Cultura Politica
Enviado por carolines86 • 16 de Noviembre de 2013 • 3.610 Palabras (15 Páginas) • 331 Visitas
SOC-14 “Integración, Democracia y Exclusión Social
en América Latina”
Exclusión y violencia en Colombia
Resumen: El aumento en los últimos cincuenta años de la violencia política, de la delincuencia común, del tráfico de drogas, el indudable debilitamiento del Estado, la ineficacia del aparato judicial y la exclusión de importantes sectores de la población colombiana, han llevado al país a una dramática situación sociopolítica, que parece insoluble. Colombia es considerada por las instancias internacionales como el país más peligroso y violento del mundo occidental. A pesar de un origen histórico similar, los países de la Comunidad Andina o del Cono Sur, están lejos de conocer una degradación social y política comparable a la de Colombia. Esto nos lleva a preguntarnos ¿cúales son las razones de la particularidad colombiana?
La crisis actual de Colombia y su expresión más concreta, la violencia, no nos parece ser el resultado de fenómenos recientes relacionados con en periodo de la Violencia de los años cincuenta y sesenta, ni con la influencia de las guerrillas comunistas centroamericanas, ni aún con el auge del tráfico de drogas. Para nosotros, la situación colombiana es la consecuencia directa de la manera como se constituyó la sociedad neogranadina durante el periodo colonial a partir de un sistema fuertemente excluyente como fue el de la encomienda y de su posterior evolución, el de la hacienda. La encomienda organizó la estructura social, política y económica de la Nueva Granada, favoreciendo los intereses de un grupo restringido de la población e impidiendo la mobilidad social de la mayoría de los habitantes del Reino.
Este sistema, utilizado por los europeos en todo el territorio americano, tuvo en la Nueva Granada un desarrollo particular debido a varios factores, entre los cuales cabe señalar: el mestizaje acelerado de la población, las características y la influencia socio-política de sus primeros conquistadores y el aislamiento de la capital del Reino, Santa Fe, al estar ubicada a 2700 snm, en pleno corazón de los Andes.
El final del periodo colonial, que hubiese podido significar un cambio a nivel social, político y económico en el virreinato, no hace sino reforzar las antiguas estructuras coloniales y los privilegios de la aristocracia neogranadina. En efecto, las hazañas y el arrojo del ejercito libertador durante las guerras de Independencia no bastaron para que los soldados accediesen a la mobilidad social a la que aspiraban ya que las élites neogranadinas, celosas de sus privilegios, disolvieron el ejercito una vez asegurada la libertad del antiguo virreinato y evitaron así la emergencia de una alternativa social que hubiese podido poner en peligro sus intereses y luchar por el control del poder político.
Durante casi dos siglos de vida republicana, la aristocracia colombiana, a través de los dos partidos políticos más antiguos del continente, ha utilizado el Estado como una especie de propiedad privada y la política como el medio indispensable para conservar prerrogativas y privilegios. Las élites colombianas -herederas de unos valores sociales de carácter seminobiliario vinculados con comportamientos paternalistas, autoritarios y clientelistas, en estrecha relación con las actitudes leales, sumisas y fatalistas desarrolladas en el trancurso de los siglos por las clases subalternas- han excluido de manera voluntaria a la inmensa mayoría de la población colombiana de los más mínimos derechos y beneficios que el Estado debe brindarles como cuidadanos. Por voluntad política, el Estado colombiano no está presente en todo el territorio nacional, de hecho, extensas regiones de la costa pacífica, de los llanos orientales o de la region del Amazonas permanecen desde hace siglos abandonadas y olvidadas por el gobierno central.
La actitud que las élites han mantenido a lo largo de la historia del país, ha impedido que los colombianos aislados social y geográficamente se identifiquen y se reconozcan dentro del conjunto nacional. La aristocracia colombiana, al favorecer intereses privados, le ha negado a la mayoría de población la participación en la construcción de un verdadero Estado-nacional, lo que ha generado, en las últimas décadas, reacciones extremamente violentas.
1. La encomienda y su incidencia social en Colombia
La exclusión en Colombia, no es pues el resultado de las realidades económicas y sociales actuales, ni siquiera la expresión de las desigualdades que pueden observarse en otras sociedades. Las diferencias económicas, las particularidades étnicas y culturales, educativas o de clase, no podrían explicar por sí solas, los límites infranqueables existentes entre los miembros de una misma sociedad. Si los criterios de diferenciación social se pueden aplicar cuando se trata de estudiar las características que la exclusión reviste en las sociedades modernas, y que se relacionan con problemas de inmigración, de desempleo, de educación, etc., éstos no bastan para comprender el caso de la exclusión en Colombia. Ella, en esta zona del territorio americano, parecería más bien responder a un proceso histórico singular, relacionado especialmente con un problema de identidad, de pertenencia y de mentalidad.
Su génesis podría encontrarse en el sistema de organización social y económico implantado por los españoles a partir del siglo XVI en el antiguo territorio de la Nueva Granada. En aquel entonces, empieza a formarse una sociedad con base en la mentalidad y en los valores tradicionales hispánicos, heredados del periodo de la Reconquista, relacionados con un modo particular de conseguir riqueza, prestigio social, honores y poder político. La mayoría de los españoles ambiciona entonces acceder a la nobleza o al menos imitarla y para los conquistadores, el único modelo social digno fue el aristocrático. La mentalidad hispánica se adaptó al modelo sociopolítico de los grupos aborígenes que poblaban la region. Los miembros de la incipiente sociedad neogranadina, constituída por españoles peninsulares, por criollos, mestizos e indios, interiorizaron con el transcurso de los años, los valores y los comportamientos vehiculados por la institución de origen hispánico de la encomienda, sistema que, aunque instaurado en todo el Nuevo Mundo, jugó en la Nueva Granada un rol particular, al determinar las condiciones de acceso al poder y las reglas de las relaciones sociales, con base en comportamientos excluyentes, perceptibles aún hoy, en la sociedad colombiana.
El encomendero, símbolo de prestigio y de poder, era para los habitantes del Nuevo Reino en los siglos XVI y XVII, el modelo social de referencia. Su poder no dependía de su capacidad de trabajo y de lucro personal, sino de su capacidad para someter a los demás y para obtener de ellos,
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