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FE CIENCIA Y MAGIA


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2013  •  2.385 Palabras (10 Páginas)  •  445 Visitas

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El libro está dividido en tres ensayos independientes titulados: “Magia, ciencia, religión”, “El mito en la psicología primitiva” y “Baloma, los espíritus de los muertos en las islas Tobriand”. En los tres se deja patente la base de la teoría de Malinowski, tomada a partir de Durkheim, “fundador” del funcionalismo, y Marcel Mauss, su maestro en antropología: el desarrollo sde la antropología cultural hacia la madurez metodológica y teórica, la importancia del trabajo de campo, la etnografía y la interpretación de lo fundamental del hecho cultural a la vez, buscando la función que cumplen estos hechos en sus respectivas culturas, y las diferentes funciones que puede tomar un mismo hecho en cuturas distintas.

Dentro de este paradigma, Malinowski radicaliza el principio funcionalista buscando, exclusiva y puramente, las funciones que cumplen los hechos culturales en su contexto, despreocupándose de su origen (éste estudio puede ser encontrado indirectamente y sin intencione, a través de este estudio). También habla de una función fundamental a la que se supeditan las demás y que existe en yodas las culturas, que es el bienestar psicológico y fisiológico de los miembros de una cultura, y da la cohesión y permanencia de la cultura, que en el fondo busca esta función.

En el primer ensayo de los tres, “Magia, ciencia, religión”, se intentan determinar las diferencias funcionales y estructurales que existen entre esas tres formas culturales, lo cual conduce a analizar otros problemas que encuentra en torno a la diferenciación y mutua interacción entre lo sagrado y lo profano en la cultura (la cultura de las islas Tobriand, a partir de la cual, universaliza sus propuestas).

Dentro del mundo de lo sagrado, la magia esta basada en la confianza del hombre en su poder de dominar la naturaleza, de modo directo, mientras que la religión comporta la confesión de la impotencia humana ante ciertas cuestiones, y leva al hombre por encima del nivel de la naturaleza y de lo mágico. Esta distinción acerca de modo asombroso a la ciencia y la magia en las sociedades primitivas.

En el análisis de la ciencia, Malinowski trata de demostrar que los integrantes de las sociedades primitivas tienen un tipo de conducta separada de la magia y basada en el conocimiento científico y en el uso de la lógica, con unas leyes tradicionales conocidas por la comunidad y puestas a menudo a prueba, en contra de aquellos que consideran a la mente primitiva como prelógica e incapaz de distinguir causa de efecto o sustancia de atributo. Así, el éxito de la agricultura, la pesca, la ganadería o el comercio se debe a la combinación del conocimiento de las condiciones naturales necesarias para llevar a buen fin un trabajo adecuado, serio y apoyado en unos métodos. Esto nos lleva a poder afirmar que en la cultura primitiva existe un conocimiento que, aunque rudimentario, puede ser considerado como científico. Puede llevar a la confusión el hecho de todas esas actividades encontremos la magia considerada como absolutamente necesaria para el buen fin de una tarea. Estas prácticas, en la mente del aborigen, no son la causa directa del buen estado de las cosas, el conocimiento racional es para ello fundamental, pero por otro lado, su experiencia le indica que existen circunstancias y fuerzas que pueden traer mala suerte a pesar de toda precisión lógica y técnica. Sólo entonces se empleará la magia, que coexistirá con la ciencia sin que existan interferencias entre ellas. Por otra parte, no existe el deseo de un conocimiento desinteresado y teórico de la realidad: la ciencia no se hace de un modo consciente.

Centrándonos en el tema de la religión nos encontramos con un problema fundamental, es un hecho presente en toda cultura, pero alcanza tal diversidad que se hace muy difícil definirla. No se puede definir en torno a lo que es su tema principal de un modo estricto, o su objeto, porque ésta puede abarcarlos y sacralizarlos todos. Ni siquiera identificarla a la sociedad como ha pretendido Durkheim. Lo que sí es cierto e indiscutible en las sociedades primitivas, es que las crisis de la vida humana, incluso los más lejanos principios de ésta, están rozados por una inexplicable y confusa mezcla de ritos que se ligan a cada acontecimiento de importancia y que se consideran y se viven como fin en sí mismas. A pesar de esto, todas las experiencias religiosas de las sociedades primitivas cumplen una serie de funciones fundamentales para la cohesión social, la conservación de la tradición y la supervivencia de la cultura y el bienestar de sus miembros. Aquí podríamos considerar los festivales de recolección, las reuniones totémicas, las ofrendas de primicias, las exhibiciones ceremoniales, el culto de los antepasados o de los espíritus tutelares, etc.

Es así el caso de los ritos de paso a la madurez, que son expresiones rituales y dramáticas del poder y valor supremos de la tradición en la cultura, que imprimen tal poder y valor en la mente de cada nueva generación y, por tanto, transmiten el poder tribal y aseguran la continuidad de la tradición y la cohesión de la tribu; a la metamorfosis biológica que supone la pubertad se unen un proceso social y un cambio espiritual respaldado por la tribu.

También se hace una interpretación rigurosa de aquellos ritos que se viven en torno a funciones tan fundamentales como son la reproducción o la nutrición. La sacralización de estos aspectos biológicos de la persona también está encaminada a la supervivencia de la cultura y de los individuos que la forman.

Otro aspecto de la religión que es estudiado con detenimiento por el autor es el tema de la muerte, a la que considera la fuente de mayor importancia en el aspecto religioso porque supone la mayor y última crisis de la vida. La muerte y su negación, la inmortalidad, son siempre el mayor acervo de presentimientos del hombre. Toda la experiencia de vida se condensa en una sola crisis que produce una violenta y compleja explosión de manifestaciones religiosas. Encontramos que todos los impulsos que se producen en torno a la muerte, que en una comunidad pequeña rompe el curso normal de la vida y conmueve los cimientos morales de la sociedad, resultarían muy peligrosos de tener curso libre, desintegrarían el grupo y los fundamentos materiales de la propia cultura primitiva. En este momento aparece la religión, la creencia en una vida después de la muerte, cuya función es la de neutralizar el miedo y proporcionar medios para la reintegración de la solidaridad grupal, que es, en definitiva, asegurar la victoria de la tradición y la cultura frente a la respuesta negativa de los instintos privados.

Como podemos ver, existe en la cultura primitiva y en la cultura, en general, el carácter

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