Caso Disney Paris
Enviado por davidgonzales • 8 de Junio de 2015 • 1.213 Palabras (5 Páginas) • 636 Visitas
CASO DISNEY EN FRANCIA
Hasta 1992, la Walt Disney Company no había experimentado fracaso alguno en el negocio de
parques de diversión. Su primer parque Disneyland, se inauguró en 1995, en Anaheim, California.
Su canción característica, “It´s a Small World After All”, promovía “una visión idealizada de
América, sazonada con destellos tranquilizantes de culturas exóticas, todo ello programado para
promover sentimientos cordiales hasta la idea de vivir juntos como una familia feliz.
Había túneles oscuros y paseos vertiginosos, para asustar un poco a los niños, pero en ningún
momento con elementos de la vida real. Los personajes de Disney, que todos que todo conocían a
partir de las caricaturas y las historietas, se encontraban disponibles para conducir a los visitantes
hasta los relojes de Mickey Mouse y los discos de la pequeña Sirenita. El parque de Anaheim fue
un éxito inmediato.
En la década de los setenta, el triunfo se repitió en Florida y, en 1983, Disney demostraron que
también sentían cierta afinidad por Mickey Mouse, con la gloriosa apertura de Disneyland en
Tokio. Después de conquistar a los japoneses, los ejecutivos de Disney centraron, 1986, su
atención en Francia específicamente, en París, la autoproclamada capital de la cultura y estilos
europeos.
Cuando se escuchó el rumor sobre la intención de Disney de construir otro parque internacional
de diversiones, funcionarios de más de 200 ubicaciones en todo el mundo intentaron, no solo con
ruegos sino también con incentivos monetarios, atraer la magia de Disney a su ciudad natal. Pero
Paris fue el punto elegido debido a la demografía y los subsidios.
Alrededor de 17 millones de europeos viven a menos de dos horas de camino a París. Otros 310
millones pueden llegar por avión en un tiempo equivalente, o menos. Además, el gobierno francés
estaba tan contento con el proyecto Disney que ofreció a la empresa más de 1 billón de dólares
mediante varios incentivos, solo con la esperanza de crear 30 mil empleos franceses derivados del
proyecto.
Para afines de 1986, Disney se encontraba totalmente embebido en las negociaciones con el
gobierno francés. Para la exasperación del equipo de Disney, encabezado por Joe Shapiro, los
acuerdos tomaban más tiempo que el esperado. Jean Rene Bernard, el principal negociador
francés, expreso su sorpresa cuando el Sr. Shapiro, agotaba su paciencia, corrió hasta la puerta de
la sala de juntas y, con un gesto muy poco franceses, empezó a patearla una y otra vez, gritando
“¡Denme algo para romper!”.
Los intelectuales franceses también protestaron; un prominente intelectual llamó al proyecto “un
Chernobyl cultural”. El ministro de cultura anunció que boicotearía la inauguración, y proclamó
que Disneyworrld era un símbolo indeseable de los clichés americanos y de una sociedad de
consumo.
Disney siguió sus planes para la inauguración del parque en el verano de 1992, este tendría un
costo de 5 mil millones de dólares.
Poco después de la inauguración de EURO-DISNEYLAND, una serie de granjeros franceses manejó
sus tractores hasta el parque y obstruyo la entrada. Este acto de protesta, televisado a nivel global,
se dirigió no a Disney sino al gobierno de los Estados Unidos, el cual había exigido que hubiera un
corte en los susidios a la agricultura francesa. A pesar de ello, este acto de protesta
inevitablemente centró la atención mundial en el desafortunado matrimonio entre Disney y País.
Por otro lado la política de Disney en cuanto a no servir alcohol en el parque provocó una
desagradable sorpresa en un país en el que un vaso de vino con la comida es imprescindible.
Disney pensó que el lunes seria un día ligero u el viernes, un día pesado; de acuerdo con estas
suposiciones, distribuyó a su personal, pero la realidad fue justamente contraria. Otra sorpresa
desagradable fue el desastroso asunto del desayuno en el hotel.
“Nos informaron que los europeos “no desayunan”, por lo que redujimos el tamaño de lo9s
restaurantes”, recordó un ejecutivo de Disney. “¿Y adivinen qué?”. Todo el mudo se presentó a la
hora del desayuno.
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