Dengue Y Recreacion
chayanneteamo18 de Abril de 2014
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Un juego como estrategia educativa
para el control de Aedes aegypti
en escolares venezolanos
Edison Vivas1 y Milady Guevara de Sequeda2
Objetivo. Evaluar el juego conocido por Jugando en salud: dengue, como medio de
enseñanza-aprendizaje que favorece la incorporación de los escolares de la segunda etapa de
educación básica a las actividades de control del mosquito Aedes aegypti y de prevención del
dengue en el municipio de Girardot, Estado Aragua, Venezuela.
Métodos. Se efectuó un estudio descriptivo cuasiexperimental basado en una investigación de
campo realizada en 9 escuelas seleccionadas por muestreo aleatorio sistemático entre las 29
escuelas estatales del municipio de Girardot, Estado Aragua, Venezuela, que tenían tres o más
salones de sexto grado de primaria. En cada escuela se constituyeron tres salones de trabajo: en
el grupo de salones no. 1 (210 estudiantes) se practicó el juego tres veces por semana durante 60
días y al maestro se le entregó un material teórico sobre el dengue; en el grupo de salones no. 2
(196 estudiantes) se utilizó solo el material teórico que se le entregó al maestro, y en el grupo no.
3 o grupo de control (215 estudiantes) se siguió la programación habitual establecida por el
Ministerio de Educación. A los escolares participantes se les realizó una evaluación antes y
después de aplicar el programa propuesto, con un cuestionario que fue evaluado mediante una
escala de Likert. Se calcularon las medidas de concentración y dispersión de los datos obtenidos
durante las evaluaciones. Se empleó el análisis de la varianza de clasificación simple para
comparar los promedios de los datos obtenidos en los distintos salones y detectar diferencias
significativas entre los grupos en cuanto a conocimientos y destrezas antes y después de aplicar
el programa propuesto. Se utilizó la prueba de Scheffé para determinar diferencias dentro de los
grupos.
Resultados. En la investigación participaron 621 escolares de 8 a 16 años de edad (media:
11,8 años). De los 210 estudiantes que participaron en el juego, 41% lo valoraron “de alta
aceptación” y 45% “de muy alta aceptación”. Los conocimientos sobre el dengue y las destrezas
(conjunto de habilidades adquiridas) medidos antes de aplicar el programa previsto fueron
inferiores (6,5 y 18,4 puntos, respectivamente) a los obtenidos en la prueba final (8,25 y 22,9
puntos, respectivamente; P < 0,05). Se evidenció un mayor aprendizaje en los grupos que
utilizaron el juego más el material teórico (grupos de salones no. 1) y el material teórico
solamente (grupo de salones no. 2) que en el grupo de control (grupo de salones no. 3) (P <
0,05). También se encontró que los estudiantes de los grupos de salones nos. 1 y 2 incorporaron
más destrezas y habilidades que los del grupo de control (P < 0,05).
Conclusiones. El juego tuvo muy buena aceptación entre los estudiantes de la segunda
etapa de la enseñanza básica. Les permitió adquirir más conocimientos sobre el dengue y
desarrollar habilidades y destrezas conducentes a su incorporación en actividades para la
prevención de la enfermedad en sus respectivas comunidades. Se recomienda extender este
juego a todas las escuelas básicas como una vía para fortalecer el proceso educativo e incorporar
a los niños a las actividades de control del dengue.
Juegos experimentales, materiales de enseñanza, dengue.
RESUMEN
Palabras clave
San Ignacio, Calle Tachira cruce con Calle Zulia No.
2-B, Municipio Girardot, Parroquia José Casanova
Godoy, Maracay, Estado Aragua, Venezuela.
2 Universidad de Carabobo, Facultad de Ciencias de
la Salud, Núcleo Aragua, Maracay, Venezuela.
La actividad lúdica contribuye al
desarrollo físico y social del niño,
facilita su desarrollo motor e
intelectual y mejora su capacidad de
concentración, percepción y memoria,
por lo que constituye un pilar básico
para su educación.3 Como medio
educativo, el juego ayuda al individuo
a adaptarse a diversas situaciones en
la vida real.
Desde el punto de vista biológico y
psicológico, los juegos intervienen en
la formación del carácter del
preadolescente, enseñándole a tomar
decisiones, luchar por un objetivo,
aceptar la derrota o lograr el éxito con
respeto y espíritu de decisión.4 En los
escolares, el juego ayuda a comprender,
penetrar y captar el mundo
circundante, a formar sentimientos
y a reafirmar prerrogativas
y respeto, utilizando para
ello un lenguaje propio.
El valor didáctico del juego ha sido
estudiado por muchos autores, pero
Froebel fue el primero en reconocer
su valor educativo y en incorporarlo
a la pedagogía. Según este autor, el
juego es, a un mismo tiempo, modelo
y reproducción de la vida y debe ser
parte esencial de toda educación, por
constituir para el niño una función
natural (1).
La educación debe ser un proceso
sistemático dirigido a fomentar
cambios en la conducta de los alumnos
mediante un aprendizaje duradero y
positivo (2). Para conseguir esos
cambios se debe prestar atención a las
diferentes etapas de este proceso: la
definición de los objetivos, el
ordenamiento de las estrategias
metodológicas, el aprendizaje, la
evaluación y el reajuste. De ellas, el
ordenamiento de las estrategias
metodológicas para el aprendizaje y la
evaluación constituyen la base
operativa de la educación.
La eficacia de las estrategias
metodológicas depende de la capacidad
del educador para aplicarlas
de acuerdo con el objetivo
buscado. Cuando el proceso educativo
está orientado a cultivar actitudes y
prácticas saludables, las estrategias
más apropiadas son las que permiten
la interacción y el diálogo, así como la
observación y la experimentación.
Mediante ellas los educandos
desarrollan su propia capacidad para
argumentar y determinar su comportamiento
(3).
La evaluación, por otra parte, se
centra en actividades y procesos
orientados a la acción. De ahí que,
según el enfoque constructivista,5 un
programa educativo o de aprendizaje
deba dirigirse a solucionar un
problema social o individual importante
en un contexto natural y
una situación real concreta. Las
acciones desarrolladas deben ser
factibles, eficaces y eficientes si han de
lograr los resultados propuestos (4).
En Venezuela, la educación básica
está orientada a ofrecer una formación
integral que garantice a los ciudadanos
el desarrollo de aptitudes
para desenvolverse en la sociedad
actual. En este contexto, el juego es
importante como recurso didáctico
innovador, sobre todo en el contexto
de las ciencias naturales, ya que
permite integrar elementos del
ambiente con conceptos básicos —
como el de enfermedad y prevención
— de una manera didáctica,
original y participativa (5,
6).
En las escuelas se han puesto en
marcha diversos programas para lograr
el cambio de conducta de niños y
jóvenes en relación con la salud. Los
educadores en materia de salud tienen
ante sí el gran reto de lograr que el
proceso de enseñanza y aprendizaje en
las escuelas influya palpablemente en
la conducta sanitaria de los estudiantes,
haciéndole contrapeso al entorno
informativo y valorativo del niño fuera
de la escuela, que puede ser tan
importante como el mensaje escolar o
incluso más (6, 7).
El Ministerio de Educación de Venezuela
ha definido la evaluación del
aprendizaje como un proceso de investigación
que recoge y analiza
pruebas de lo que acontece en el acto
de enseñanza-aprendizaje. Aunque
mantiene el énfasis en lo cualitativo,
utiliza métodos cuantitativos
para lograr una visión
más completa y profunda que
la obtenida por ambos métodos por
separado.
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