Haemophilus
Enviado por cris_32166 • 10 de Octubre de 2013 • Informe • 1.331 Palabras (6 Páginas) • 390 Visitas
Haemophilus influenza de tipo b es una bacteria gramnegativo que causa meningitis e infecciones respiratorias agudas, principalmente en los niños. Tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, es una causa importante de meningitis no epidémica en los niños pequeños y se asocia frecuentemente a secuelas neurológicas graves, aunque se administren antibióticos con prontitud. En los países en desarrollo, H. influenza es también una causa relevante de neumonía en los niños. Otras manifestaciones importantes, pero menos frecuentes, de la infección por H. influenza son las siguientes: epiglotitis, osteomielitis, artritis séptica y septicemia.
La infección por Haemophilus influenzae se transmite a través de gotitas emitidas por las personas infectadas (no necesariamente sintomáticas). La infección se puede prevenir mediante vacunación
HAEMOPHILUS INFLUENZAE
Quizás no resulte difícil, con visión simplificadora, desmenuzar su nombre: Haemophilus influenzae, una agresiva bacteria causante de enfermedad y muerte, y también de no pocas secuelas en los niños pequeños, como la sordera y el retraso mental, que comenzará a ser batida con efectividad en nuestro país.
En medicina se denomina haemophilus a las bacterias pequeñas que tienen forma de bastoncillo, generalmente sin movilidad, y el "apellido" influenzae —llamémosle así— le fue impuesto porque el médico alemán Emil Pfeiffer logró aislar este agente infeccioso durante una epidemia de gripe (influenza) a finales del pasado siglo.
No fue, sin embargo, hasta 1975 cuando se realizan en Finlandia las primeras pruebas de campo con una vacuna de H. Influenzae. Actualmente se elaboran cuatro, una de ellas solo autorizada para los niños a partir de los 15 meses de nacidos y las tres restantes para menores desde los 2 meses. Estas tres últimas muestran una eficacia comprobada de un 97 por ciento. Para el año 2000 se espera contar con una vacuna cubana.
El próximo lunes 11 se iniciará una campaña de vacunación que comprende a todos los niños nacidos desde enero del pasado año 1998, a los que se sumarán, dentro del programa de vacunación, los que vayan naciendo durante este 1999, unos 300 mil en total.
Para precisar algunas aristas del tema he invitado a esta tribuna médica al doctor Raúl Pérez González, viceministro del MINSAP, especialista en Epidemiología y en Administración de Salud, Máster en Gerencia y Profesor de la Escuela Nacional de Salud Pública.
—¿Es uno, doctor, o son varios los serotipos existentes de este agente infeccioso? ¿Cuál de ellos se considera el más agresivo, por decirlo así?
—Hay varios serotipos. Ya desde 1930, por los aportes de Margaret Pittman, se conoce que el tipo B es el más asociado a las formas invasivas de esta bacteria, y son la meningitis y las neumonías las formas más severas que produce. El H. Influenzae es responsable del 45% de las meningitis que se reportan actualmente en Cuba; también entre un 15 y un 35% de las neumonías que se producen en los primeros años de vida son originadas por este agente. Debo aclarar que la meningitis causada por otro microorganismo bacteriano, la Neisseria meningitidis ha sido erradicada prácticamente de nuestro medio, gracias a la vacuna cubana antimenincocóccica, que inmuniza simultáneamente contra los grupos B y C.
—¿Cuál es su reservorio natural? ¿Cómo se trasmite?
—El reservorio es humano y se trasmite a través de las gotitas y secreciones que se expelen por la nariz o la boca. Su puerta de entrada al organismo es la garganta (nasofaringe).
—¿Y su período de incubación y de trasmisibilidad?
—El de incubación se desconoce con exactitud, aunque se estima que pueden transcurrir entre dos y cuatro días. La enfermedad deja de ser trasmisible a las 24-48 horas siguientes de establecido un tratamiento eficaz con antibióticos.
—¿Las enfermedades principales que origina tienen algún denominador común en cuanto a las primeras manifestaciones que produce?
—Como para todo tipo de meningitis son los vómitos, el dolor de cabeza, la fiebre y la irritación de las meninges (membranas que envuelven el cerebro y la médula espinal), con abultamiento de la mollera en los lactantes, o rigidez de la nuca y la espalda en niños de mayor edad. Es común que se presente pérdida de la conciencia progresiva
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