ENVEJECIMIENTO Y EJERCICIO
Enviado por luisrivera710 • 18 de Noviembre de 2014 • 3.149 Palabras (13 Páginas) • 283 Visitas
CAPITULO 35
ASPECTOS FISIOLOGICOS DEL EJERCICIO EN RELACION AL ENVEJECIMIENTO.
Distintos estudios han demostrado que los seres humanos y otros animales disminuyen espontáneamente su actividad física conforme van envejeciendo. En nuestro ámbito social el nivel de actividad física voluntaria comienza a disminuir tan pronto como las personas alcanzan la madurez.
No todas las funciones fisiológicas se afectan de la misma forma con el envejecimiento; así, por ejemplo, mientras la velocidad de conducción nerviosa disminuye en torno a un 10-15% entre los 30 y 80 años de edad, la máxima capacidad de la ventilación pulmonar lo hace en un 40%. La mayor parte de los estudios sugieren que el entrenamiento físico no parece retardar el proceso fisiológico del envejecimiento.
BASES FISIOLOGICAS DEL ENVEJECIMIENTO.
El envejecimiento, según Mora Teruel (1999) es un proceso deletéreo, que acontece en todo ser vivo con el tiempo, como expresión de la interacción entre el programa genético del individuo y su medio ambiente. Desde el punto de vista de la edad cronológica, se dice que el envejecimiento propiamente dicho comienza entre los 60 y 65 años.
Teorías sobre el envejecimiento.
Según Mora Teruel, pueden dividirse en dos grupos:
• El primero lo relaciona con un programa activo de autodestrucción (genético), resultado de un programa secuencial de sucesos.
• El segundo como el resultado pasivo de un deterioro general (genético/celular irreparable).
Teorías más aceptadas en la actualidad según Hayflick (1975):
• Teoría del error primario de Orgel: alteración del código genético por acumulación de errores a nivel del ADN.
• Teoría del mensaje redundante de Medvedev: se basa en la asunción de que existen repeticiones redundantes de algunos genes, que van entrando en actividad a medida que los genes se deterioran.
• Teoría de la restricción-codónica de Strehler: basada en el límite finito de la vida de las células.
Estas teorías no son excluyentes, sino más bien complementarias.
RESPUESTAS Y ADAPTACION.
Todos los estudios que han abordado de forma seria el proceso del envejecimiento coinciden en señalar un descenso de la capacidad funcional en los mayores de 60 años donde muchos de estos déficit tienen mucho que ver con el estilo de vida, los hábitos, la alimentación y las enfermedades.
FUERZA MUSCULAR.
El deterioro con la edad de la función muscular es uno de los principales factores que influyen en la disminución de la capacidad de vida independiente de las personas. Se cree que la reducción con la edad de la capacidad del sistema neuromuscular para generar fuerzas favorece el riesgo de caídas y resbalones, típicas de este grupo de población, aspecto que lleva a considerar su valoración con cada vez más interés. Además del envejecimiento per se, uno de los factores que mejor explican la reducción en la fuerza y la masa muscular con la edad, es la drástica reducción en la cantidad y calidad de actividad física realizada.
Al llegar a la frontera de los 60 años comienza una etapa caracterizada por la reducción gradual de la fuerza máxima, que suele ser del orden del 30 al 40%. El proceso de envejecimiento estará asociado no solo con la reducción de la fuerza máxima, sino también con el descenso en la capacidad del sistema neuromuscular para producir la fuerza explosiva. El deterioro de la fuerza con la edad se produce esencialmente por una pérdida progresiva de masa muscular (sarcopenia).
Además de la reducción de la masa muscular, los mecanismos involucrados en el proceso de la contracción muscular también se ven afectados lo que contribuye a la pérdida de fuerza. Así, el paso de los años hace al tejido muscular esqueleto menos excitable y con mayores periodos refractarios. Como consecuencia, se necesitara un mayor estímulo para provocar para provocar la contracción muscular y se requerirá un mayor tiempo de recuperación hasta que el musculo sea sensible a otro estimulo.
El aumento de la edad se acompaña de una reducción con el número de unidades motoras funcionantes, con un incremento en el tamaño de las unidades motoras restantes. La pérdida de unidades motoras asociadas al envejecimiento es la primera causa del descenso de la fuerza muscular entre los 20 y los 80 años, incluso en sujetos físicamente activos.
Saltin (1966) demostró que a pesar de la perdida de la masa muscular en los sujetos mayores que se mantienen activos físicamente, la calidad de la masa muscular que permanece se mantiene, conservando la capilaridad de las fibras musculares y no disminuyendo excesivamente la actividad de las enzimas oxidativas del musculo esquelético.
En la actualidad, tiene una especial consideración el conservar unos niveles adecuados de fuerza y resistencia muscular, necesarios para evitar que aparezcan problemas, como los dolores de espalda, la osteoporosis o la imposibilidad futura de realizar actividades habituales.
Entre los factores neurales que podrían justificar una disminución de fuerza con el envejecimiento cabe mencionar los siguientes mecanismos posibles:
1. Modificaciones en las aferencias sensitivas.
2. Retrasos en el proceso de estimulación y conducción de la señal nerviosa a los músculos con la respuesta apropiada.
3. Alteraciones en los patrones de reclutamiento muscular.
Con el envejecimiento se producen cambios cualitativos y cuantitativos en las unidades motoras. La muerte neuronal y el daño axonal causan la perdida de conexión entre el sistema nervioso y algunas fibras musculares, proceso conocido como denervación.
El descenso de la fuerza muscular en el envejecimiento es particularmente notable a partir de los 50 años, pudiendo resumir sus causas:
• Perdida de fibras musculares
• Reducción del volumen de fibras musculares, principalmente tipo II.
• Descenso de la síntesis de proteínas de la miofibrilla.
Así pues, la sarcopenia es un fenómeno multifactorial, en el que confluyen un descenso de la producción de hormonas anabólicas, una actividad creciente de citoquinas de tipo inflamatorio que tienen un efecto catabólico sobre el tejido muscular, pérdida de apetito y reducción de la actividad física.
EFECTOS DEL ENTRENAMIENTO.
Diversos estudios han mostrado que la realización de un entrenamiento sistemático de fuerza máxima se acompaña de incrementos significativos en la producción de fuerza, siempre y cuando la intensidad y duración del periodo de entrenamiento sean suficientes tanto en adultos jóvenes como en personas mayores.
El entrenamiento de fuerza en personas mayores de edad facilita la retención de proteínas contráctiles y puede retardar la pérdida de masa
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