El Fenotipo Maligno
Enviado por esneferu • 4 de Septiembre de 2013 • 1.538 Palabras (7 Páginas) • 929 Visitas
El fenotipo de las células malignas.
El cuerpo de los seres pluricelulares está constituido por dos tipos de células: las que cumplen con la función específica asignada a cada tejido y las que tienen como cometido reproducirse dando lugar a otras células que suplan a las anteriores a medida que mueren, de modo que la función de cada tejido se preserve a lo largo del ciclo vital del organismo. Estas últimas células (las reproductoras del tejido o células madre unipotenciales) entran periódicamente en mitosis para repoblar el tejido al que pertenecen; pero, evidentemente, esa mitosis no puede ser igual a la de los organismos simples unicelulares. En efecto, mientras que estos últimos al multiplicarse dan como producto dos células idénticas (mitosis simétrica), las células madre de los distintos tejidos que pertenecen a los complejos organismos pluricelulares da lugar a dos células diferentes (mitosis asimétrica), una de las cuales es idéntica a su progenitora y preserva la capacidad de reproducirse mientras que la otra es radicalmente distinta a ella puesto que ha perdido su capacidad reproductora y ha aprendido en cambio a realizar la función específica que debe cumplir como integrante del tejido al que pertenece.
Naturalmente el hecho de que estos dos tipos celulares sean diferentes en cuanto a su cometido se debe a causas genéticas que, en esencia, no pasan de ser causas bioquímicas. Pero esto resulta un misterio, al menos para los que tenemos que conformarnos con ver la vida desde la óptica de nuestros ojos. Por mucho que nos ayude el microscopio, no conseguiremos nunca descender a explicaciones tan profundas como las de los átomos y las moléculas. No sé si esto es bueno o malo; y la verdad es que nunca me ha importado en demasía. El hecho es que, sea cual sea la base molecular del patrimonio básico de cada célula (su genotipo) lo único que conseguimos ver con nuestros ojos es su forma, su configuración, el color que adquieren bajo determinadas condiciones de tinción y el aspecto con el que se nos ofrecen (su fenotipo) Es por eso que a mí, como patólogo, el fenotipo de las células (lo que parecen) me ha dicho desde siempre mucho más de ellas que su genotipo (lo que son). Incluso me he preguntado con frecuencia si las células realmente parecen lo que son o si, por el contrario, son lo que parecen. Y es que creo que, al menos en este campo, las apariencias no sólo no engañan sino que pueden señalar el camino a una verdad que trascienda a la fría descripción de las causas moleculares subyacentes. O dicho de otra forma: me parece que la célula tiene más vida (o al menos expresa en su fenotipo más vida) que las moléculas que la integran y las que determinan su destino y su función.
El fenotipo de las células normales.
En las células normales de los organismos pluricelulares el fenotipo viene determinado por la función. Por eso todas las células que cumplen con la misma función son prácticamente idénticas; su forma se adapta exquisitamente a su trabajo porque es precisamente su trabajo el que esculpe su forma. Así todas las células de los epitelios escamosos de protección (fig. 1) son poliédricas, con numerosas uniones desmosómicas que las mantienen unidas a sus vecinas, con un núcleo central que se va haciendo pequeño y denso a medida que su edad útil aumenta, con un color tanto más rojo con las tinciones convencionales cuanto mayor es su carga queratínica. Del mismo modo todas las células de los epitelios encargados arrastrar sustancias mucinosas hacia el exterior del cuerpo son de configuración columnar y muestran cilios en su borde libre (fig. 2); las de los epitelios secretores contienen vacuolas cargadas del producto de secreción que rechazan al núcleo hacia la membrana citoplásmica, todas las fibras del músculo esquelético son alargadas con estrías paralelas entre ellas y transversales en relación con el eje longitudinal celular que no representan sino la superposición de las moléculas contráctiles que permiten sus movimientos, todas la neuronas muestran una prolongación axonal por la que los impulsos generados en la célula se transmiten a otras células, y así hasta abarcar la totalidad de los tejidos y grupos funcionales del organismo. Cada célula es fenotípicamente idéntica a sus compañeras del mismo grupo funcional y, por el contrario, fenotípicamente distinta de las células de otros grupos funcionales. Todas las que cumplen el mismo trabajo se parecen; las que cumplen con trabajos distintos son radicalmente diferentes. Esto no es sino una consecuencia de la exquisita organización de los seres pluricelulares y constituye una característica común a todos ellos; digamos que supone algo así como una ley universal que podría enunciarse como: “a trabajos iguales cuerpos idénticos; a trabajos distintos cuerpos diferentes” o con un vocabulario más científico: “las células que desarrollan la misma función son fenotípicamente idénticas; las que desarrollan funciones distintas son fenotípicamente diferentes.”
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