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Cambios físicos Y Psicológicos De La Adolescencia

mastercat15 de Mayo de 2014

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Cambios físicos y psicológicos de la adolescencia

A) Cambios físicos en la pubertad.

Comienza con secreciones hormonales, que desencadenan un rápido crecimiento. Durante este proceso, se desarrollan los caracteres sexuales primarios y los secundarios. En ambos sexos aparece el vello pubiano y axilar. En las chicas se produce un aumento del tamaño de la cadera y los pechos, y a los chicos le aparece el vello facial y la voz grave.

La pubertad puede determinarse con señales objetivas: la aparición de la menstruación, la capacidad de eyaculación...

La fecha de la monarquía no sólo depende de factores madurativos. Se ha comprobado que se adelanta en las ciudades y en los países más cálidos, mientras que se retrasa en lo países fríos.

B) Cambios psicológicos.

La adolescencia es una fase de reafirmación del Yo, el individuo toma consciencia de sí mismo y adquiere mayor control emocional.

Se produce el deseo de querer alcanzar mayor independencia y libertad; el adolescente quiere más autonomía y busca nuevas experiencias, pierde la confianza básica en la familia y se siente extraño y angustiado con el mundo.

Esta situación hace que el adolescente tenga un comportamiento susceptible, arrogante y crítico. Reconoce la madurez de su pensamiento, sube su inteligencia práctica y creativa, es consciente de las consecuencias de sus actos y posee una sexualidad equiparable a la de los adultos.

Higiene íntima masculina y femenina

En el primer mundo, el concepto básico de higiene personal -aseo, limpieza y cuidado de nuestro cuerpo- ha visto ampliado, sensiblemente, su perímetro en las últimas décadas. La mayor interrelación de los individuos que integran nuestra sociedad, un mejor conocimiento de nuestro cuerpo y nuestro entorno, una mayor divulgación de medidas sanitarias preventivas y una valoración creciente de la estética y el culto al cuerpo han propiciado que se instauren nuevas rutinas higiénicas que inciden directamente en el bienestar y confort de las personas.

El aparato genital es un conjunto de órganos que, en el marco del cuerpo humano, alberga la función de reproducción, sintetiza las hormonas sexuales y permite la micción. La convivencia del sistema urinario y reproductor en esta pequeña porción de la anatomía corporal, así como los condicionantes que los convencionalismos sociales han impuesto a esta zona, hacen que tenga unas particularidades en cuanto a su cuidado e higiene que muchas personas no siempre saben afrontar de forma satisfactoria.

Aunque la educación higiénica y sexual es hoy día mucho más accesible y clara que tiempo atrás, aún hay muchas personas que no tienen acceso a ella y, por pudor o vergüenza, tampoco se atreven a recurrir abiertamente a un profesional sanitario en busca de consejo. El farmacéutico, con su proximidad y sensibilidad sanitaria, debe ser capaz de saltar esta barrera y ejercer un valiosísimo papel divulgador también en el campo de la higiene íntima.

GENERALIDADES DE LA ZONA GENITAL: SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS

La zona genital externa, tanto femenina como masculina, posee una ubicación, morfología y funcionalidad que hacen que requiera de una higiene y cuidados específicos. Sus estructuras, formas y características son diferentes de un sexo a otro, no obstante también presentan ciertos puntos de convergencia que hacen que en ciertas situaciones puedan requerir cuidados similares. De una forma general puede indicarse que la piel de la zona genital está más irrigada, más inervada, es sensiblemente más permeable y consiguientemente presenta una mayor reactividad frente a agentes irritantes que el resto de la piel del cuerpo, por lo cual tendrá una mayor susceptibilidad de sufrir irritaciones. Del mismo modo, y como consecuencia de las mismas características, tiene una recuperación rápida al cesar el contacto con el agente causal o al instaurar las medidas correctoras adecuadas.

ÁREA GENITAL FEMENINA

La parte externa del aparato genital femenino o vulva está formada por el pubis, los labios mayores, los labios menores o ninfas, el clítoris, el introito vaginal y el meato uretral. Estas estructuras están sometidas a la presencia de diversos fluidos susceptibles de contaminarse fácilmente, entre los que cabe destacar la menstruación. Durante este período se hace necesaria la utilización de compresas higiénicas o tampones, cuya frecuencia de cambio estará condicionada a la cantidad de flujo y día del ciclo en que se encuentre. Es en estos días cuando la mujer debe extremar las medidas higiénicas utilizando para ello productos suaves y respetuosos con el pH de la zona íntima. No se recomienda de ningún modo, a no ser que exista indicación médica para ello, la realización de duchas vaginales, ya que actúan eliminando sustancias y flora autóctona con acción protectora.

