El Boom Del Cafe

EJE CAFETERO COLOMBIANO

En lo que va corrido de nuestra historia, podemos decir que esta ha transcurrido en “armonía” con los conflictos políticos y sociales, desde la misma guerra de independencia hasta la guerra civil que actualmente esta acabando con el país.

El Eje Cafetero es conocido como una de las zonas más dinámicas de Colombia, ubicado en el centro occidente del país, exactamente en el corazón del llamado “triángulo de oro” que forman las tres principales urbes: Bogotá, Medellín y Cali.

Buena parte del territorio del eje cafetero, fue dedicado desde la primera mitad del siglo pasado a la producción cafetera. La alta producción del grano y el buen precio internacional generaron por décadas el desarrollo y una supuesta estabilidad de la región.

Con el desplome de la economía cafetera y más recientemente con el terremoto que afectó la región, se hicieron notar algunos fenómenos socioeconómicos que antes no recibieron la suficiente atención: el deterioro de la calidad de vida de la población, la presencia del narcotráfico, las guerrillas y los paramilitares, altos índices de violencia y criminalidad y el desplazamiento masivo por efectos del conflicto armado.

Estos fenómenos socioeconómicos no surgen de manera circunstancial, han estado presentes en nuestro medio por años, presentando un crecimiento silencioso, el cual no se ha frenado a tiempo y por el contrario se alimenta constantemente y perturba nuestra sociedad.

El éxito económico derivado de las exportaciones cafeteras durante el siglo anterior, ocultaron estas otras facetas de la realidad. Nadie quiso asumir o aceptar la otra situación que vivía la región, en la cual estos males eran el pan nuestro de cada día y en donde la mayoría de las veces se prefirió el olvido de estos delicados trastornos, como si con ello fuera posible derrotarlos, sin ni siquiera tomarse la molestia de descubrir y enfrentar sus orígenes, asumindo que ocultando y tapando la verdadera realidad con métodos simplistas seria suficiente.

Así bien, estas 2 realidades, la positiva caracterizada por el progreso, el desarrollo y el crecimiento regional y la que no se quiere asumir como debería ser como lo son el conflicto social, la violencia, el desplazamiento y el narcotráfico no son independientes una de la otra, estas interactúan entre si, aunque lo que ha primado en el imaginario regional y en la imagen nacional e internacional es el empuje de los caficultores y los efectos de la producción cafetera y las exportaciones en el desarrollo social y en la calidad de vida.

Sin embargo la violencia generada tanto a nivel económico, político y social, como la movilidad poblacional asociada a ellas, es cada ves mas frecuente y se hace mas difícil ocultarlas, es difícil entender el porque las medidas que toman nuestros representantes tanto nacionales, departamentales como municipales no tienen

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