Geografia Del Mundo

Las actividades primarias son aquellas que convierten los elementos naturales en recursos que permitan satisfacer las necesidades humanas. Comprenden todas las labores económicas basadas en la extracción de bienes y recursos provenientes del medio natural. Incluyen la agricultura, explotación forestal o silvicultura, minería, caza y pesca. Estas actividades contrastan con las actividades secundarias que producen manufacturas y otros bienes procesados y las actividades terciarias que producen servicios. Muchos de los productos extraídos de estas actividades económicas son usados en diversas industrias, por ejemplo: el algodón en el sector textil, las semillas oleaginosas para elaborar pinturas, la madera en la fabricación de muebles entre otras. Otros bienes producidos no necesitan de transformación alguna o muy poca antes de su consumo final, por ejemplo, las frutas, las carnes, los vegetales entre otros

En América Latina las actividades económicas primarias ocupan un rol protagónico. Históricamente la agricultura, la ganadería, la minería, la pesca y la explotación forestal han sido actividades muy importantes que han determinado la inserción de los países latinoamericanos en el mercado internacional como productores de materias primas. Brasil es el primer productor mundial de café y caña de azúcar, México de plata, Chile de cobre, etc. Los productos que se obtienen representan una parte considerable de sus exportaciones además de ser utilizados como materias primas de sus industrias para producir bienes que consume la población de los mismos países o que se exportan. Las actividades primarias se relacionan con todas las demás ya que demandas la utilización de diversos servicios y contribuyen a la actividad económica en su conjunto.

La agricultura ha sido desde tiempos remotos una de las actividades más importantes de América Latina. Existe un gran desequilibrio en la tenencia de la tierra: pocos propietarios poseen grandes extensiones de tierra (latifundios), mientras que la mayoría dispone de pequeñas parcelas que resultan poco productivas (minifundios). Estas desigualdades en la distribución de la tierra y de ingresos han ocasionado fuertes contrastes sociales en la población rural latinoamericana.

La actividad agrícola de América Latina está en manos de actores diferentes: las grandes explotaciones comerciales, los medianos y pequeños productores y los campesinos sin tierra. Las grandes explotaciones de América Latina reciben diferentes nombres: Las plantaciones: propias de América Central, el Caribe y Brasil, las cuales por lo general están en manos de empresas extranjeras, suelen especializarse en un solo cultivo (monocultivo). Las haciendas: propias de los países andinos pero también se han desarrollado en México y en el interior de Brasil, se dedican a las actividades agrícolas y a las ganaderas. Su producción de destina al consumo local y regional. Las estancias: propias de Argentina y Uruguay, se especializan en la cría extensiva de ganado, además del cultivo de cereales y oleaginosas.

Los medianos y pequeños productores son propietarios de parcelas muy pequeñas y poco rentables, en las que se practica una agricultura de subsistencia. En un nivel intermedio se encuentran las explotaciones de mediana extensión, como las chacras argentinas, con fines comerciales.

Los campesinos sin tierra constituyen el eslabón más vulnerable. La carencia de tierras hace que miles y miles de campesinos vivan en situaciones de extrema pobreza. En Brasil el denominado “Movimiento sin tierra” (MST) propone reorganizar la agricultura brasileña buscando una distribución más equitativa.

La diversidad agraria es resultado de las condiciones naturales de cada lugar y la tecnología aplicada; por ejemplo: los cultivos tropicales como la caña de azúcar, café, cacao, mandioca, tabaco, etc. se llevan a cabo en áreas con temperatura y humedad elevadas, ya que la gran disponibilidad de luz favorece la fotosíntesis, la humedad ambiental satisface las necesidades de agua y las elevadas temperaturas permiten una amplia gama de cultivos. Pero también las temperaturas altas junto con la humedad proliferan hongos insectos y plagas. Otro claro ejemplo es el cultivo en las montañas, donde se disponen los cultivos en diferentes pisos según la temperatura. También es el caso de los cultivos templados. En la Argentina, sobre todo en la pampa húmeda, la organización del espacio agrario ha dado lugar a una explotación comercial basada en el cultivo de cereales y oleaginosas. Esta región cuenta con recursos naturales óptimos además de su modernización convirtiéndose en una de las zonas agrícolas más importantes del mundo; los cultivos son: el trigo, maíz, y oleaginosas. En las últimas décadas se ha producido una notoria expansión de la soja por sobre otras actividades, lo que se denomina “proceso de sojizacion” y es un fenómeno que afecta a Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay. Si bien los países productores aumentaron notablemente sus divisas como resultado de la gran demanda de este producto en el mercado internacional, se presentan aspectos negativos principalmente en cuanto al impacto ambiental como el desmonte de millones de

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