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Enfermedades Respiratorias


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2011  •  8.434 Palabras (34 Páginas)  •  1.167 Visitas

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Enfermedades respiratorias: ¿se pueden prevenir?

Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación Ver datos

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Debido a las bajas temperaturas del invierno, el Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires inició una campaña de prevención destinada a cuidar la salud de los más pequeños.

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Debido a las bajas temperaturas del invierno, el Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires inició una campaña de prevención destinada a cuidar la salud de los más pequeños.

Las enfermedades respiratorias –bronquiolitis, bronquitis, neumonía– aumentan con la llegada del invierno y los menores de dos años tienen más probabilidades de enfermarse.

Los síntomas a tener en cuenta:

• Deja de dormir.

• Deja de comer.

• No tiene ganas de jugar.

• Resfrío con fiebre o mucha fiebre.

• Dificultad para respirar.

• Ruido al respirar.

• Tos que no deja comer ni dormir.

Es importante:

• Conservar los ambientes aireados y limpios.

• Mantener la lactancia materna.

• No fumar cerca de los chicos, ni en ningún ambiente de la casa.

• Tener la vacunación al día.

Recomendaciones:

• Los medicamentos deben ser siempre indicados por el médico.

• Abrigar a los chicos en forma suficiente pero no excesiva.

• En caso de fiebre dar baños de temperatura agradable.

• Evitar los cambios bruscos de temperatura y las aglomeraciones.

• Resfríos y catarros no parecen ser enfermedades graves, pero pueden traer complicaciones serias en los primeros años de vida.

¿Es normal que mi hijo haya perdido el apetito después de haber estado resfriado?

Es frecuente que durante un proceso infeccioso (otitis, resfrío, etc.) y luego del mismo, el niño pierda el apetito y le lleve unos días recuperarlo. Si el bebé está inapetente, no es recomendable insistir sobre los alimentos que rechaza.

Es preferible tratar de buscar otras formas de preparación, que sean novedosos como yogures, flanes, quesos, etc., y darle alimentos más nutritivos, por ejemplo, utilizando leche para enriquecer un puré o una salsa blanca. Obviamente esto rige sólo para aquellos niños que ya han incluido a su dieta los alimentos mencionados.

Si a pesar de todos los esfuerzos, el niño sigue rechazando los alimentos, lo más aconsejable es tener paciencia y esperar ya que seguramente retomará su ritmo habitual de alimentación. Todo esto, bajo el seguimiento del pediatra, quien evaluará su estado de salud.

Para todas las madres es una gran preocupación la alimentación de sus hijos. Mantener una nutrición adecuada y con las vitaminas necesarias, es imprescindible para que crezcan fuertes y sanos.

Si tu hijo presenta dificultades para comer, es muy delgado y tiene poco apetito, es muy importante ofrecerle comidas con mayor densidad energética, es decir, calorías y proteínas, para ayudarlo a prevenir la pérdida de peso.

¿Cómo aumentar calorías y proteínas?

• Incorporar una cantidad extra de aceite, crema de leche, manteca ó margarina, a preparaciones calientes como purés, sopas, pastas, arroz, papas, polenta, batatas, guisos.

• Incorporar crema chantilly (crema de leche batida con azúcar), a postres de leche, frutas en almíbar, ensaladas de frutas.

• Agregar dulces como mermeladas, en yogures ó cereales con leche.

• Utilizar dulces compactos en trozos (Ej. Dulce de batata con queso, galletitas con dulce de membrillo en rebanadas, pan con queso y dulce)

• Evitar alimentos que produzcan aumento de la saciedad como ser: caldos y sopas, bebidas con gas, infusiones tipo té, café, mate, verduras crudas en ensaladas, cáscaras de frutas.

• Los alimentos fritos, aportan más calorías que los hervidos ó asados.

• Preparar licuados ó batidos de leche con helados ó crema de leche y/ó frutas.

• Incorporar quesos tipo crema, mantecoso ó fresco, en preparaciones como soufflé, budines, omellettes, rellenos de pastas, canelones, lasañas, ravioles, tartas, empanadas, pizzas, calzones.

• Agregar huevos en preparaciones como purés, budines, revueltos, salsas. Y luego cocinar bien.

• Agregar huevo duro picado a carnes, pastas, pizzas, sándwiches.

• Agregar leche en polvo entera a la leche fluida y a los licuados (1 cucharada sopera por cada taza de leche)

• Incorporar carne vacuna, pollo, pescado ó vísceras (bien cocidas), en rellenos de budines, salsas, guisos, sopas, tartas, empanadas.

• Preparar sopas y guisos con legumbres (porotos, garbanzos, lentejas).

Algunas pautas a tener en cuenta si tu hijo tiene falta de apetito:

• No encender el televisor durante el almuerzo y la cena, de ésta forma vas a prevenir que se distraiga y prestará un poquito más de atención a la comida. Podrás ver algún programa entretenido junto a él una vez finalizada la comida, y así de a poco lograrás que vaya incorporando el hábito, si aún no lo tiene, de comer cuando mamá lo indica.

• No permitir que consuma alimentos fuera de los horarios de las comidas principales, es decir, preferentemente intentar que no ingiera algún alimento, a modo de “picoteo” media hora antes del almuerzo ó de la cena.

• No llevar la panera a la mesa, al menos hasta el momento en que los platos de toda la familia estén servidos.

• No darle bebidas gaseosas antes y durante las comidas, ya que disminuye el apetito, produciendo sensación de saciedad.

• Si tu hijo no quiso almorzar, y a la media hora te pide un yogurt ó un postrecito, intenta jugar con él para pasar el rato, y explicarle que esperarán hasta la hora de la merienda, para tomar la leche. Así llegará a la noche con más apetito, y al día siguiente seguramente no dejará pasar la hora del almuerzo.

Si tu hijo tiene 6 meses ó más, y ya ha comenzado con su ablactación ó incorporación de alimentos que difieren de la leche, es muy importante que recuerdes que hasta los 2 años es un lactante, y su alimentación de base será la leche - materna ó leche de vaca modificada adaptada a cada edad -. Por lo tanto, desde los 6 meses hasta los 2 años, la alimentación formará parte de uno de los procesos más importantes de aprendizaje y juego a la vez.

Comenzará a conocer texturas y sabores. Y es fundamental que éste proceso se viva con afecto, en familia, y con mucha paciencia.

A partir de los 2 años, en

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