Congregacion De Puericultores
Enviado por delivillegas • 1 de Julio de 2013 • 731 Palabras (3 Páginas) • 281 Visitas
De acuerdo con la ley 44/2003 de ordenación de las profesiones sanitarias, el pasado 17 de junio, en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se renovó la Comisión Nacional de Pediatría y sus Áreas Especificas.
Formada por destacados especialistas en pediatría tanto del ámbito hospitalario como del de la Atención Primaria, así como representantes MIR, una vez constituida se procedió a la elección de Presidente de la Comisión, cargo para el que fue elegido el profesor Francisco Javier Álvarez Guisáosla, así como para el cargo de Vicepresidente se eligió al doctor Fernando Malmierca Sánchez.
El profesor Francisco Javier Álvarez Guisáosla, es en la actualidad catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, y además de haber sido Rector de la misma Universidad, fue Consejero de Educación en Castilla y León y de 2007-2011 Consejero de Sanidad, por lo tanto con experiencia y competencia demostradas por lo que al referirse a las especialidades pediátricas el mismo ha dicho: “De mi paso por ambas consejerías conozco la parte académica y formativa del problema, y también la asistencial”
Tras recientes declaraciones, ha sido muy bien acogido por los pediatras españoles que para este periodo inmediato que comienza se haya marcado el reto de “que se reconozcan las 24 especialidades pediátricas, que funcionan de facto y están presentes en todas las carteras de servicios de los hospitales, pero que no están reconocidas oficialmente, como sí sucede en la mayoría de los países europeos”
Desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) sabemos que conoce muy bien los contenidos del Libro Blanco de la Especialidad, elaborado y editado por la Asociación, y como hay concordancia en los objetivos relacionados tanto con la especialidad de pediatría como con la implementación de las diferentes Áreas de Capacitación Especifica, acogemos con entusiasmo su nombramiento, así como le ofrecemos todo nuestro apoyo.
Más bien, son hermanas, hermanos, amigas o amigos
que tienen una canción, un juego o un plato
favoritos; una hija o un hijo con sueños y el deseo
de verlos cumplidos; un niño o una niña que sufre
de alguna discapacidad, pero que tiene los mismos
derechos que cualquier niña o niño.
Si se les da la oportunidad de prosperar como a los
demás niños, aquellos que tienen discapacidades
poseen el potencial para llevar vidas plenas y contribuir
a la vitalidad social, cultural y económica de
sus comunidades, como lo atestiguan los ensayos de
carácter personal que se presentan en esta edición.
No obstante, sobrevivir y prosperar es particularmente
difícil para los niños y niñas con discapacidad. Su
probabilidad de vivir en condiciones de pobreza es
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