Córner

Córner

Juancito es un jugador maduro, un buen nueve, y lo ha demostrado en innumerables encuentros. Además de su desempeño futbolístico, Juancito, es un tipo muy sociable, demasiado en algunos casos. Donde él está, seguro que hay abrazos, besos y alegría para repartir. Su amistad es una amistad con cascabeles y fuegos artificiales. En el partido que se jugó el domingo pasado, se hizo amigo de un zaguero contrario y en los últimos minutos (42 de segundo tiempo), conversaba entusiasmado, mientras aprovechaba que el puntero de su equipo acomodaba la pelota para ejecutar un córner.

El partido estaba cero a cero y para los nuevos amigos, ya el resultado era indiferente. Es posible que hicieran planes para encontrarse afuera de la cancha y en otro momento para continuar tan interesante charla. En ese discurrir estaban cuando el árbitro dio la orden de ejecutar el tiro de esquina y el puntero mandó un centro a media altura que sobrepasó los primeros marcadores.

Juancito, encantado por la conversación, no se dio cuenta de que la pelota venía hacia el área y que en un instante pasaría por arriba de la defensa en dirección a él, confirmando el refrán: “La pelota busca el jugador”. Juancito recibió el balón con el costado derecho de la cara. El pelotazo lo durmió y el hombre no pudo estar al tanto de la pelota que entró en el arco y cambió el resultado del partido. Todos se abrazaron en el festejo, mientras el goleador aún besaba la tierra. Cuando despertó, iba sobre varios compañeros que lo llevaban en andas. Supo que volvía de una siesta y que su mejilla ardía, pero del pelotazo y del gol ni se enteró.

Luján, Luis

El gesto de la muerte

Un joven jardinero persa dice a su príncipe:

- ¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.

El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la muerte y le pregunta.

- Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

- No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan.

Cocteau, Jean.

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