El Problema Del Sida
Enviado por Rauloipn • 18 de Febrero de 2013 • Tarea • 5.771 Palabras (24 Páginas) • 447 Visitas
Introduccion
El tema del SIDA es de vital relevancia en este siglo. La diferencia entre Virus de
Inmunodeficiencia Humana y Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, es algo que la
mayoría de las personas no sabe a dos décadas del inicio del virus. Es importante que se
entienda la gravedad del problema. Sólo en México hay más de 70,000 infectados, (según
las cifras oficiales), sin contar a los portadores que no lo saben. Se calcula que, por cada
caso de VIH reportado, hay entre 5 y 10 sin reportar.
Básicamente se trata de un problema de ignorancia: las personas, al no estar bien
informadas sobre los riesgos que corren, no se protegen, y los contagios van en aumento.
La vía más común de contagio es la transmisión sexual. El sexo sin protección y con varias
parejas aumenta los riesgos de contagio. Esto se ve más reflejado en comunidades
marginadas, en donde no saben ni lo que es un preservativo, ya que no tienen educación
sexual.
Otro problema importante es la discriminación que sufre el seropositivo. La
desinformación se da en todos niveles, y esto afecta al infectado en todos sus contextos:
social, familiar, educativo y laboral. Existen personas que al resultar VIH positivas pierden
amigos, familia, empleo y hasta sus propios derechos.
Capitulo 1 “El SIDA”
1.3 Historia De Una Enfermedad
El SIDA se revela mediante la aparición de una o varias infecciones oportunistas: las más frecuentes en nuestros países son la pneumocistosis y la toxoplasmosis. En Africa, son la tuberculosis y la criptococosis. Pueden aparecer también hemopatías, linfomas o sarcoma de Kaposi. En más del 40 % de los casos, se observa que el virus mismo o un agente oportunista han afectado el sistema nervioso. Esas enfermedades señalan la debilidad del sistema inmunitario.
Por definición, una infección oportunista no se desarrolla en un sujeto cuyas defensas inmunitarias son normales. En caso de SIDA, se pueden desarrollar varias al mismo tiempo. Pueden incluso afectar el mismo órgano, por ejemplo el cerebro. Al verse especialmente afectada la inmunidad celular, a menudo son gérmenes intracelulares los que originan las infecciones.
Éstas se caracterizan por su gravedad y su posibilidad de reaparición. Afortunadamente, numerosos antibióticos resultan eficaces tanto para prevenirlas como para curarlas. Eso es lo que ha llevado a poner en práctica una profilaxis para algunas de ellas (toxoplasmosis, pneumocistosis y micobacteriosis) antes incluso del primer episodio infeccioso y a continuación para prevenir el siguiente.
La naturaleza de las infecciones oportunistas depende de su frecuencia en la población general del entorno. En Africa domina la tuberculosis. En Estados Unidos, el Canadá y Europa, la pneumocistosis. En Francia es igualmente frecuente la toxoplasmosis: parece ligada al consumo de carne poco cocida. En el sureste de Asia, un hongo (Penicillium marneffei) provoca infecciones dermatológicas graves. No obstante, el mantenimiento relativo de esas infecciones se ha modificado durante los últimos años a causa de los tratamientos profilácticos que hoy en día son propuestos a los enfermos de manera sistemática. Los mismos han permitido alargar su duración de vida.
El sistema inmunitario controla numerosas células pretumorales. Cuando se debilita, las células se desarrollan para formar un sarcoma de Kaposi o linfomas, relacionados en particular con el virus de Epstein-Barr.
El sistema nervioso se ve también afectado muy a menudo. En el momento de la infección primera, esa afección se traduce a veces en una encefalitis, una meningitis o una afección de los nervios periféricos. Todas esas manifestaciones retroceden de manera espontánea. Se piensa que algunas cepas víricas tendrían una afinidad mayor con las células macrófagas que con los linfocitos. Una vez infectadas, las macrófagas atravesarían la barrera de la meninge, que protege el cerebro, y originarían pequeños focos de infección vírica.
En el momento en que el SIDA se declarara, estos focos serían reactivados al desplomarse el sistema inmunitario. Una encefalitis se desarrolla entonces en el 20 % aproximadamente de los pacientes. Los primeros signos son dificultades de concentración, lapsus de memoria, lentitud intelectual. Después, de manera progresiva, al cabo de algunas semanas o de algunos meses, se produce un estado de demencia. En diferentes exámenes, el cerebro pierde su sustancia blanca y en ocasiones se atrofia. Esa encefalitis es la complicación neurológica más frecuente en la fase de SIDA. Del 40 al 80 % de los enfermos presentan así manifestaciones neurológicas más o menos severas. Existe una forma muy grave de esa infección en los recién nacidos de madre seropositiva que tienen un déficit inmunitario importante. En todos los casos se trata de un pronóstico muy sombrío.
Se plantea la cuestión de saber cómo produce el virus esos trastornos mientras no infecta las neuronas. Se piensa que se debe a mecanismos indirectos. Las células macrófagas segregan citocinas inflamatorias que perturban mucho el funcionamiento de las células gliales, que rodean las neuronas, o que liberan productos de oxidación, en particuIar óxido nítrico. En pequeña dosis, éste es un mensajero entre las células nerviosas. En dosis mayor es un veneno que impide su funcionamiento. Recientemente se ha demostrado que el virus podía infectar células gliales en cultivo, siendo estas células las que nutren a las neuronas. El que se vean afectadas podría así alterar el funcionamiento de estas últimas directamente o acarrear su muerte por apoptosis.
El sistema nervioso es también la sede de infecciones oportunistas: toxoplasmosis cerebral (en el 14 % de los casos), encefalitis por citomegalovirus, criptococosis neuromeníngea (19 % de los casos), linfomas, o también leuco-encefalia multifocal causada por un pequeño virus en el ADN.
En el curso de la enfermedad pueden también sobrevenir manifestaciones hematológicas variadas: disminución del número de plaquetas sanguíneas con perturbaciones de la coagulación, alteración de las líneas cepas sanguíneas, presencia de auto-anticuerpos en la sangre.
En esa fase de la enfermedad, todos los parámetros inmunitarios se colapsan. Los linfocitos son muertos por el virus o mueren de apoptosis. Una caída de los linfocitos T4 precede a veces a la aparición de una infección oportunista. ¿Cuál de estos dos factores es el que determina al otro? La infección oportunista, al estimular los linfocitos, aumenta el riesgo de infección por el virus.
Además, en todas las células del organismo, se acelera un proceso destructor:
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