El Efecto Coriolis

El Efecto Coriolis

Es un efecto que se produce por la rotación del planeta en un objeto que está moviéndose en la superficie terrestre. Se presenta como un efecto en el que curva la dirección del objeto en movimiento.

Hacia el final de la Primera Guerra Mundial, cuando el ejército alemán apuntaba con su artillería hacia París desde una distancia de 120 kilómetros. De no haber tenido en cuenta la sutil influencia del efecto Coriolis, los disparos se habrían desviado unos 800 metros.

Fue descubierto por Gaspard Gustave Coriolis quién hizo análisis con máquinas con rotación, como los molinos de agua y dedujo una ecuación que describe dicho efecto. El Efecto Coriolis aparece cuando interviene un objeto que está en movimiento.

Si un objeto inicia un movimiento con dirección hacia el norte, su dirección no será totalmente recta, sino que resulta ser curvada hacia la derecha debido al efecto Coriolis. También hace que los huracanes y tifones giren en sentido horario en el hemisferio sur y en sentido antihorarios en el norte, provoca que el viento fluya alrededor de las zonas altas y bajas presiones, y no directamente desde las regiones de presión alta hacia las de presión baja. En el hemisferio norte, cuando el aire fluye en dirección radial, la rotación de la Tierra lo desvía hacia la derecha, y en el hemisferio sur, ocurre lo contrario.

El efecto Coriolis posee la intensidad suficiente para dirigir la rotación de un huracán durante días y es el responsable de la desviación de la trayectoria de los objetos en movimiento. Una falsedad muy extendida afirma que en un lavabo, el agua gira en un sentido en el hemisferio sur y en sentido contrario en el norte. Esta idea es un mito, ya que este efecto resulta demasiado débil para inducir en la rotación de una pequeña cantidad de agua durante unos segundo en lo que tarda en desaparecer por el desagüe.

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