Ensayo sobre los Microorganismos usados en las industrias alimenticia, farmacéutica y cosmética

Ensayo sobre los Microorganismos usados en las industrias alimenticia, farmacéutica y cosmética.

La aplicación industrial de los microorganismos se remonta desde la antigüedad y se orientaba principalmente a la producción y producción de pan y bebidas alcohólicas. El conocimiento acumulado por las diferentes disciplinas en los últimos años y el desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas han permitido descubrir e identificar microorganismos con amplias posibilidades de aplicación industrial. En el presente ensayo se presentan las aplicaciones más significativas de los microorganismos en la industria de alimentos, farmacéutica y cosmética.

El empleo de microorganismos para la producción de compuestos útiles para el ser humano es una actividad que se ha realizado desde la antigüedad. En un inicio estos organismos fueron empleados por el hombre para la producción de bebidas alcohólicas y pan, a pesar de que en ese tiempo se desconocía que gracias a los microorganismos se producían ciertos procesos que permitían obtener dichos productos.  Durante el siglo pasado, el conocimiento acumulado por diferentes disciplinas como la Microbiología y gracias a los descubrimientos de científicos como Louis Pasteur y Antonie van Leeuwenhoek que demostraron la existencia de los microorganismos y su participación en transformaciones químicas, fueron la base para el desarrollo de la microbiología industrial, en donde podemos encontrar un gran número de aplicaciones de los microorganismos, como se mencionan a continuación:

Industria alimentaria:

Dentro de esta área se han realizado amplios avances en el empleo de microorganismos para la producción de enzimas como aditivos alimentarios, control de las fermentaciones alimentarias y en la conservación de alimentos.

En las fermentaciones alimentarias los microorganismos que participan son bacterias acido lácticas, hongos de los tipos mohos y levaduras; generadores de la fermentación acido láctica que permite obtener yogurt a partir de leche y la fermentación alcohólica en la que intervienen numerosas bacterias y levaduras, siendo el etanol y el CO2 los productos derivados y que tienen una amplia utilidad para el ser humano.  En la actualidad se utilizan cepas que no son de Saccharomyces, en los procesos de vinificación para aumentar su complejidad organoléptica, aprovechando la capacidad de las cepas para producir enzimas, metabolitos secuendarios y otros compuestos. Por otro lado su empleo para la producción de enzimas microbianas utilizadas en los procesos de transformación de alimentos: como la enzimas pectolítica endo-polimetilgalacturonal-liasa producida por los hongos Aspergillus nigery y Aspergillus foetídus, dicha enzima es utilizada en la industria alimentaria para la clarificación de néctares y la obtención de mayor volumen de producción. También está su uso en la conservación de alimentos en donde la industria alimentaria ha desarrollado la aplicación de bacteriocinas, producto del metabolismo secundario de algunas bacterias ácido lácticas, como los lactobacilos, (BAL) en la conservación de los alimentos. Los microorganismos con efecto probiótico son adicionados como suplemento en la alimentación diaria, favoreciendo el crecimiento de la flora bacteriana benéfica en el intestino, estimulando las funciones protectoras del sistema digestivo por su acción boiterapeútica, bioprotectora o bioprofiláctica que previene las infecciones entéricas y gastrointestinales (Beristain-Bauza, Palou, & Lopez-Malo, 2012; Parra, Lara, García, & Martínez, 2017)

En el Ecuador el uso de los microorganismos en la industria alimentaria es frecuente y muy utilizado por empresas que producen productos lácteos, bebidas alcohólicas, vinagre, queso, entre otros alimentos. Lo ideal sería potenciar la identificación, aislamiento y comercialización de microorganismos nativos para dejar de emplear los que son importados y así también poder abaratar costos y tener productos con identidad. Dentro de este campo se pueden realizar varias prácticas en casa que permitan comprobar la aplicación de los microorganismos en esta industria tal es el caso de la elaboración de vinagre o de queso.

Industria farmacéutica:

Es muy diverso el uso que se le da a los microrganismos en esta industria, participan tanto en el desarrollo de vacunas, fármacos biológicos para uso humano y veterinario y demás.

La mayoría de los antibióticos disponibles en el mercado se obtiene directamente del cultivo de los microorganismos. Entre estos productores de antibióticos destacan los hongos filamentosos, a partir de los cuales se obtienen antibióticos como la penicilina, que actualmente se extrae de cultivos de Penicillium chrysogenum, además algunos productos fúngicos son utilizados en otras aplicaciones farmacológicas como la ciclosporina, el primer inmunosupresor aislado a partir de Tolypocladium inflatum. Además más del 60 % de los antibióticos descritos son producidos por las especies del orden Actinomycetales, donde Streptomyces y Micromonospora son los más usados debido a los antibióticos aislados de ellos y que son ampliamente utilizados en la actualidad como: la rifampicina y la rifamicina aislados de Streptomyces mediterranei, la kanamicina de S. kanamyceticus, la gentamicina  a partir de Micromonospora sp. y el cloranfenicol a partir de S.venezuelae. Hoy en día los investigadores enfocan la búsqueda de metabolitos secundarios en microorganismos acuáticos de agua dulce como marinos. Entre los microorganismos acuáticos, los que habitan en regiones tropicales han despertado gran interés debido a su amplia biodiversidad, la cual es importante debido a que se incrementan las posibilidades de encontrar diferentes antibióticos que contrarresten los grandes problemas originados a partir de la resistencia que los microorganismos patógenos actuales han desarrollado. Por ejemplo, los hongos tropicales Delitschia confertaspora y Fusarium sp. producen respectivamente la flutimida y la apidicina. La primera es una sustancia que en el laboratorio elimina efectivamente el virus respiratorio de la influenza A y B. La apidicina resultó ser un potente antiprotozoario de amplio espectro que actúa contra la malaria y otras enfermedades relacionadas con infecciones por hongos y parásitos (De la Rosa García, Angulo, & M, 2004; Ostos, Rosas, & González, 2019).

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