Cazadores de Microbios - Ensayo
Enviado por Osiris Montes • 31 de Enero de 2018 • Ensayo • 948 Palabras (4 Páginas) • 246 Visitas
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Cazadores de Microbios
Sucede que, a lo largo de mi vida, me he topado con lecturas fastidiosas cuando de historia se trata. Generalidades, fechas y miles de cosas por memorizar a plazos forzosos. Sin embargo, me di cuenta de que el problema no es solo pereza de mi parte, y que existen obras literarias inductivas a la historia de ciertos temas de importancia que se apoyan de diversos géneros literarios para reducir, tanto como sea posible, lo tedioso y abrumador que puede tener un texto histórico.
El tema en cuestión del presente ensayo es un poco de la historia de la microbiología, plasmado en una obra de relato y redacción sencilla, simple y concisa.
La novela Cazadores de Microbios de Paul de Kruif me parece un libro “animado”, pues cada relato incluye, además de la vida y obra de cada personaje, sucesos de la vida cotidiana de cada uno de estos hombres, quienes fueron eslabones fundamentales para el desarrollo y evolución de la microbiología, convirtiéndola en ciencia pura.
Entre los sucesos sobre la vida cotidiana de estos “cazadores de microbios”, se relatan amistades, rivalidades y discordias y competencias sanas que permitieron el desarrollo de grandes descubrimientos, plasmando con cada oración retratos en la imaginación acerca del modo de vivir en las épocas narradas, así como los paradigmas que en aquellos años se discutían, y que se volvieron bases fundamentales para la microbiología actual.
Como he mencionado anteriormente, en esta obra se describen sucesos y descubrimientos de suma importancia, siendo el primero de ellos la creación de una lente tan pequeña, pero tan perfecta, que permitía observar organismos que en la actualidad conocemos como microorganismos u organismos microscópicos. Esta lente fue fabricada por el hombre que, en este libro, el autor llama “el primer cazador de microbios”, Anthon van Leeuwinhoek. Leeuwenhoek, inicialmente estudiaba para ser funcionario público impulsado por su madre; sin embargo, él decidió retirarse a los 16 años. No era un hombre de ciencia como aquellos de su tiempo, una época donde el conocimiento aún no comprobado se volvía un hecho indiscutible, una época dominada por el pensamiento dogmático. Leeuwenhoek fue un gran observador y, al parecer, su pasión por la observación influyó en su interés en fabricar lentes, hasta llegar a la perfección de su propio “microscopio”, con el cual fue capaz de convertirse en el primer hombre en observar “bichos” en las gotas de lluvia. Cuando informó a la Real Sociedad sobre su descubrimiento, algunos lo tildaban de loco, pero otros lo comenzaban a tomar cada vez más en serio, pidiéndole que les explicara cómo funcionaba su microscopio.
Leeuwenhoek descubrió diversos microorganismos, entre ellos los espermatozoides, y refutó infinidad de supersticiones de la época.
El siguiente cazador de microbios del que se habla en la obra, es Lazzaro Spallanzani, un italiano al que comienzan a describir desde su niñez como alguien demasiado curioso y un tanto raro que hacía experimentos crueles con insectos. Spallanzani fue, al igual que Leeuwenhoek, un gran observador de la naturaleza. A pesar de no tener el apoyo de su padre inicialmente, Spallanzani logró estudiar la carrera en ciencias. Para ese tiempo, ya se toleraba un poco más la suspicacia y la duda en cuanto a las supersticiones, y no se condenaba como antes el ponerlas en tela de juicio.
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