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Cebrero Del Niño


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  7.131 Palabras (29 Páginas)  •  300 Visitas

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TIME: REPORTAJE ESPECIAL

Como se Desarrolla el Cerebro de un Niño,

Y lo que eso significa para las reformas de cuidado de niños y asistencia social.

REPORTAJE ESPECIAL

Mentes Fértiles

Desde el nacimiento, las células del cerebro de un bebé se proliferan violentamente, haciendo conexiones que podrían formar todo un curso de vida. Los primeros tres años son críticos…

Por: J. Madeleine Nash

Rat-a-tat-tat. Rat-a-tat-tat. Rat-a-tat-tat. Si los científicos pudieran escuchar secretamente al cerebro de un embrión humano de 10 a 12 semanas después de la concepción, escucharían un alboroto asombroso. Dentro del vientre, mucho tiempo antes que llegue la primera luz a la retina del ojo o las primeras imágenes de sueños en la corteza, las células de nervios en el cerebro en desarrollo crujen con actividad llena de propósitos. Como jóvenes con teléfonos, las células en una vecindad del cerebro están llamando a los amigos de la otra vecindad, y estas células están llamando a sus amigos, y ellas se siguen llamando de nuevo y de nuevo, ´casi como si estuvieran marcando números automáticamente, dice Carla Shatz neurobiólogo de la Universidad de Berkley en California.

Pero estas neuronas – como se les dice a estas largas células que parecen alambres que llevan mensajes eléctricos a través del sistema nervioso y el cerebro – no están transmitiendo señales en una forma dispersa. Eso produciría una estática sin rasgos característicos, el tipo de ruido que se escucha de una radio sintonizado entre dos emisoras. Al contrario, cada vez hay mas pruebas que las explosiones de electricidad que forman esos distinguidos sonidos de rat-a-tat-tat vienen de olas coordinadas de actividad neurológica, y que esas olas pulsantes, como corrientes que mueven la arena del suelo del océano, cambian la forma del cerebro, tallando circuitos mentales en diseños que con el tiempo dejarán que el recién nacido perciba la voz del padre, el sentido de la madre, un móvil brillante que gira encima de la cuna.

De todos los descubrimientos que se han encontrado en los laboratorios de neurociencia en los últimos años, el que la actividad eléctrica de las células del cerebro cambia la estructura física del cerebro es quizás el más grande. Por que la explosión rítmica de neuronas ya no es asumida como un producto secundario de la construcción del cerebro sino esencial en este proceso, y que empieza, según establecido por los científicos, antes del nacimiento. Un cerebro nos es una computadora. No, el cerebro empieza a trabajar mucho antes de estar acabado. Y los neurocientíficos están descubriendo que los mismos procesos que conectan el cerebro antes del nacimiento, guían también la explosión del aprendizaje que empieza inmediatamente después.

Al nacer, el cerebro de un bebe contiene 100 mil millones de neuronas, casi el mismo numero de células nerviosas que estrellas en el Vía Láctea. También se encuentran un trillón de células gliliales, que provienen de la palabra Griega glial que significa goma, que forman un tipo de panal que protege y nutre las neuronas. Pero a pesar de que el cerebro contiene casi todas las células nerviosas que tendrá para el resto de la vida, el estilo de conexión entre ellas aún tiene que estabilizarse. Hasta este punto, dice Shatz, ‘lo que el cerebro ha hecho es establecer los circuitos requeridos para la visión, el lenguaje, o lo que sea’. Y ahora depende de la actividad neural – ya no espontánea, sino dirigida por una multitud de experiencias sensoriales –tomar este plano y refinarlo progresivamente.

Durante los primeros años de vida, el cerebro pasa por una serie de cambios extraordinarios. Comenzando poco después del nacimiento, el cerebro de un bebé, en muestra de exuberancia biológica, produce trillones de conexiones entre neuronas adicionales a las que posiblemente podría usar. Después, a través de un proceso que se asemeja a la competencia de Darwin, el cerebro elimina conexiones, o sinapsis, que son raramente o nunca usadas. Las sinapsis que sobran en el cerebro de un niño pasan un descortezado draconiano, empezando alrededor de los diez años o antes, dejando como resultado un cerebro con marcos de referencia de emoción y únicos.

En ausencia de un ambiente estimulante, el cerebro de un niño sufre. Investigadores de la Facultad de Medicina de Baylor College, han descubierto que los niños que no juegan mucho o que no son lo suficiente estimulados desarrollan cerebros 20% o 30% más pequeños que el estándar normal para sus edades. Los animales de laboratorios muestran una situación similar. Según Investigadores en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, no solo las ratas criadas en jaulas con juguetes demuestran comportamiento más complicado que las ratas encerradas en cajas estériles, sino que también los cerebros de estas ratas contienen un 25% más de sinapsis por neurona. Experiencias enriquecidas, en otras palabras, producen cerebros enriquecidos.

Los nuevos descubrimientos del desarrollo del cerebro son más que solo ciencia interesante. Estos tienen implicaciones profundas para los padres y diseñadores de políticas. Cuando los padres están presionados por el tiempo – y a lo mejor ya se sienten culpables por las horas que pasan lejos de sus hijos – los resultados de los laboratorios aumentarán seguramente estas preocupaciones acerca de dejar los niños pequeños bajo el cuidado de extraños. La información acentúa la importancia de la crianza con contacto personal, de encontrar el tiempo para acurrucar un bebé, hablar con un niño pequeño y proporcionar a los niños experiencias estimulantes.

Esta nueva información ha empezado a suscitar una nueva pasión en los debates políticos sobre la educación temprana y cuidado infantil. Hay una necesidad urgente, en materia de desarrollo infantil, por programas preescolares diseñados para aumentar el poder del cerebro de los niños nacidos en hogares de zonas rurales y zonas pobres dentro de las ciudades. Sin tales programas, el plan actual de bajar los costos de ayuda social presionando a madres de niños pequeños a trabajar, puede resultar contraproducente. ‘Existe una escala de tiempo para el desarrollo del cerebro, en la cual el primer año es el más importante’, afirma Frank Newman, Presidente de la Comisión de Educación de los Estados. A los tres años, un niño que no ha sido atendido o ha sufrido abusos lleva marcas que, son permanentes o sumamente difíciles de borrar.

Pero los nuevos descubrimientos también nos dan esperanzas. Los científicos han descubierto que durante los primeros tres años de vida, el cerebro del niño es tan maleable que los niños más pequeños que sufren

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