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HIDRATACION EN EL FUTBOL ¿QUE ES LO QUE SABEMOS?


Enviado por   •  5 de Junio de 2021  •  Informe  •  1.892 Palabras (8 Páginas)  •  85 Visitas

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HIDRATACION EN EL FUTBOL

¿QUE ES LO QUE SABEMOS?

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Introducción

El fútbol es uno de los deportes más practicados en todo el mundo. Por este motivo, en los últimos años se han realizado muchos estudios acerca de este deporte, la hidratación o reposición de líquidos es un aspecto importante a considerar antes, durante y después de la práctica de los ejercicios muy exigentes como lo es el futbol profesional.

Según o Maughan y Leiper (1994), la reposición de líquidos debería ser proporcional a algunos factores, como la intensidad del ejercicio; condiciones climáticas; adaptación del atleta al clima; aptitud física del atleta; características fisiológicas y biomecánicas individuales del deportista.

El reemplazo del agua y las sales perdidas en el sudor es sólo uno de los objetivos nutricionales de un futbolista durante el entrenamiento o la competición. Los efectos adversos de la fatiga en el rendimiento también pueden retrasarse o reducirse por el consumo de carbohidratos (AragónVargas 2001). Esta es una razón adecuada por la cual se debe recomendar a los jugadores ingerir bebidas que contengan carbohidratos en lugar de agua simple.

El nivel de deshidratación puede evaluarse ponderando al atleta antes y después del entrenamiento y / o competencia, pero la cantidad de información sobre la pérdida de peso (sudor) de los jugadores de fútbol durante el entrenamiento y la competencia es limitada.

Además, se informa que el rendimiento en el ejercicio se ve afectado por la deshidratación al 2% del peso corporal y, si la deshidratación aumenta al 5%, puede disminuir la capacidad de trabajo en aproximadamente un 30%. (2) HORSWILL.     La función cognitiva es un aspecto importante para los deportes de equipo, como el fútbol, y se ve afectada por la presencia de deshidratación e hipertermia (Burke 1997)

Metodología

Los procedimientos específicos están publicados con detalle en el estudio de Shirreffs et al. (2005), pero se describen brevemente a continuación. Se coordinó con el cuerpo médico y cuerpo técnico de cada equipo para realizar una “prueba de sudoración” durante una sesión de entrenamiento típica, con el objetivo de evaluar la tasa de sudoración, la tasa de reposición de líquidos, y la composición del sudor de los jugadores participantes, además de dar recomendaciones individualizadas para una hidratación más completa y efectiva. Se explicó el procedimiento a los jugadores, y se obtuvo el consentimiento informado de cada uno de ellos. El día de la prueba, se pesó a cada jugador seco y desnudo antes de la sesión de entrenamiento. En algunas de las evaluaciones fue posible obtener muestras de orina de los jugadores para evaluar el estado inicial de hidratación analizando la gravedad específica de la orina (Bartok C., et al. 2004). Se colocaron además parches para recolección de sudor en sitios específicos del cuerpo. A partir de ese momento, cada jugador realizó su entrenamiento normal, bebiendo exclusivamente de las botellas individualmente marcadas para él, las cuales contenían los líquidos que cada equipo acostumbra usar durante los entrenamientos. Después de un tiempo prudencial, se retiraron los parches y se colocaron en tubos herméticamente sellados para su análisis posterior. Al completar el entrenamiento, se volvió a tomar el peso corporal de cada jugador, desnudo y seco, y se recolectaron las botellas de líquido hidratante. El consumo de líquido se calculó midiendo la diferencia de peso, en gramos, de cada botella antes y después del entrenamiento. El volumen de sudoración se calculó según la pérdida de peso de cada jugador, ajustada por la ingesta de líquido y el volumen de orina producido entre los dos pesajes. La tasa de sudoración se calculó dividiendo el volumen total de sudoración entre el tiempo transcurrido entre ambas mediciones de peso corporal. Los parches se centrifugaron para extraer el sudor, el cual fue analizado por un fotómetro de llama para obtener la concentración de sodio y potasio. En lo que respecta a los dos estudios publicados (Maughan, R.J. et al. 2005; Shirreffs, S.M. et al. 2005), es importante añadir que las diferencias principales entre ellos fueron el horario de entrenamiento y las condiciones ambientales. En el estudio de Shirreffs et al. (2005), o estudio A, (n=26) la prueba de sudoración se llevó a cabo en la segunda sesión de entrenamiento del día (entre las 19:30 y 21 hs) a una temperatura promedio de 32°C y 20% de humedad relativa; en el estudio de Maughan et al. (2005), o estudio B, (n=17), las mediciones se realizaron en un entrenamiento por la mañana (entre 10:30 y 12:00 hrs) a una temperatura de 5°C y 81% de humedad relativa

Sudoración y su recuperación

En promedio, los jugadores profesionales de fútbol no reponen todo el líquido que pierden por sudoración durante los entrenamientos, aún en distintas condiciones climáticas (Broad, E.M. et al. 1996; Maughan, R.J. et al. 2005; Maughan, R.J. et al. 2004; Shirreffs, S.M. et al. 2005).

En los estudios A y B todos los jugadores perdieron peso, es decir, que terminaron el entrenamiento deshidratados, la pérdida de peso de los jugadores del estudio A fue de 1,23 aproximadamente, mientras que, del estudio B fue un promedio de 1,27 kg, terminando con un porcentaje de deshidratación de alrededor de 1.6% en ambos estudios.

Los equipos usaron sus bebidas de hidratación habituales y agua como lo hacen normalmente en sus entrenamientos, en ambos estudios se demostró que lo jugadores consumieron bastante menos liquido de lo que perdieron producto de la sudoración, el equipo del estudio A recupero el 45% de líquido y el equipo del estudio B solo el 25%, el bajo consumo de líquido del equipo del estudio B se produce debido a que este entreno en un clima frio y esto provoca que los jugadores disminuyan la sensación de sed al entrenar bajo el clima frio, incluso si la deshidratación es similar a la de los jugadores del estudio A que entrenaron en un clima más cálido.

El sodio es el principal electrolito que se pierde en el sudor y los datos disponibles indican una considerable variabilidad en las pérdidas de sodio entre los jugadores debido a las diferencias en la tasa de sudoración y la concentración de electrolitos en el sudor.

El estudio también revelo que El agua mineral no repone prácticamente nada del sodio perdido por sudoración en los jugadores (Shirreffs, S.M. et al. 2005). En el estudio A se comparó la reposición de sodio entre jugadores que utilizaron solamente agua mineral y aquellos que también utilizaron bebidas deportivas, tomando en cuenta la concentración de sodio en sudor y el volumen de sudoración, así como la concentración del mismo mineral en las bebidas ingeridas y su volumen. Se observó que los dos jugadores que sólo consumieron agua mineral no recuperaron prácticamente nada del sodio perdido por sudoración (0.4% de las pérdidas), mientras que los 17 que consumieron bebida deportiva y agua mineral, junto con los 7 que solamente tomaron bebida deportiva, reemplazaron un promedio de 23,2% de sus pérdidas de sodio en sudor. Un sujeto recuperó el 62% del sodio perdido utilizando bebida deportiva. Por lo tanto, cuando la recuperación de sodio sea una prioridad, una bebida deportiva con más sodio, es una mejor elección para consumir durante el ejercicio en comparación con el agua mineral. Este punto se ha verificado en pruebas de sudoración posteriores cuyos resultados no han sido publicados.

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