El método clínico

EL MÉTODO CLINICO

El método clínico es un procedimiento para investigar cómo piensan, perciben, actúan y sienten los niños, que trata de descubrir aquello que no resulta evidente en lo que los sujetos hacen o dicen, lo que está por debajo de la apariencia de su conducta, ya sea en acciones con palabras. Lo característico de este método es la intervención repetida del experimentador ante la conducta del sujeto, esto puede producirse sea cual sea esa conducta. La conducta puede ser verbal, de manipulación de un objeto con explicación o puramente manipulativa.

Se ha utilizado de una forma muy amplia por numerosos investigadores en todo el mundo, sin embargo la manera en que muchos autores  lo denominan tiene poco que ver con la forma de trabajo de Piaget desde que lo empleo en 1926, aunque dentro de la psicología la expresión “método clínico”  se utilizaba desde 1896 por L. Winter, un psicólogo norteamericano que había sido alumno de Wilhelm Wundt. El método clínico servía para prevenir y tratar las deficiencias y las anomalías mentales de individuos, entre ellos niños que tenían dificultades escolares normales

 Cuando Piaget comienza a estudiar el pensamiento del niño, el método que se utilizaba o el que dominaba era la observación y las pruebas estandarizadas para el diagnóstico, los test, estos estaban fundados sobre el número de éxitos y fracasos, para Piaget era mucho más interesante intentar descubrir las razones de los fracasos, eso le llevo a tratar de profundizar en las causas que estaban detrás de las respuestas erróneas y en la relación que tenían con su forma de pensamiento. En su libro La representación del mundo en el niño menciona que los test presentan dos notables inconvenientes, primeramente no permiten un análisis suficiente de los resultados obtenidos y falsea la orientación espiritual del niño a quien se interroga.

Piaget inició un método de conversaciones abiertas con los niños para intentar aprender el curso de sus pensamientos, estas consistían en preguntas no preestablecidas que se iban formulando teniendo en cuenta las respuestas de aquellos y de acuerdo con las hipótesis que se formulaba el experimentador. La dinámica de la conversación con el niño ha mantenido desde entonces una característica fundamental: el interrogador orienta la marcha del interrogatorio, siendo dirigido por las respuestas del sujeto. Como José Antonio Castorina menciona en su artículo “Alcances del método de exploración crítica en psicología genética”, para que el procedimiento sea eficaz debe saber observar, es decir, dejar hablar al niño, no agotar nada, no desviar nada y, al mismo tiempo, saber buscar algo preciso, tener en todo instante alguna hipótesis de trabajo que comprobar.

La utilización del método clínico se basa en el presupuesto de que los sujetos tienen una estructura de pensamiento coherente, construyen representaciones de la realidad que tienen a su alrededor y lo ponen de manifiesto a lo largo de la entrevista o de sus acciones, este se origina en los trabajos realizados en la clínica en los cuales se pretende examinar con profundidad a un sujeto para detectar cuáles son sus características. Piaget trata de estudiar al niño que tiene delante como un sujeto único, un sujeto que es una unidad, que tiene una coherencia interna, pero no se centra en lo peculiar de ese sujeto, sino en lo universal, en ese niño como un sujeto epistémico, un sujeto que forma conocimientos.

Como se menciona anteriormente el método clínico ha sufrido modificaciones los cuales son vinculados a los objetivos de las investigaciones, además en función de la nueva problemática teórica, en particular los intercambios verbales han sido reemplazados por intercambios en acción. El experimentador participa activamente, observando y experimentando, guiado por sus hipótesis y por las respuestas de los niños.

La ausencia de hipótesis durante el interrogatorio lleva a indagar ciegamente, a tal punto que hay quienes solo al finalizar el interrogatorio se preguntan por el nivel en que se encuentra el niño. Algunas veces el interrogador aferrado a su hipótesis, no aceptan las respuestas de los niños, lo que puede provocar desconcierto o aun hostilidad en ellos. Las hipótesis que se prueban surgen a lo largo del juego entre algún tipo de ideas previas del experimentador y las respuestas de los niños. Si consideramos a la interrogación clínica como un simple “diálogo” con el niño para obtener datos acerca de su comportamiento, estaríamos frente a una técnica de recolección de datos.

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