Fe Y Ciencia
Enviado por Michaelbencsome • 31 de Octubre de 2013 • 1.010 Palabras (5 Páginas) • 312 Visitas
Fe y Ciencia
Inicialmente (s. XVI) los progresos científicos han sido vividos por la religión como agresiones de las tradiciones cristianas, si bien poco a poco fueron aceptados.
La ciencia ha ido evolucionando hasta convertirse en nuestra forma de entender el mundo: nada es cierto sino se puede ver o comprobar por métodos científicos. No parece importar otras formas de pensamiento.
Esta gran evolución científica ha dejado un gran espacio vacío en el desarrollo espiritual de la persona. La evolución técnica es necesaria pero no se puede olvidar la evolución espiritual y personal.
Este planteamiento ha contagiado a toda la sociedad de un pensamiento sobre la validez de los acontecimientos: “sólo es válido lo que se puede comprobar por medios científicos”. Dejando a la fe como una forma de pensamiento contracorriente.
Las influencias de la ciencia y su progreso han sido positivas como los avances sanitarios el uso de las máquinas, los avances en la comunicación, los avances en genética. Al mismo tiempo estos avances han traído influencias negativas, como la pérdida de la memoria personal a favor de las máquinas, se desconoce la vida de nuestros semejantes más próximos y en cambio conocemos noticias de sitios lejanos, la incertidumbre que supone tener la posibilidad de la selección genética en manos desaprensivas.
En la Doctrina social de la Iglesia, podemos leer “La postura de la Iglesia ante la ciencia ha sido siempre positiva, además de ser testigo de los descubrimientos científicos, la Iglesia reconoce que la ciencia, junto al conocimiento y al saber, constituye la riqueza de las naciones industrializadas”.
Por eso se considera que el progreso técnico, es desde un punto de vista cristiano, un don de Dios. Y este don debe de ser compartido por aquellos que disponen de él. Ser solidarios y compartir estos bienes de progreso con aquellos países que no los tienen es una forma de proseguir con la creación.
Considera la Iglesia, que la Fe no dice nada en el orden del conocimiento positivo y científico del mundo. Sobre el modo concreto de aparecer la vida, sobre el análisis racional del ser y de sus procesos. Y por ello la ciencia no debe decir nada acerca de la intervención libre y amorosa de Dios a favor del hombre a la cual responde la fe de los creyentes.
Algunos científicos consideran que ciencia y fe son incompatibles. Dicen, como Laplace, que Dios es una hipótesis de la que no tienen ninguna necesidad. Y suelen negar que se pueda conocer a Dios.
Estas posiciones ya se vieron en el Positivismo, donde solo existe lo comprobado y todo se puede conocer. Si Dios no se puede comprobar no tiene sentido creer en Él. También para el Materialismo Dios no existe. Sola la materia es real, si Dios no es materia, no existe.
En la actualidad y a lo largo de la historia muchos científicos se han declarado creyentes, y no les parece que la fe sea contraria en absoluto al ejercicio de su investigación, sino que afirman que la verdadera ciencia, cuanto más progresa, más descubre
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