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Ensayo Cazadores De Microbios


Enviado por   •  24 de Mayo de 2015  •  1.582 Palabras (7 Páginas)  •  452 Visitas

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En este libro podemos apreciar como el ingenio, la creatividad, paciencia, y saber el porqué de las cosas y el no convencimiento de estas grandes personas que eran apasionadas por un mundo más allá del nuestro, un mundo en el que nuestra simple vista no puede apreciar y necesita de un grandioso instrumento algo así como una ventana para poder apreciar a otro mundo demasiado cerca del nuestro el mundo ”microscópico” por el cual una simple curiosidad y la necesidad por tratar de aprender el dar respuestas lógicas y no convencimientos con simples aquellos dichos de las personas una curiosidad que varios hombres maravillosos el hambre de conocimientos y repuestas a nuestras preguntas, en la cual arriesgando su vida en a aquellos tiempos deseosos de las respuestas planteados por ellos mismos.

Con esta pequeña información podemos obtener mucho conocimiento sobre los pequeños microorganismos y su descubrimiento, también hablaremos de los científicos que empezaron a inquietarse con las enfermedades de los seres vivos y su muerte basados en los microbios teniendo como seguimiento las aportaciones del primer científico llamado Antón Van Leeuwenhoek, teniendo así muchos descubrimientos que pudieron dar una solución a las enfermedades y muertes de algunos seres vivos.

Vamos a comenzar con el cazador de microbios más importante Antón Van Leeuwenhoke tomando en cuenta su inquietud de tallar lentes sabiendo que al tallar el cristal transparente los objetos pueden verse de mayor tamaño, empezando a observar los músculos de la ballena y las escamas de su propia piel detecto a pequeños bichos quedando maravillado pero sin convencimiento alguno siguió con sus experimentaciones porque no sabía cómo era que se estaban reproduciendo los microbios.

El primer científico en ser mencionado de todos ellos es Antón Philips Van Leeuwenhoek; que es descrito en el libro como excéntrico que se obsesiona con los lentes de aumento. A él le encantaba tanto esto que se pasaba horas y horas en su sótano puliendo lentes, aumentándolos y viendo a través de los mismos. Un mientras calentaba el vidrio lo enfrió con agua de que caía de la lluvia. Al ver por el lente vio lo que pareció ser bichos pero de muy pequeño tamaño, entonces Antón Philips van Leeuwenhoek se asombró demasiado con estos y el estudio y se preguntó de dónde venían ya que parecían venir simplemente de la lluvia que caía. Este personaje, como lo dice el libro, fue el primer “cazador” ya que con él se empieza la larga travesía de ver organismos bajo el microscopio.

Tiempo después de la muerte de Antón Philips van Leeuwenhoek nace el próximo cazador del libro Lazzaro Spallanzani, él tendría una nueva obsesión, la “generación espontánea”. Él era un creyente de que la vida no se generaba espontáneamente por eso el continuo los estudios y experimentos del científico Francesco Redí cuyo libro encontró casi por accidente una noche.

Siguiendo esta teoría el científico Lázaro Spallanzani que vivió la generación espontánea no fue muy agradable para el ya que él decía que esta generación no era verdad y queriendo comprobarlo se topó con muchas complicaciones como la inquietud de saber si los microbios podían vivir sin aire y así fue viendo también que los microbios nacían de los microbios teniendo como base un experimento.

Así por medio de sus experimentos comprobó científicamente que la generación espontánea era totalmente falsa, ya que vio cómo se reproducían los microorganismos.

El siguiente cazador es el francés Louis Pasteur que ayudando a un destilador de alcoholes vio como el producto que está en estado de putrefacción era infectado por miles de microorganismos. Luis Pasteur fue muy importante para la pasteurización de los alimentos teniendo como base que los microbios (bastoncillos, comas) eran fermentos del ácido láctico.

Los animales microscópicos se hallaban sumidos en el desprecio y el olvido, mientras que otras ciencias lograban rápidos progresos. Antiestéticas y jadeantes locomotoras sembraban el pánico entre los caballos de Europa y de América. Poco después sería inventado el telégrafo. Se diseñaban nuevos microscopios, pero a nadie se le ocurría usarlos ni se preocupaba por demostrar que ciertos animalillos poseían la capacidad e cumplir una labor de utilidad tal como jamás la realizaría una máquina de vapor. Ni siquiera se insinuaba la terrible posibilidad de que esos despreciables microbios fueran capaces de matar misteriosa y sigilosamente a millones de seres humanos. Nadie sospechaba que eran unos asesinos más efectivos que la guillotina y los cañones de Waterloo.

En el transcurso de varias semanas, ocho víctimas más del lobo rabioso murieron con las gargantas resecas por los sofocantes tormentos de la hidrofobia.

Pasteur se dedicaba a salvar la industria del vinagre, mientras diagnosticaba las enfermedades de los gusanos de la seda, un alemán miope, serio y de baja estatura, estudiaba medicina en la Universidad de Gotinga. Se llamaba

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