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ELABORACION DE COSMETICOS NATURALES PARA EL CUIDADO DE LA PIEL (DESMAQUILLANTA – DESODORANTE)


Enviado por   •  25 de Marzo de 2020  •  Documentos de Investigación  •  5.207 Palabras (21 Páginas)  •  228 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA[pic 1]

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN

ZONA EDUCATIVA DEL ESTADO BARINAS

LICEO “28 DE JULIO”

BARINAS- BARINAS

ELABORACION DE COSMETICOS NATURALES PARA EL CUIDADO DE LA PIEL (DESMAQUILLANTA – DESODORANTE)

LICEO “28 DE JULIO” - BARINAS

(Proyecto Científico Presentado como Requisito Parcial para Optar al Título de Bachiller)

                                                                         

BARINAS, MAYO DE 2020

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA[pic 2]

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN

ZONA EDUCATIVA DEL ESTADO BARINAS

LICEO “28 DE JULIO”

BARINAS- BARINAS

ELABORACION DE COSMETICOS NATURALES PARA EL CUIDADO DE LA PIEL (DESMAQUILLANTA – DESODORANTE)

LICEO “28 DE JULIO” - BARINAS

 (Proyecto Científico Presentado como Requisito Parcial para Optar al Título de Bachiller)

AUTORA:

  • Magdiel Villamediana

TUTORA ACADÉMICA: Yuliana Aliza

                                                                     

                                             BARINAS, MAYO DE 2020

INDICE

INTRODUCCION

                                                                 

FASE I

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El uso de los cosméticos es tan antiguo como la historia de la humanidad. La historia del maquillaje es milenaria y los principales registros de su utilización se remontan a los antiguos imperios de Egipto y Roma. Los egipcios utilizaban colores fuertes y brillantes para resaltar los ojos, además, teñían sus labios con ocre rojo y óxido de hierro natural. Para crear los colores usaban diferentes elementos naturales, como el antimonio rojo para  los labios, mientras que obtenían tonos turquesas o azules mediante la pulverización de piedras y minerales, que colocaban sobre los párpados. Con el ‘kohl’ (mezcla de hollín y otros ingredientes) delineaban los ojos, con una línea gruesa en forma de cola de pez y también remarcaban las cejas. Los griegos y romanos utilizaban también el ‘kohl’ para maquillar los ojos y las pestañas. Mientras que para blanquear la piel utilizaban una mezcla a base de yeso, harina de haba, tiza y albayalde (carbonato de plomo). También perfilaban las cejas y coloreaban los pómulos y labios con tonos rojizos. En el Renacimiento la tendencia era llevar cejas  finas y  tez muy blanca. Los ojos se delineaban con negro, mientras que los párpados eran coloreados con  azul o verde y los labios llevaban colores rojos intensos en forma de corazón. También solían pintarse lunares, ya que se consideraban estéticos. En el siglo XIX se exageró la palidez del rostro, al punto  que las mujeres ingerían  sustancias tóxicas como el plomo y arsénico, que podían causar la muerte. Se marcaban también las ojeras y los pómulos se coloreaban levemente  mientras que los labios tenían un color carmesí. El maquillaje del siglo XX estuvo marcado por la consolidación  de la industria cosmética y  por otros fenómenos sociales, como el auge de los medios de comunicación, el cine y la publicidad que instauraron distintos modelos de belleza de acuerdo con cada época. En los primeros años, surgen los primeros polvos faciales perfumados, como los creados por el maquillador Max Factor. Los avances científicos también favorecieron la producción cosmética, como el descubrimiento de los estearatos, colorantes que revolucionaron la fabricación de labiales de nuevos colores. En la década de 1930, los maquillajes estaban cada vez más al alcance de las mujeres de toda clase social, mientras que se inspiraban en íconos del cine como Greta Garbo y Marlene Dietrich, con un rostro muy claro y aterciopelado, con cejas finas, redondas y un poco caídas, y unos labios finos. Después de pasar el difícil y austero período de la Segunda Guerra Mundial, el ideal de belleza lo encarnó Brigitte Bardot y la tendencia dejaba de remarcar la boca con tonos oscuros, dando mayor importancia a los ojos. En los 60 conviven dos tendencias: una que defendía la sofisticación y otra, la naturalidad de la mujer. La piel lucía entonces un tono menos pálido y más saludable, y con más frecuencia hay quienes se atreven a usar colores estridentes, propios de los psicodélicos años 70. También se ponen de moda las pestañas postizas y las cejas extremadamente finas, mientras que en la boca predomina el  rosa, al igual que en los pómulos. Durante las  décadas siguientes, surge una obsesión por mantener una piel bronceada y  conviven variadas tendencias. Algunas más atrevidas juegan con colores estridentes, mientras otras están inclinadas hacia el ‘look’ natural, como sucedió en los 90, gracias al aparecimiento de bases y polvos translúcidos y del ‘gloss’ o brillo. En la actualidad, la característica es la variedad y el constante aparecimiento de innovaciones en la cosmética, como la utilización del aerógrafo para maquillar

Y por lo que se entiende, desde los orígenes el hombre y la mujer se “maquillaban” la piel. Y algo que aclarar es que todo lo que se aplica en nuestro cuerpo, se considera un producto cosmético: champú, gel de ducha, cacao labial, geles/espumas de afeitado, pomadas, cremas, pasta de dientes, desodorante, maquillajes, desmaquillantes, etc.

Sin embargo durante mucho tiempo e incluso hoy en día existen niveles extremos de belleza casi inalcanzables, como lo era antes en la época victoriana el romanticismo, las mejillas sonrosadas naturales o fruto del maquillaje dieron paso a una moda donde una enfermiza palidez se convirtió en un extraño sinónimo de belleza juvenil. Si una joven no era lo suficientemente afortunada para mostrar en su cara los síntomas de haber sufrido por amor, lo cual se consideraba un aspecto glamuroso, estaba dispuesta a hacer cual cosa para conseguirlo, desde beber vinagre para procurarse una palidez sepulcral, a pasar las noches en vela sollozando con poemas de amor. Además podía conseguir una mirada ligeramente ausente poniendo unas gotas de belladona en sus ojos. Esta planta recibía su nombre por su capacidad de proporcionar una imagen bella de la mujer, dilatando sus pupilas, limpiando la mirada y dotándola de un aire poético y romántico.

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