Hematologia
Enviado por uniquelatino • 30 de Octubre de 2013 • 2.233 Palabras (9 Páginas) • 362 Visitas
ENFERMEDADES HEMATOLOGICAS
El sistema hematopoyético (Hema = sangre, poyesis = producción, fabricación) es el sistema encargado de la formación de la sangre. El sistema hematopoyético es el conjunto de células de la médula ósea, sangre y sistema linfoide. Tienen un origen común en una cédula conocida como pluripotencial. La cédula primordial o pluripotencial da origen a las diferentes líneas celulares, incluyendo la línea roja (eritrocitos), la línea blanca (células del sistema de defensa) y las plaquetas. Existen factores que estimulan las células en la médula ósea para la formación de nuevas células sanguíneas (factores de crecimiento).
Enfermedades más comunes del sistema hematopoyético:
Son la leucemia, las anemias y los linfomas.
Anemia
Descripción
La anemia se define como una disminución de las tasas normales de hemoglobina, el pigmento que transporta el O2 en los hematíes de la sangre. Se considera que existe anemia cuando la concentración de hemoglobina es inferior a 13 g/100 ml en el hombre, a 12 g/100ml en la mujer o a 11 g/100 ml en la mujer embarazada y en los niños. Es habitual que se hable de anemia ante una disminución de la concentración de hematíes en la sangre, pero se considera que este criterio no es exacto. De hecho, es común que ambos parámetros coincidan, pero hay situaciones en que puede haber una disminución del número de hematíes sin que exista anemia, si cada glóbulo rojo contiene una concentración elevada de hemoglobina, y otras en que puede existir anemia a pesar de que el número de hematíes es normal o incluso eleva do, si cada glóbulo rojo contiene una concentración de hemoglobina baja. Por otra parte, para valorar correctamente la concentración de hemoglobina es preciso que la volemia (volumen sanguíneo) sea normal, ya que la hipervolemia comporta una falsa reducción de la hemoglobina, mientras que la hipovolemia puede acompañar se de una concentración de hemoglobina falsamente normal o incluso elevada. El origen de las anemias es muy variado, ya que pueden deberse a una pérdida súbita de sangre (hemorragias), a un defecto en la producción de hematíes o de hemoglobina (alteración de la eritropoyesis), o bien a una destrucción exagerada de los glóbulos rojos (hemólisis). En cualquier caso, la anemia debe considerar se como un signo de enfermedad y no como enfermedad en sí misma, por lo que es imprescindible investigar y determinar la alteración de base para poder efectuar el tratamiento oportuno.
Pruebas diagnósticas habituales
• Análisis de sangre: concentración de hemoglibina, de hematocrito y hemograma completo.
• Aspirado y biopsia de médula ósea.
• Sangre oculta en heces.
Observaciones
• Los síntomas de la anemia dependen del grado de disminución de la hemoglobina y también de la rapidez con que se instaure. Si la disminución es lenta y leve, los tejidos tienden a adaptarse a la situación y las manifestaciones pueden ser mínimas. En cambio, si es acentuada o brusca determina un
grado de hipoxia hística que comporta múltiples trastornos y, en casos extremos, resulta incompatible con la vida.
• La clínica clásica de la anemia está dada por las siguientes manifestaciones: astenia, palidez de piel y mucosas (conjuntiva), disnea de es fuerzo, mareos o vértigos, cefaleas, irritabilidad y dificultad de concentración, taquicardia y palpita- ciones, hipotensión postural, fragilidad del cabello y alteraciones de las faneras.
• A las manifestaciones citadas se suman las deriva das del origen del trastorno. Por ejemplo, puede haber ictericia si se trata de una anemia hemolítica, o esplenomegalia si existe un incremento de la actividad hemolítica del bazo.
Tratamiento
• El tratamiento de la anemia depende de la enfermedad de base y se dirige a la corrección del factor causal en cada caso.
• Sólo se procede a la normalización de los niveles sanguíneos de hemoglobina, mediante transfusiones o de concentrados de hematíes, cuando la anemia es grave, si no es posible determinar su causa o mientras se espera su corrección con el tratamiento oportuno indicado en cada caso.
Consideraciones de enfermería
• Explicar a la persona el significado de la anemia, indicando que se trata de la con –secuencia de una enfermedad de base que debe ser diagnosticada y tratada oportunamente. Desaconsejar la automedicación de complejos vitamínicos o preparados antianémicos, señalando la importancia de respetar todas las prescripciones médicas.
• Téngase en cuenta que la importancia de la anemia no guarda una relación directa con la gravedad de los síntomas.
• Interrogar acerca de los hábitos nutricionales de la persona, ya que pueden obtener se valiosos datos orientativos de su origen (anemia ferropénica). Con el mismo fin, indagar los antecedentes personales y familiares, la posible exposición a sustancias químicas o radiaciones y los medicamentos que la persona afectada se haya administrado en los últimos tiempos.
• Valorar los cuidados de enfermería que requiera la persona según sea el origen de la anemia en cada caso, y brindarle la información adecuada que requiera el enfermo para llevar a cabo sus cuidados.
Anemia ferropénica
Descripción
La anemia ferropénica, la más frecuente de las anemias en la población adulta, se debe a un déficit de hierro (Fe), mineral constituyente de la hemoglobina. El organismo dispone de una cantidad de 2-5 g de hierro (en el hombre, 50 mg/kg de peso; en la mujer, 35 mg/kg de peso), la mitad de la cual forma parte de la hemoglobina, mientras que el resto forma parte de algunos componentes orgánicos(mioglobina muscular) o es alma cenado en compuestos tales como ferritina o hemosiderina en diversos tejidos, y solo una mínima proporción se encuentra en el plasma, ya sea libre o unido a una proteína transportadora (transferrina). El hierro proceden te de la destrucción de los hematíes envejecidos es reutilizado para la formación de nueva hemoglobina, y solo se pierde una mínima proporción con el sudor, la descamación intestinal y la orina; en el caso de las mujeres en edad fértil, se pierde periódicamente cierta cantidad de hierro con las hemorragias menstruales. En total, se calcula que un hombre adulto pierde hierro a razón de 1 mg/día, mientras que en la mujer adulta las pérdidas se cifran en 1,5-2,5 mg/día. Los requerimientos diarios para reponer la pérdida son de 0,5-1,5 mg/día para el hombre adulto y de 1-3 mg/día en la mujer adulta; debe tenerse en cuenta que solo se absorbe un 10 % de la cantidad de hierro contenida en los alimentos.
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