Cumbres
Enviado por whateatfot3 • 15 de Abril de 2015 • Síntesis • 1.968 Palabras (8 Páginas) • 221 Visitas
Solo dos días de encuentros cara a cara bastaron para que una potencial situación de conflicto entre Estados Unidos y sus vecinos latinoamericanos se desactivara. La dimensión histórica de la VII Cumbre de Las Américas, celebrada en Panamá este fin de semana, radica en que por primera vez en muchos años América Latina se planta firme frente a la injerencia de Estados Unidos en el continente.
La cumbre se presento con dos conflictos muy serios, la posibilidad de que Estados Unidos aplicara a Venezuela sus viejas prácticas y que a su vez pudieran rebotar sobre el proceso iniciado con Cuba. Era una situación peligrosa.
Las tensiones crecieron en las semanas previas a la Cumbre realizada el viernes y sábado en Panamá: por un lado Washington inició deshielo de sus nexos con Cuba, pero por el otro el presidente Barack Obama firmó en marzo un decreto para trabar fondos de funcionarios venezolanos con el argumento que la nación suramericana es un peligro para su seguridad nacional.
Discurso del futuro
El discurso de Obama ante los mandatarios de América Latina, algunos de los cuales le hicieron fuertes críticas en su presencia, fue "muy despolarizarte, muy de cara al futuro.
Aunque en general todos los países criticaron la decisión de Obama, en esta Cumbre las cosas salieron bien.
El presidente Raúl Castro hizo un discurso en el que culpó históricamente a Washington de agresiones armadas, hostigamiento e intervención pero exculpó personalmente a Obama, quien nació cuando el embargo a la isla impuesto en los 60 para presionar un cambio de modelo político en la isla, ya había sido instalado como política de Estado. Obama "es representante de un poder y una hegemonía, pero pienso que fue muy inteligente decirle, 'bueno de este aspecto no has sido responsable y tienes la posibilidad de quizá arreglarlo'''. Uno de los resultados principales fue "que ambos gobiernos conocen mejor susrespectivos intereses y también los límites de sus diferencias y han encontrado terreno común en la disposición de tener un comportamiento civilizado que respete sus diferencias".
Una reunión de unos 15 minutos entre el venezolano Nicolás Maduro y Obama pareció dar un respiro a las tensiones entre los dos países. Estados Unidos pensó que su diálogo con Cuba podría darle una "patente de corso" a Washington ante los países latinoamericanos para presionar o agredir a Venezuela, cuyo sistema político y económico rechaza. Previo a la Cumbre, Obama reconoció que Venezuela no es una amenaza para Estados Unidos ni viceversa y aclaró que el peligro contra Estados Unidos no es Venezuela sino los siete funcionarios sancionados, quienes representan una amenaza contra la Casa Blanca a través del sistema financiero. La subsecretaria de Estado reconoció que aunque la palabra "amenaza" no fue bien vista por los presidentes latinoamericanos reunidos en la Cumbre de las Américas en Panamá, la orden ejecutiva no implica que la administración de Obama pretenda cambiar al gobierno venezolano y que Estados Unidos no quiere invadir Venezuela. Posteriormente a la reunión bilateral, Maduro dijo que el diálogo fue "franco" y d reveló que con el resultado de la Cumbre, durante los próximos días pudiera abrirse la posibilidad de ir a un proceso de conversaciones con el gobierno estadounidense y explorar el camino de relaciones de respeto, que es lo fundamental.
"Creo que la Cumbre giró más en esta lógica diplomática, política, que sobre el tema de equidad pero el resultado es positivo. Equidad con prosperidad fue el lema de esta VII Cumbre, pero ese y muchos otros asuntos planteados por los presidentes, como reclamos territoriales y saludos al proceso de paz en Colombia, fueron opacados por la fuerza histórica del apretón de manos entre Obama y Castro y la reunión fuera de agenda del estadounidense con Maduro. Cuatro días de actividades y dos de segmento presidencial hicieron memorable a la Cumbre de las Américas y creo que todos ganaron.
"Yo creo que EEUU se dio cuenta de que el decreto cayó muy mal en Latinoamérica".
Prácticamente hay unanimidad en contra del tono del decreto y se vieron obligados a suavizar las expresiones, sobre todo porque el presidente (Obama) venía para esta Cumbre, sobre todo que con Cuba ya hay una situación conciliadora, pues era un poco necesario para ellos (EEUU) bajar el tono y calmar un poco las aguas sobre el tema de Venezuela.
La VII Cumbre de las Américas celebrada en Panamá fue vital para nuestra región. Los grandes temas se discutieron, los presidentes de los 35 Estados se encontraron, entre ellos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, actores principales en la escena final del último conflicto que dejó la Guerra Fría en este continente.
Como en todo encuentro bilateral, esta cumbre deja ganadores y perdedores que quedaron evidenciados en Panamá.
Entre los primeros se encuentra Estados Unidos y un presidente líder que logra integrarse a la región después de un largo abandono. Los estadounidenses regresan a América Latina a través de un discurso carente de vocación imperialista, posan como un país más de la región y generan la sensación de un presidente lejos de la imagen del cowboy norteamericano, a la usanza Reagan o Bush, para escuchar calificaciones jamás imaginadas en la región: el presidente de la nación cubana calificando de “buen hombre” a un presidente estadounidense.
De hecho, el presidente Obama indicó de forma inédita: “Los días en que nuestra agenda en este hemisferio a menudo suponía que Estados Unidos podía interferir con impunidad están en el pasado”. Menuda frase. Sin embargo, Estados Unidos, lejos de mostrar debilidad, recupera una influencia perdida con China y Rusia durante los últimos años.
Su regreso no se hace con debilidad. El mismo presidente Obama se arroga la capacidad de hablar sobre el régimen de Maduro en Venezuela por su constante violación de los derechos humanos, a pesar que en los discursos Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba se criticó la injerencia.
Obama contestó las críticas, en una entrevista publicada
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