Contabilidad

¿Qué sería de los mercados y los accionistas de empresas sin un buen contador que mantenga el control de la misma? Según un artículo de la Revista Enfoque Contable escrito por Hector Gutierrez, miembro del consejo consultivo de la carrera de contabilidad de la universidad pacífico y socio director de auditoría de Deloitte, “la exigencia de información financiera transparente, integral y consistente hace que la labor de los contadores tenga una responsabilidad crítica en el mantenimiento del valor de las empresas y en la generación de confianza en los mercados, bien sea desde el lado empresarial como generadores de información financiera, o

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desde el lado independiente como garantes de la transparencia en los mercados”. Por ello es indispensable garantizar el profesionalismo del contador público y convertirlo en un socio estratégico del negocio.

Podemos clasificar a los contadores públicos en tres categorías principales: Contador público en la práctica independiente, contador público en los sectores público y privado y contador público en la docencia. En cualquiera de los tres casos cada uno se enfrentará con diferentes circunstancias que determinarán si son buenos contadores o simples maquilladores.

En el caso del contador público independiente éste está expuesto a tener algún conflicto de interés con su cliente y podría perder la objetividad o confidencialidad sobre la información de su cliente. Es el caso de un contador que posee una empresa de pinturas y adicionalmente realiza la práctica independiente a clientes cuyas empresas están en el mismo rubro como puede ser la empresa XCV SAC, podría usar información sobre los costos de sus materias primas, sus proveedores y clientes para contactarlos y ofrecerles mejores condiciones comerciales; y no sólo eso, sino también por ejemplo que conozca los principales ratios financieros como son los días promedio de pago, días promedio de cobranza o la rotación de inventarios. Si es que el contador sabe que la empresa XCV SAC le da crédito a un cliente por 15 días, pues él podría contactar a este cliente y ofrecerle el mismo producto pero dándole crédito por 30 días. Sacando así provecho de esa información confidencial y haciendo un mal uso de la misma ya que no sería ético.

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