FARMACOLOGIA BASICA

La formación académica enfocada a la universidad tiene su origen hacia el siglo 19, la cual tenía como objetivo formar a un médico con un gran conocimiento sobre la cultura, pero también un médico que al momento de ejercer su práctica profesional daba como resultado un ejercicio decepcionante, esto debido a la falta de recursos e insumos que se tenía en la época. Esto continua así durante muchos años más y no es hasta el siglo 20 en donde el medico comienza a estudiar a estudiar el cuerpo humano y sus partes muy a fondo, dando así el comienzo a la medicina de verdad. Este gran avance, trae consigo el surgimiento de los laboratorios, la investigación humana y distintas caracterizaciones clínicas. El hombre cambia la visión que él tiene sobre sí mismo, abriendo su horizonte hacia la técnica, el progreso y la ética; surgen cuestionamientos sobre la ética y de que es posible hacer y como lo debe de hacer.

Todos estos avances, llevan al nuevo medico a sentir la necesidad de actualizarse y a estar al día con todo lo que se encuentra a su alrededor, pero se da cuenta de que no es capaz de hacer eso por cuenta propia y que requiere del apoyo de la enseñanza y la práctica para poder comprender. A pesar de todo esto, no es posible lograr abarcar todo el conocimiento medico existente. Con el fin de aprender, el paciente se fragmenta en distintas partes para lograr ser estudiado y comprendido, siendo así atendido por los destinos y grandes conocimientos adquiridos por el médico.

Todo el esfuerzo y costo que se ha implementado en el progreso, no debe de justificar el abandono de la actitud humanitaria y humanista, la cual es el núcleo para ejercer una buena práctica médica. Es debido a esto que los médicos buscan distintas formas de conservar su humanización para con el paciente y la sociedad, el cual es un don que lo va a acompañar durante toda su vida en el ejercicio profesional. El humanismo médico no debe de verse de manera separada, ya que este no es una entidad separada ni aislada, este es una necesidad de carácter imprescindible e inherente a la naturaleza de la misma práctica médica, además de que implica cierto interés en el conocimiento ético, la historia y la literatura, sin dejar de lado el conocimiento de los valores, las motivaciones y las tradiciones que se relacionan estrechamente con la salud y la enfermedad.

El humanismo entonces, abre múltiples perspectivas modernas para lograr recuperar la practica medica centrada en el paciente, colocándolo nuevamente en el centro del proceso y en el lugar que a este le corresponde como paciente de estudio, enfocándose en el espíritu, la conciencia y los valores. Por lo tanto, el medico deberá de realizar un gran esfuerzo para poder recuperar todo esto, ya que la competencia científica exige una constante actualización y al mismo tiempo no se puede perder de vista el por qué y la razón que lo llevo a estarse actualizando. Se debe de mantener el foco en su misión, y el paciente como objetivo primordial y principal no se debe de dejar a un lado en ningún momento.  Contemplar, entender y comprender al paciente es, sin duda, un camino seguro de la humanización en el profesional de la salud, ya que el paciente que es cuidado con entrega siempre responderá con confianza, siendo esta última una importante actitud que le va a demostrar al profesional de la salud que el paciente se siente seguro y que le tiene esperanza a todo lo que el medico deba practicarle y administrarle.

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