Elaboracion De Jabon A Partir De Aceite Reciclado

I Introducción

La presente investigación habla acerca de un problema que hoy en día es muy común, la mala disposición del aceite de cocina que después de utilizar termina en las alcantarillas provocando una contaminación en el agua y obstruyendo las tuberías de los hogares.

Por tal motivo esta investigación pretende dar una solución a la disposición de dichos residuos, elaborando un producto de uso común, utilizado como materia prima el aceite usado de cocina y las cáscaras de naranja.

Aquí se dan a conocer la metodología que se utiliza para realizarlo, al igual que la manera en la que este aceite se puede utilizar después de pasar por un proceso de purificación.

Este proyecto intenta ser sustentable, ya que nos generara un gran beneficio ambiental, pues se utiliza un residuo como materia prima en la elaboración del producto.

La elaboración de jabón más común está basada principalmente en el cebo de animales y algunas grasas, sin embargo, aquí se proponen el utilizar el desecho del aceite vegetal para realizarlo. Además de un método sencillo de fabricación utilizando el hidróxido de potasio, para que pueda ser un jabón líquido y evitar la solidificación que pasa con el hidróxido de sodio.

Antecedentes

El Jabón

Los jabones son sales sódicas o potásicas de los ácidos grasos, solubles en agua. Se fabrican a partir de grasas o aceites o de sus ácidos grasos, mediante tratamiento con un álcali o base fuerte (hidróxido sódico, que dará jabones “duros”, o hidróxido potásico, que dará jabones “blandos”). Por sus características, los jabones son surfactantes aniónicos.

En general dos tipos de reacciones químicas son utilizadas en la fabricación de jabón: la saponificación de triglicéridos (grasas y aceites) y la neutralización de ácidos grasos (los cuales son producidos a partir de los triglicéridos por una variedad de métodos, mas notablemente por división o hidrólisis de grasas y aceites con vapor a alta presión). El hidróxido de sodio (el álcali predominante empleado en la elaboración de jabones), hidróxido de potasio, carbonato de sodio y trietanolámina son las fracciones alcalinas más comúnmente utilizadas en este proceso. [Steve Misner]

Saponificación

Se entiende por saponificación a la reacción que produce la formación de jabones.

La principal causa es la disociación de las grasas en un medio alcalino, separándose glicerina y ácidos grasos. Estos últimos se asocian inmediatamente con los álcalis constituyendo las sales sódicas de los ácidos grasos: el jabón. Esta reacción se denomina también desdoblamiento hidrolítico y es una reacción exotérmica. [Química explicada, 2010]

Fig. 1 Reacción de Saponificación con Hidróxido de Potasio

Índice de Saponificación

El número de saponificación o índice de saponificación es el número de miligramos de hidróxido de potasio requeridos para saponificar 1g de grasa bajo condiciones específicas. Es una medida para calcular el peso molecular promedio de todos los ácidos grasos presentes.

Fig.2 Tabla de Saponificación

¿Cómo Funciona el Jabón?

El jabón ayuda a limpiar de dos formas diferentes: por un lado, contribuye a que el agua “humedezca” la superficie que se va a lavar y permite que se extienda por la mayor parte de la misma; por otro, pone en contacto con la suciedad con el agua y deja así que las impurezas se enjuague.

Una molécula de jabón está compuesta por una cadena de átomos de carbono, hidrogeno y oxigeno (provistos de cabeza y cola). El agua atrae a la cabeza y la cola a la suciedad y a la grasa. El jabón limpia porque estas partes opuestas ponen en contacto la suciedad con el agua y hacen posible que la superficie se enjuague.

El jabón hace que el agua empape más. El agua se queda en la superficie de los tejidos y de la piel porque sus moléculas están fuertemente unidad y se resisten a separarse. Las moléculas se aferran las unas a las otras en gotitas y no empapan la superficie. Aquí es donde interviene el jabón como agente activo en la superficie: algo que separa esas gotitas y la ayuda a mojar la piel o el tejido. Cuando las moléculas del jabón se combinan con agua, sus colas hidrofobicas (las cadenas de hidrocarburo) se comprimen en un espacio muy pequeño, en un esfuerzo por mantenerse lo más alejadas posibles del agua y lo más cerca posible las unas de las otras. La cabeza de las moléculas del jabón (la parte del carboxilo) son atraídas por el agua y forman una pared esférica alrededor de las colas huidizas. El jabón forma una película en la superficie del agua que mantienen a las cabezas y las colas en su lugar. La acción de estas cabezas y estas colas en la superficie del agua elimina la tensión superficial, obliga al agua a penetrar en el tejido o en la piel y permite que se produzca la espuma del jabón.

Una vez que la molécula del jabón ha contribuido a que el agua hiciera su trabajo, se dedica a eliminar la suciedad y la grasa. La cola oleofila de la molécula de jabón es atraída precisamente por el aceite y la grasa. Primero introduce la cola en la suciedad. Al sentirse atraída por el agua y tirar hacia ella, la cabeza de la molécula de jabón arrastra la suciedad que queda unida a la cola de la molécula. La cola de la molécula de jabón mantiene la suciedad en suspensión, lejos de la piel o del tejido, hasta que el enjuague se lleva la suciedad y el jabón. [Susan Cavitach, 2003].

Jabón Líquido

A menudo, los jabones líquidos son jabones de potasio que se han diluido con diferentes proporciones de agua. Los aceites vegetales a escoger son el aceite de coco y el de palmiste, ya que los aceites ácidos altamente laúricos son lo que aportan una espuma más esponjosa.

El jabón líquido es totalmente saponificado, puesto que cualquier grasa o aceite in saponificado impedirá la creación de espuma y de consistencia.

Aunque el jabón líquido puede elaborarse utilizando únicamente el aceite, hidróxido de potasio y agua- y nada más- muchas empresas añaden alcohol y otros clarificadores para hacer que el jabón sea completamente transparente, además de productos químicos sintéticos para perfeccionar su consistencia. El jabón suele cocerse durante horas o bien se procesa bajo presión en un recipiente cerrado. El jabón líquido industrial se cuece de ocho a veinticuatro horas, o hasta que consigue la transparencia deseada, y se le añade agua periódicamente para sustituir la parte que se ha evaporado. Este proceso requiere un equipo mecanizado que caliente

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