Cervicalgia
Enviado por grupobkn • 27 de Mayo de 2012 • 1.787 Palabras (8 Páginas) • 367 Visitas
Cervicalgia
(reumatismo de partes blandas)
Consideraciones anatómicas
La constancia de las 7 vértebras cervicales de los mamíferos está conservada en los humanos, en quienes la primera y segunda vértebra están modificadas para permitir el movimiento óptimo de la cabeza. Las siguientes 5 forman un suave arco de convexidad anterior, aumentando levemente de tamaño en cada nivel. Aunque la cabeza descansa en el Atlas y se inclina y gira sobre las articulaciones occípito-atlas-odontoides, estas articulaciones son una causa relativamente poco frecuente de dolor cervical en la población general, en oposición a las alteraciones discales o a los traumatismos leves o moderados.
Hay varias características que son únicas de las vértebras cervicales, las que incluyen una apófisis espinosa bífida, el surco lateral para los nervios espinales, el foramen transverso para las arterias vertebrales, la deformación posterior del anillo fibroso que origina la lordosis y el desarrollo de las apófisis unciforme que forman las "articulaciones" de Luschka, que en realidad no tienen cartílago articular ni membrana sinovial.
A diferencia de la columna lumbar, en la columna cervical, las raíces de los nervios espinales se originan de la médula espinal a nivel de los cuerpos vertebrales y no de los discos intervertebrales. Las raíces nerviosas emergen más o menos a 0,5 cm bajo el nivel del disco intervertebral. Las raíces anteriores (motoras) están en el foramen protegidas por el apófisis unciforme. Las raíces posteriores (sensitivas), están adyacentes a las articulaciones facetarias. Alteraciones a estos niveles óseos derivados de fenómenos degenerativos, como son por ejemplo la presencia de osteofitos o el engrosamiento ligamentoso, pueden resultar en pinzamientos e irritación de ellas. La raíz nerviosa está firmemente anclada al foramen intervertebral por la dura y no se desliza de ella con los movimientos de la cabeza. Así, la dura se "arruga" en la extensión del cuello y se pone tenso en la flexión, traccionando el nervio y su irrigación. Como la raíz nerviosa ocupa alrededor de un quinto del foramen intervertebral, las cervicobraquialgias resultan más por irritación (mecánica, probablemente), inflamación o isquemia que por sólo compresión física. Al igual que en la ciática, en las cervicobraquialgias es necesario un conocimiento de la distribución sensitiva y motora para la correcta ubicación de la lesión (Figura 2).
Figura 2: Distribución de dermátomos en la extremidad superior
La estructura del cuello que más directamente recibe el peso de la cabeza, es el disco intervertebral. Las articulaciones apofisiarias y las neurocentrales limitan el movimiento para no dañar la médula espinal. El disco intervertebral tiene una inervación sensitiva que lo hace muy sensible al estiramiento, lo que se refleja por la presencia de dolor que no es neurálgico y se percibe localmente. Con los años, el núcleo pulposo se deshidrata y pierde volumen y consiguientemente, pierde altura; el anillo fibroso protruye en general respondiendo a la presión del peso de la cabeza. Después de los 40 años el núcleo pulposo está ya muy deshidratado y se hace menos probable su herniación. Estos son cambios fisiológicos. Sin embargo, al disminuir de altura el disco, las articulaciones pasan a soportar peso, función para la cual no están diseñadas por no tener una superficie adecuada y esto las lleva a sufrir algunos cambios derivados de tracciones e inflamación, con la producción de osteofitos, que disminuyen el espacio por donde pasan las raíces nerviosas y también la vascularización, favoreciendo la aparición de síntomas.
Las articulaciones apofisiarias son verdaderas articulaciones sinoviales ricamente inervadas, situadas en el borde lateral de las láminas entre la segunda cervical y la primera vértebra toráxica.
Las arterias vertebrales pasan junto a las articulaciones apofisiarias por delante de las raíces. Las fibras simpáticas preganglionares suben junto a las arterias vertebrales y hacen sinapsis en los ganglios estrellado, medio y cervical. Las postganglionares se distribuyen hacia las extremidades y hacia el cerebro y cerebelo.
Cuadro Clínico
Alrededor del 10% de la población adulta tiene en algún momento cervicalgia, que se asocia a tipos de trabajo o actividades deportivas. No es corriente que se pierdan días de trabajo por esta razón y sólo alrededor de 1% de los pacientes desarrolla manifestaciones neurológicas.
Con la edad, como hemos visto, aparecen cambios degenerativos en la columna cervical, lo que se observa en las radiografías de la mayoría de los adultos mayores de 30 años. Estos cambios degenerativos se llaman espondilosis y afectan todos los niveles siendo más marcados en los niveles bajos. Hay un continuum entre los hallazgos de un "envejecimiento" normal y una espondilosis patológica, sin embargo, no hay una buena correlación entre los hallazgos radiográficos y los síntomas, lo que significa que aparte de las alteraciones óseas, son necesarios otros factores para desencadenar la enfermedad.
Síntomas y signos asociados a espondilosis
Dolor.- Es el síntoma más frecuente y suele ser poco localizable en el cuello y hombros. Esto sucede especialmente cuando se origina en estructuras profundas, como ligamentos, tendones, discos o articulaciones. Característicamente, el dolor generado en la columna cervical se agrava o alivia con los movimientos. El dolor es habitualmente referido a la nuca, occipucio o parte superior de los hombros. El dolor temporal o retroorbital es referido de segmentos altos, C1-C3. El dolor también puede irradiarse a la región dorsal alta o interescapular. Los pacientes con lesiones de C6-C7 pueden presentar dolor toráxico anterior, simulando a veces un angor.
Rigidez.- Acompaña habitualmente el envejecimiento por espondilosis a distintos niveles. Es interesante señalar sin embargo, que las personas con cervicalgia sin limitación funcional a la movilidad, tienen una evolución más corta y una recuperación más rápida.
Sensibilidad
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