El Tacto Pedagógico

El tacto pedagógico” y “El tacto y la enseñanza”

En el presente ensayo hablaremos de la importancia que tiene la intervención del docente ante situaciones que presentan los alumnos, mismas que no son programadas, sino por el contrario el profesor da solución de manera improvisada poniendo en práctica las habilidades adquiridas a lo largo de su experiencia y usando el “tacto pedagógico” para sobrellevar de manera adecuada los imprevistos surgidos dentro y fuera del aula.

El tacto incluye una sensibilidad intuitiva de saber cuándo dejar pasar algo, que decir ante determinada situación, la forma de actuar para hacer como si no nos damos cuenta de lo que pasa, etc. En ocasiones el alumno solamente necesita de una “palmadita” en el hombro para saberse apoyado y cambiar su actitud, para esto es necesario que el docente se dote de paciencia la cual ha sido descrita como una virtud fundamental de todo profesor.

Es parte de la naturaleza de los niños que crezcan y aprendan, pero somos los padres y maestros quienes en ocasiones los presionamos y forzamos tempranamente estos procesos y en efecto el niño aprende, pero hay cosas en el desarrollo del niño que no pueden acelerarse para lo cual como adultos debemos tener paciencia para esperar a que le infante lo pueda lograr de manera natural y dejarlo aprender a su propio ritmo, de la misma manera no se puede pasar todo por alto, es necesario saber discernir en que momentos se requiere la intervención de un adulto. Por ejemplo hay profesores que se enorgullecen de dejar que sus estudiantes tomen decisiones por si solos, y padres “permisivos” que se niegan a reconocer la necesidad de cualquier guía, dirección, compromiso, etc., en la vida de sus hijos dándoles la “libertad” de decidir.

El tacto se manifiesta como receptividad a las experiencias del niño, estar abierto a esto significa que debemos procurar evitar juzgar las situaciones de manera estándar y convencional, además, que como adultos tanto los padres o el profesor debemos analizar la manera de reaccionar ante cada situación, más allá de las perspectivas que se tienen respecto a las mismas experiencias del niño tomando en cuenta la manera en que este percibe el problema.

Es labor del profesor saber lo que sus alumnos necesitan, dejar de verlos como un objeto y tratarlos como un sujeto, es este quien los guía hacia el camino correcto sabiendo cuales son las necesidades educativas de los niños, así como su forma de ver las cosas, y debe ayudarles a encontrar la mejor manera de aprenderlas y no esperar a que el alumno recurra a el por su ayuda en este caso el tacto se manifiesta siendo sensible a la subjetividad.

Una manera en que se manifiesta el tacto es de una manera sutil. Cuando se presenta un caso en el cual el alumno se muestra apático o con pocas habilidades en la materia, la tarea del docente no es juzgar o criticar el trabajo del estudiante, sino por el contrario debe buscar la manera de motivarlo y despertar su interés, del mismo modo hacerle notar de que manera puede mejorar sin hacerlo sentir vulnerable o que pierda el interés, siempre hay formas de rescatar a un alumno que los demás dan por perdido.

También se manifiesta como seguridad, cuando un profesor ha aprendido a confiar en sí mismo en situaciones y circunstancias siempre cambiantes y sabe como comunicar esta seguridad a sus estudiantes. El tacto representa las diversas formas en que cualquier adulto puede actuar, este no es un término neutro y también está gobernado por sensibilidades normativas.

El maestro debe proteger el espacio y la vulnerabilidad del niño cuando se encuentra en una situación donde se le ha olvidado lo que debe decir en una exposición y se muestra vulnerable al juicio de sus compañeros el docente busca la manera de dar espacio para que pueda sobreponerse

...