Destruccion De La Capa De Ozono
Enviado por xiomyy • 19 de Agosto de 2013 • 3.213 Palabras (13 Páginas) • 556 Visitas
La destrucción de la capa de ozono es uno de los problemas ambientales más graves que debemos enfrentar hoy día. Podría ser responsable de millones de casos de cáncer de la piel a nivel mundial y perjudicar la producción agrícola. Sin embargo podemos cobrar ánimos, ya que ha motivado a la comunidad internacional a acordar medidas prácticas para protegerse de una amenaza común.
En 1987, los gobiernos de todos los países del mundo acordaron tomar las medidas necesarias para solucionar este grave problema firmando el Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que agotan la Capa de Ozono. Fue un acuerdo notable que sentó un precedente para una mayor cooperación internacional en encarar los problemas globales del medio ambiente. Bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los científicos, industrialistas y gobiernos se reunieron para iniciar una acción preventiva global. El resultado fue un acuerdo mediante el cual se comprometieron los países desarrollados a una acción inmediata, y los en desarrollo a cumplir el mismo compromiso en un plazo de diez años.
Desde entonces, se han presentado nuevas pruebas científicas de que la destrucción del ozono está ocurriendo más rápidamente que la previsto. Pero los líderes mundiales han actuado muy bien en este asunto. En 1990 se hicieron enmiendas importantes al Protocolo de Montreal, en Londres, y en 1992 en Copenhague, para acelerar la eliminación de las sustancias destructoras del ozono. Muchos países han reaccionado ante esta amenaza creciente optando por eliminar la producción y consumo de las sustancias destructoras del ozono más rápidamente que lo estipulado por el tratado. Se facilitó un mecanismo financiero para estimular la acción de las naciones en desarrollo. El resultado demuestra que las partes del Protocolo han anticipado la ejecución de las disposiciones del tratado.
Así, la historia de cómo se desarrollaron y se siguen desarrollando el Convenio de Viena y el Protocolo de Montreal, sirve de ejemplo de cómo el PNUMA colabora con la comunidad internacional para asegurar un desarrollo viable. Compartiendo la información y facilitando las transmisiones de tecnología y asistencia financiera a los países más pobres, se puede hacer mucho para proteger y mejorar el medio ambiente mundial. Este es el cometido del PNUMA, y en muchos otros campos como la biodiversidad, desertificación y cambios climáticos, la organización seguirá catalizando y coordinando las actividades para promover un medio ambiente seguro para las futuras generaciones en el mundo entero.
Es esencial que los recursos mundiales, humanos y financieros, se canalicen en actividades constructivas para que los países desarrollados y en desarrollo puedan luchar en condiciones de igualdad, por una mejor vida para todos.
El futuro de la capa de ozono
La historia del Protocolo de Montreal es extraordinaria y sin precedentes. Mientras que los científicos identificaron el problema de la destrucción del ozono y presentaron las pruebas científicas autoritarias, el PNUMA reunió a los encargados de elaborar la política y científicos de todas partes del mundo y pudo lograr el consenso en medio de muchas opciones de políticas divergentes. A los dos años de entrado en vigencia el Protocolo con medidas de control limitadas sobre las sustancias destructoras del ozono, las partes ajustaron y enmendaron el Protocolo en Londres para eliminar las sustancias más destructoras del ozono hacia el año 2000 e identificaron otras sustancias a controlar.
Las industrias se movilizaron con rapidez para encontrar sustitutos químicos y tecnologías de alternativa. Las presiones de los consumidores exigieron una reducción en el consumo de las sustancias destructoras del ozono por encima de los niveles estipulados por el Protocolo. Nuevas pruebas científicas de una destrucción del ozono sin precedentes unidas a la factibilidad tecnológica de una eliminación mucho más rápida motivaron a las partes a adelantar los cronogramas durante la Cuarta Reunión en 1992. La eliminación de la mayoría de las sustancias químicas ahora se realizará en 1996 y hasta los HCFC con bajo potencial de destrucción se eliminarán gradualmente. El consumo de bromuro de metilo se congeló en 1993.
Las naciones que ratificaron el Protocolo se han dado cuenta de las desventajas que deben superar los países en desarrollo para seguir el mismo ritmo que los países desarrollados y les han dado un plazo de diez años. El Fondo Multilateral, que fue establecido para sufragar los costos marginales de los países en desarrollo para eliminar las sustancias destructoras del ozono, ha demostrado gran previsión.
Ciento veinte naciones ya han firmado el Protocolo, 80 de las cuales son países en desarrollo. Muchos países en desarrollo tienen proyectado eliminar las sustancias controladas con más rapidez que lo estipulado por el Protocolo. Puesto que todos los productores de sustancias controladas y prácticamente todos los países consumidores importantes se han suscrito al tratado, el final de las sustancias químicas destructoras del ozono está cerca.
Y sin embargo, a pesar de la acción extraordinaria acordada por las naciones para abordar el problema de la destrucción del ozono, la capa de ozono tardará mucho tiempo en estabilizarse. Millones de toneladas de los CFC de larga vida ya producidos continuarán ascendiendo a la estratosfera, atacando la capa de ozono. Las observaciones científicas indican que las pérdidas de ozono en los años 80 fue mayor que en los años 70. Las pérdidas se han extendido a ambos hemisferios y ocurren durante todas las estaciones y no sólo en invierno como antes. Las observaciones hechas en 1992 indicaron que las pérdidas de ozono eran mucho más graves que las calculadas por los modelos.
La cantidad de compuestos químicos destructores del ozono en la atmósfera seguirá aumentando hasta el año 2000 y la carga de cloro atmosférico podría tardar hasta el año 2060 para alcanzar un volumen inferior a 2 partes por mil millones, para que se estabilice la capa de ozono por completo.
Ahora es evidente que las naciones deberían haber actuado con más prontitud para evitar parte de la demora, en el período comprendido entre 1974, fecha en que los científicos anunciaron su descubrimiento sobre las sustancias destructoras del ozono, y 1987 cuando se firmó el Protocolo de Montreal original. El millón de toneladas métricas de CFC producidas anualmente durante ese período aplazarán el restablecimiento completo de la capa de ozono y tendremos que pagar las consecuencias de estos años de demora.
Los próximos veinte años acarrean sus propios riesgos y sorpresas en potencia, especialmente en cuanto a las erupciones volcánicas que contribuyen a la destrucción del
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