuando sus cosechas son abundantes bajan los precios que los agricultores reciben por sus productos, pero tal reducción no necesariamente determina una rebaja en los precios que los consumidores finales pagan en los supermercados
---los precios de los fertilizantes y pesticidas aumentan supuestamente porque subió el precio del petróleo y el valor del dólar, pero cuando estos dos últimos vuelven a sus niveles normales, los precios de dichos insumos agrícolas no disminuyen,
---bajan los precios que los intermediarios les pagan por el trigo, por la soja/soya, por la leche y por el ganado porcino vivo, pero ellos nunca ven que en los supermercados bajen los precios de la harina y del pan, del aceite y de la margarina, del queso y del yogurt o del jamón y de las salchichas. Alguien se está apropiando de estas ganancias y ese alguien nunca es el productor rural.
Como consecuencia de estas desfavorables relaciones de intercambio, los agricultores se ven obligados a entregar una creciente cantidad de sus cosechas para poder adquirir una misma cantidad de insumos y de servicios; porque el poder de compra de sus "commodities" es cada vez menor. Aqui reside una muy importante causa del empobrecimiento de los productores rurales que es necesario corregir y que, afortunadamente, ellos mismos pueden hacerlo.
Los agricultores están defendiéndose pero aún les falta hacer....... lo más importante
Para contrarrestar el deterioro de sus ingresos, provocado por esta expropiación de sus ganancias, los agricultores están aumentando la escala de producción, incrementando los rendimientos por unidad de tierra y de animal y reduciendo los costos por kilogramo producido; es decir, están adoptando medidas adecuadas que deberían incrementar sus ingresos. Sin embargo, el premio por esta mejora en la eficiencia, en vez de beneficiar a quienes realmente lo merecen ( los productores rurales), es absorbido por los crecientes eslabones de las cadenas agroalimentarias. Porque, desde que los insumos salen de las fábricas hasta que los alimentos llegan a las estanterías de los supermercados, existen cada vez más y más fabricantes de nuevos insumos, prestadores de nuevos servicios, intermediarios, procesadores de materias primas agrícolas, consultores de mercado y agentes de comercialización, empresas de publicidad, etc. Casi todos estos integrantes de las cadenas agroalimentarias, viven de las riquezas producidas por los agricultores. Como existen cada vez más eslabones "chupando" algo de la sangre del productor rural es evidente que este se vuelve económicamente cada vez más "anémico".
Desafortunadamente, esta creciente expropiación ya es tan familiar a los agricultores en sus relaciones de intercambio, que ellos creen que están condenados a convivir con ella y que no pueden hacer nada para eliminarla. Ni siquiera se dan cuenta de que es, exactamente, este proceso “expropiatorio” la principal causa de la falta de rentabilidad y del generalizado endeudamiento de los productores rurales. Ellos ya han caído en una especie de conformismo fatalista. Las pocas veces que protestan es para mendigar, sin éxito, que los comerciantes e industriales les ofrezcan mejores precios o para reivindicar, también sin éxito, que los gobiernos suavicen su empobrecimiento concediéndoles créditos subsidiados, refinanciando y finalmente condonando sus deudas.
¿Y por qué ocurre todo esto? Entre otras razones, porque los productores rurales se hacen cargo apenas de la etapa pobre y más riesgosa del agronegocio ( producción ) y delegan a terceros la etapa rica (procesamiento y comercialización). Es decir, "regalan" al sector agroindustrial, comercial y de servicios, la crema del agronegocio. Ellos lo hacen sin darse cuenta que, antes de la siembra, durante el ciclo productivo y después de la cosecha, existe una excesiva y creciente cantidad de instituciones y personas que les proporcionan servicios y productos, algunos necesarios y otros sencillamente prescindibles o reemplazables. Tampoco se dan cuenta que algunos de estos servicios y productos que son realmente necesarios, podrían ser producidos y/o ejecutados por ellos mismos, ya sea en forma individual o grupal. Sin embargo, los agricultores no lo hacen porque piensan que no son capaces de asumir como suya la ejecución de algunas de las actividades de la etapa rica del negocio agrícola. Si lo hiciesen se apropiarían de un porcentaje más elevado y más justo del precio final que los consumidores pagan por los alimentos.
Un eficiente productor de aves, cerdos y leche debe ser, en primerísimo lugar, un MUY eficiente productor (no comprador) de forrajes/alimentos para sus animales
El ejemplo más evidente, de esta excesiva dependencia que los agricultores tienen frente a los agroindustriales y comerciantes, es el caso de las raciones balanceadas. En la ganadería lechera, gran parte de dichas raciones podría ser suprimida si los ganaderos supiesen cómo cultivar pasturas de alto rendimiento, si supiesen "cosecharlas" racionalmente a través de un correcto pastoreo rotativo y si supiesen almacenar los excedentes para utilizarlos en los períodos de escasez. Muchos productores rurales además de dedicarse a la avicultura, a la porcicultura
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