Histoplasmosis

[pic 1]INTRODUCCIÓN[pic 2]

La histoplasmosis es una enfermedad causada por un hongo (o moho) llamado histoplasmosis. Este hongo es común en el este y centro de los Estados Unidos. Crece en suelos y materiales contaminados con excrementos de murciélagos o pájaros. Puede infectarse al inhalar las esporas del hongo, pero no se transmite de persona a persona.

La histoplasmosis suele ser leve y asintomática. Si está enfermo, generalmente afecta sus pulmones. Los síntomas incluyen malestar general, fiebre, dolor torácico y tos seca. En casos severos, la histoplasmosis puede propagarse a otros órganos, lo que se denomina propagación de la enfermedad. Esto es más común en recién nacidos, niños pequeños, ancianos y personas con problemas inmunológicos.

Su médico puede realizar muchas pruebas para diagnosticarlo, incluidas radiografías de tórax, gammagrafías pulmonares o análisis de sangre, orina o tejido para detectar el hongo. Los casos leves generalmente mejoran sin tratamiento. El tratamiento de los casos severos o crónicos es con medicamentos antimicóticos.

DESARROLLO

DEFINICIÓN

Las infecciones fúngicas endémicas y sistémicas causadas por hongos refractarios son Histoplasma capsulatum var. capsulatum es común en las Américas. La infección resulta de la exposición pasiva a los hongos que se encuentran en el suelo enriquecido con excrementos de pájaros y murciélagos. Esta exposición ocurre a partir de aerosoles generados durante actividades ocupacionales o recreativas, como limpiar gallineros y áticos, restaurar edificios antiguos, remover tierra, talar árboles y visitar madrigueras de murciélagos.

EPIDEMIOLOGÍA

La histoplasmosis afecta a más hombres que mujeres, en una proporción de 6: 1. Por lo general, ocurre a cualquier edad, pero es más grave en niños, ancianos y personas con ciertos tipos de inmunodeficiencia, especialmente en personas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), las cuales son más jóvenes. El SIDA ha tenido un impacto significativo en la epidemiología histopatológica, con una tasa de coincidencia del 0,9%, aunque esta tasa puede llegar al 27% en áreas endémicas. Además, en el 29% de los casos, la histoplasmosis es una enfermedad específica del sida. A pesar de la importancia de la terapia antiviral altamente efectiva, que reduce significativamente la incidencia de esta enfermedad fúngica, continúa emergiendo como una infección oportunista grave, común en pacientes que no saben que tienen VIH y cuáles son los resultados. sin la necesidad de una terapia antirretroviral altamente efectiva.

PRESENTACIÓN CLÍNICA

Las microsporas de H. capsulatum ingresan a las vías respiratorias por inhalación y, gracias a su pequeño tamaño, buscan llegar a los alvéolos del hospedador, donde se convierten en levadura a 37 °C. De esta forma, pueden sobrevivir en el interior de los macrófagos, que los transmiten a todos los órganos a través de la sangre y la linfa. Después de varias semanas, se desarrolla una inmunidad específica mediada por células T y se activan los macrófagos, lo que mata al organismo. La gravedad de la enfermedad y, por tanto, la forma clínica que se desarrollará depende del número de esporas fúngicas inhaladas, así como de la integridad de la respuesta inmunitaria del huésped. Las formas clínicas más comunes de histoplasmosis son:

• HISTOPLASMOSIS PULMONAR AGUDA

El resultado habitual cuando un huésped sano se expone a H. capsulatum es una infección autolimitada, a menudo asintomática o con síntomas leves similares a los de la gripe. Por el contrario, si la vacuna contiene muchos gérmenes, la exposición provocará una enfermedad respiratoria aguda, incluso en personas inmunodeprimidas. Esta forma se caracteriza por tos seca, fiebre, escalofríos, dolor de pecho, fatiga, desarrollo de eritema nodoso y dolor en las articulaciones. Estas condiciones requieren tratamiento porque la enfermedad generalmente no se resuelve por sí sola y puede provocar insuficiencia respiratoria aguda. Su pronóstico está determinado principalmente por los hallazgos clínicos y epidemiológicos, ya que las pruebas de laboratorio suelen ser negativas en las primeras etapas de la infección primaria.

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• HISTOPLASMOSIS PULMONAR CRÓNICA

Es un proceso crónico que ocurre con frecuencia en pacientes con enfermedad pulmonar de base y se manifiesta por fatiga, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso, exacerbación de los síntomas respiratorios frontales, dificultad para respirar, tos, esputo y, en ocasiones, tos con sangre. Radiográficamente se caracteriza por lumen y fibrosis progresiva localizada en los lóbulos superiores, cuadro similar a la tuberculosis, enfermedad que muchas veces se confunde con ella. Las pruebas de laboratorio (tinción de Wright, cultivo y serología) casi siempre son positivas y, por lo tanto, efectivas para hacer un diagnóstico.

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• HISTOPLASMOSIS DISEMINADA PROGRESIVA

La enfermedad puede desarrollarse por reactivación de una infección antigua que ha dejado focos donde el hongo está latente pero viable, o puede representar la propagación de una nueva infección. Ocurre en pacientes inmunocomprometidos, como los que se encuentran en los polos de la vida, Individuos infectados con recuentos de CD4 de menos de 150 células/μL, y aquellos en terapia con corticosteroides o aquellos con antagonismo del factor de necrosis tumoral-α.

El curso clínico de este tipo de histoplasmosis puede ser agudo, con insuficiencia multiorgánica y trombosis que conducen a la muerte. La forma subaguda, que es común en pacientes infectados por el VIH, se presenta con sudoración, pérdida de peso, fiebre, síntomas respiratorios, agrandamiento del hígado y el bazo, agrandamiento de los ganglios linfáticos y lesiones de la piel y las membranas mucosas. Además, puede ser crónica, frecuente en ancianos, manifestada por cansancio, fiebre, sudoración, lesiones de la mucosa bucal y escasa sintomatología respiratoria. En estos casos, las radiografías de tórax pueden ser normales, mostrar poca infiltración intersticial o mostrar una afectación extensa, como tejido de mijo.

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