Comunicacion En Los Vegetales
Enviado por gosth0926 • 18 de Febrero de 2014 • 1.496 Palabras (6 Páginas) • 276 Visitas
¿Pueden las Plantas Comunicarse entre si?
En 2008, el director M. Night Shyamalan estrenaba la que esta considerada como una de sus peores películas, “The Happening”. En ella se narraba el ataque por parte de las plantas a los seres humanos lo que hacia que estos se suicidasen sin explicación aparente. Pero… ¿Puede esto suceder científicamente? ¿Pueden comunicarse las plantas y coordinar un ataque? Parece que si…
El pasado febrero de 2012, aparecía una noticia en algunos medios acerca de que los estudios llevados a cabo en la Universidad de Exeter (Reino Unido) habían demostrado como las planta son capaces de comunicarse con sus semejantes. En el momento en que uno de los experimentadores cortaba una hoja de una planta cultivada en un bancal, el vegetal emitía un gas especial con el objetivo de advertir a sus vecinos del peligro inminente, lo que hacia que la otras plantas comenzasen a liberar ciertas toxinas para repeler a los insectos dañinos.
Sin embargo, varios años antes existió un científico que ya había llegado a las mismas conclusiones y, la “primicia” de esta universidad inglesa no es tal. La historia de la que nos hacemos hoy eco desde MD, arranca hace varios años, en concreto, en 1985. En verano de aquel año, 4.000 kudús (antílopes de la sabana africana) aparecieron muertos en un rincón de la reserva de Kruger (Sudáfrica).
Los criadores no eran capaces de encontrar las causas de por que toda una población de estos animales habían muerto súbitamente en uno de los extremos de la reserva mientras que, al otro lado de las vallas, la población de Kudús en libertad tenían un aspecto totalmente saludable. Desconcertados, los directores de esta famosa reserva de caza, pidieron ayuda al zoólogo de la Universidad de Pretoria, el profesor Wouter Van Hoven.
Van Hoven practico minuciosas autopsias a un grupo de aquellos Kudús y tras el análisis, el zoólogo observo lesiones sistemáticas en el hígado y el estómago: los Kudús habían sido envenenados. ¿Pero por quien? ¿Y por qué?
Tras analizar los excrementos de estos antílopes, Van Hoven comenzó a sospechar de las acacias. Parecía que las acacias, eran capaces de secretar grandes cantidades de taninos tóxicos cuando se las agredía.
Para corroborar su hipótesis, se internó en la reserva armado con unas mandíbulas mecánicas que imitaban las dentelladas del Kudú. El resultado fue que la acacia caffra replico casi inmediatamente. En apenas quince minutos su producción de tanino se incrementó en un 94%.
El tanino que segregan algunas plantas es un sistema protector de las mismas. Las plantas liberan taninos que hacen a los herbívoros encontrar el sabor de sus hojas totalmente repugnantes, de tal manera que abandonan las ramas que se han vuelto incomestibles y se dirigen al árbol vecino. Pero en cautiverio, en recintos superpoblados, los kudús se vieron obligados a alimentarse de los mismos arboles y se envenenaron lentamente con tanino.
Hasta ese momento, todo era bastante normal. Centenares de plantas secretan toxinas defensivas cuando se sienten agredidas (algo similar a lo que seria nuestro sistema inmunológico). Por ejemplo, los tomates atacados por un moho son capaces de producir fungicidas naturales, mientras que los robles invadidos por muérdago producen una toxina que impide ser invadidos en exceso.
Pero lo mas asombroso que Van Hoven descubrió fue que la acacia caffra era capaz de prevenir a sus semejantes de los posibles ataques del antílope para protegerse. Van Hoven observó que el aumento de tanino no afectaba únicamente a los arboles mordidos, sino también a sus vecinos aun no atacados. Sucedía como si la primera victima diera la voz de alarma a sus compañeros y estos comenzaban a secretar toxinas de manera preventiva. Esto fue lo que había exterminado a toda una población de Kudús de la reserva, no podían abandonar las hojas envenenadas pues todas lo estaban, lo que hizo que los Kudús no pudiesen renunciar a una dieta cargada de toxinas y, por ende, habían sucumbido por envenenamiento.
Lo que Van Hoven no pudo identificar fue que clase de mensaje vegetal se transmitía de árbol en árbol, aunque se sospecho que se tratase de etileno. Esta sustancia química era ya conocida por su función en la maduración de los frutos y parecía ser producida por las hojas de las acacias masticadas, antes de ser llevado por el viento hasta el árbol vecino.
En 2010, Ren Sen Zeng, de la Universidad de Agricultura de China del Sur, demostró la existencia de una red de hongos que forman unos hilos blancos, llamados micorrizas, en el 80% de las plantas. Esta red de hongos serviría a las plantas como una red de comunicaciones entre ellas. Según Dan Durall, de la Universidad de Columbia,
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