Deporte Colombiano
Enviado por crach72 • 18 de Marzo de 2013 • 4.588 Palabras (19 Páginas) • 394 Visitas
Definición
Diferencia simétrica de dos conjuntos A yB.
Dados dos conjuntos A y B, su diferencia simétrica, A Δ B, es un conjunto que contiene los elementos de A y los de B, excepto los que son comunes a ambos:
La diferencia simétrica de dos conjuntos A y B es otro conjunto A Δ B cuyos elementos son todos los elementos deA o B, a excepción de los elementos comunes a ambos:
Ejemplo.
• Sean A = {a, ♠, 5, Z} y B = {8, #, a, Γ, ♠}. La diferencia simétrica es A Δ B = {5, Γ, #, Z, 8}.
• Sean los conjuntos de polígonos T = {pentágonos} y R = {polígonos regulares}. La diferencia simétrica contiene los polígonos regulares y pentágonos que no sean ambas cosas a la vez, o sea: R Δ T = {Pentágonos irregulares y polígonos regulares que no posean 5 lados}.
La definición de la diferencia simétrica puede reducirse fácilmente a las operaciones de unión, intersección y diferencia:El Popol Vuh está dividido en tres partes
Primera parte
En la Primera parte de este Libro sagrado de los mayas entre otras leyendas encontramos el relato de la creación
Segunda parte
Este texto es una adaptación del texto original para facilitar la comprensión de la leyenda.
Narra la lucha entre el bien y el mal. Hay condimentos mágicos y originales que conviertena este libro sagrado de los Mayas en una verdadera obra literaria.
Capítulo I
Ixpiyacoc se casó con Ixmucane y tuvieron dos hijos varones: Hun- Hunahpu y Vucub-Hunapu. Vucub- Hunapu permaneció soltero y no tuvo hijos.
En cambio, su hermano Hun Hunapu se casó con Ixbaquiyalo y a su vez tuvieron dos hijos también varones: Hunbatz y Hunchouen.
Los hermanos Hun Hunapu y Vucub Hunapu se llevaban muy bien. Les gustaba jugar a los dados y con los hijos de Hun Hunapu jugaban por equipos al juego de pelota. La pelota era de caucho y los jugadores utilizaban muchos ornamentos y protecciones.
Vivían felices y contentos todos en la misma casa, abuelos, hijos y nietos, hasta que un día muere Ixbaquiyalo y los niños Hunbatz y Hunchouen quedan bajo el cuidado de su abuela paterna, Ixpiyacoc.
Un día estaban jugando en el camino de Xibalbá.
Se llamaba Xibalbá al mundo subterráneo o al infierno. Los señores que habitaban ese mundo eran todos malvados. Demonios amigos de la sangre, las desgracias y la muerte.
Ese día los señores de Xibalbá se sintieron molestos al escuchar los ruidos que los hermanos hacían mientras jugaban a la pelota. Furiosos, se reunieron en consejo para decidir como castigarlos. Esos señores además de querer castigarlos, como eran muy envidiosos, deseaban quedarse con los hermosos ornamentos que los hermanos utilizaban para el juego: las máscaras, los escudos, los guantes, las coronas y las pecheras de cuero que usaban para protegerse del golpe de la pelota y la famosa pelota de caucho.
Capítulo II
El consejo de los señores de Xibalbá decidió mandar sus cuatro búhos emisarios con este mensaje: Dicen los señores que vayan a Xibalbá a jugar a la pelota con ellos para distraerse. Y que traigan todos sus elementos y ornamentos de juego.
Los hermanos se sorprendieron ante el pedido y vieron que no podían hacer otra cosa más que acompañar a los búhos mensajeros a Xibalbá.
Se despidieron de su madre y antes de partir escondieron la pelota de caucho en un hueco que había en el techo de la casa.
Hun Hunapu llamó a sus dos hijos y les dijo: Nos han mandado llamar los Señores de Xibalbá. Ustedes ocúpense de tocar la flauta y cantar. De pintar y esculpir. Deben también mantener caliente la casa y el corazón de su abuela.
Luego de despedirse, se fueron siguiendo a los búhos hasta el camino de Xibalbá donde los esperaban varios peligros. Primero bajaron hacia las profundidades de la tierra por unas escaleras muy empinadas hasta llegar a la orilla de un río que corría entre barrancos, pero lo atravesaron sin dificultad.
Luego debían cruzar otro río que corría entre jícaros espinosos, pero también lo cruzaron sin lastimase.
Mas tarde los esperaba un río de sangre, pero lo atravesaron sin beber de sus aguas.
Hasta que llegaron a un cruce de cuatro caminos de cuatro colores: Uno rojo, otro negro, otro blanco y otro amarillo. Los hermanos no sabían cual camino debían tomar, pero el camino negro les habló así: --Yo soy el camino del Señor de Xibalbá. Entonces los hermanos decidieron seguir ese camino hasta que llegaron a Xibalbá donde estaba reunido el Consejo de los Señores. Los señores habían colocado muñecos de palo en su lugar, por esta razón, cuando los hermanos los saludaron con respeto al llegar, ninguno respondió.
Los verdaderos señores, estaban escondidos y se reían de los hermanos.
Luego se acercaron los señores Hub-Camé y Vicub-Camé para decirles:-Por fin llegaron. Para mañana preparen todos sus ornamentos de juego y luego los invitaron a sentarse sobre un banco de piedra ardiente y los hermanos se quemaron al sentarse. Los señores se divertían viendo sufrir a los hermanos. Más tarde les dijeron: -Vayan a descansar en la casa oscura. Allí dentro no se veía nada. Al entrar les dieron un cigarro y una raja de ocate encendida para que los alumbrara advirtiéndoles que debían devolverlos sin consumir al amanecer. O sea que debían devolverlos enteros.
Pero el ocate se consumió y el cigarro también.
Por la mañana Hub-Camé y Vicub-Camé les preguntaron: ¿Dónde está el cigarro y dónde la raja de ocate?
Los hermanos respondieron: -Se consumieron por la noche.
-Ah Este es el fin de sus días. Deben morir- respondieron los señores.
Mataron a los hermanos y antes de enterrarlos juntos, le cortaron la cabeza a Hun-Hunahpu y ordenaron a sus sirvientes colocarla entre el follaje de un árbol sembrado en Puchal-Cha.
Cuando los sirvientes colocaron la cabeza de Hun-Hunapu en el árbol, este fructificó al instante provocando la admiración de todos los señores de Xibalbá.
La cabeza no se diferenciaba de los otros frutos del árbol sino que parecía un fruto más.
Los señores sorprendidos ordenaron: Que nadie tome una fruta de este árbol, ni la coma ni se siente debajo. El árbol se llamaba jícaro.
Capítulo III
Es la historia de una doncella llamada Ixquic, hija de uno de los señores de Xibalbá llamado Cuchamaquic.
Ixquic, se quedó admirada al escuchar de boca de su padre la historia de los frutos del famoso árbol.
Tan admirada estaba que pensó que sus frutos debían ser muy sabrosos y a continuación se dirigió al sembrado de Puchal- Cha.
Cuando vio los frutos tuvo deseos de comerlos pero una cabeza que estaba entre los frutos le habó
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