ÁREA GENITAL MASCULINA

El aparato genital externo masculino está integrado por el pene y el prepucio y es una de las partes más sensibles de la anatomía masculina. Se caracteriza, en varones incircuncisos, por presentar una secreción procedente del recambio celular del glande y porción interna del prepucio -denominada esmegma- acumulable en el espacio balano prepucial. Esta secreción que protege y lubrica el espacio prepucial requiere de una minuciosa higiene ya que además de presentar un fuerte olor característico puede ser el origen de irritaciones tanto del glande como del prepucio o de ambos.

PARTICULARIDADES DE LA HIGIENE ÍNTIMA

La limpieza de la piel de la vulva y del pene es más exigente que la de otras zonas corporales por diversas particularidades que se detallan a continuación.

PLIEGUES

Estas estructuras presentan un importante número de pliegues que favorecen la proliferación de microorganismos por la facilidad con la que pueden acumularse en ellos secreciones y restos de orina.

BIFUNCIONALIDAD DEL APARATO GENITAL

La convivencia en el aparato genital de una bifuncionalidad de procesos excretores y sexuales impone la necesidad de maximizar las medidas higiénicas en esta zona. En ambos sexos, las estructuras implicadas en la micción de la orina se ubican en la zona genital. En condiciones normales y aplicando una adecuada higiene tanto en el momento de la micción como en el aseo diario este proceso no debería ocasionar ninguna problemática significativa. Sin embargo, la pérdida involuntaria de orina, asociada al envejecimiento y a determinados factores que favorecen la incontinencia urinaria, puede dar origen a un problema higiénico-social. Su incidencia -mucho mayor entre las mujeres que entre los varones- está directamente relacionada con la propia anatomía del aparato urinario femenino, pero en su aparición desempeñan un papel importante los embarazos, los partos múltiples, la atrofia genital y del suelo pélvico por falta de estrógenos en la menopausia. En el varón, la incontinencia urinaria suele estar vinculada al aumento del tamaño de la próstata o a las intervenciones de hiperplasia prostática, por lo cual se suele manifestar en individuos de edad avanzada.

RELACIONES SEXUALES

Las relaciones sexuales comportan inevitablemente un incremento en el riesgo de infecciones tanto por el contacto físico como por el intercambio de fluidos entre la pareja. La naturaleza y fisiología de las estructuras implicadas están adaptadas en ambos sexos para minimizar dicho riesgo. La mujer posee unos mecanismos de defensa específicos: el flujo vaginal -secreción mucosa e inodora originada en las glándulas de Bartholin- que cumple funciones de autodepuración, humectación y lubricación. La acidez de este fluido permite mantener en equilibrio la flora vaginal, además de actuar como barrera frente a otros microorganismos patógenos externos que pretendan colonizar el área genital. El aparato genital del varón, a diferencia del femenino, no dispone de medidas similares ya que debido a sus características anatómicas no comparte la citada problemática.

Un aseo personal acorde a las características morfofisiológicas de cada parte es básico tanto por las condiciones higienicosanitarias del individuo como por el respeto de la pareja. La higiene íntima afecta a ambas partes de la pareja, puesto que si una de las partes tiene unos hábitos higiénicos inapropiados puede provocar la transmisión recíproca de patologías infecciosas.

LA CONVIVENCIA EN EL APARATO GENITAL DE UNA BIFUNCIONALIDAD DE PROCESOS EXCRETORES Y SEXUALES IMPONE LA NECESIDAD DE MAXIMIZAR LAS MEDIDAS HIGIÉNICAS EN ESTA ZONA

INDUMENTARIA

La ubicación de estas estructuras y las normas sociales de nuestro entorno hacen que las genitales sean zonas que sistemáticamente permanecen ocultas bajo la indumentaria. Esta situación, junto con la utilización de prendas de vestir en ocasiones o habitualmente ajustadas y no siempre fabricadas con tejidos naturales que faciliten la transpiración, propicia que en las zonas involucradas exista una semioclusión permanente, una mayor humedad y una temperatura que pueda facilitar el crecimiento bacteriano si las condiciones higiénicas son deficientes.

FRICCIÓN

Adicionalmente, el continuo contacto piel con piel de las estructuras que conforman los aparatos genitales externos, con el consiguiente coeficiente de fricción que ello puede implicar, más las exposiciones a traumas de tipo mecánico derivados de la propia función sexual o, en el caso de la mujer, a la utilización de compresas y tampones, hace necesaria la implantación de medidas higiénicas diarias que minimicen el riesgo de infecciones y/o molestias en la

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