Impacto Humano en el medio ambiente La huella ecológica de los países y ciudades más desarrollados

Resumen:

Impacto humano en el medio ambiente:

El texto comienza hablándonos de cómo la tierra desde una perspectiva distante, no aparenta cambios significativos, pero prestando suficiente atención, observamos que en realidad está en constante cambio. Los cambios naturales se dan debido a fenómenos tales como los llamados desastres naturales o bien, simple interacción entre fuerzas físicas. Otro tipo de cambio, y del que nos habla en mayor parte la lectura, son los provocados por el hombre para adaptar el medio ergonómicamente, satisfaciendo así sus necesidades.

Se nos menciona que muchas veces no notamos los cambios debido a que suceden en lugares alejados con los cuales no tenemos mucho contacto, sin embargo se remarca que esto no nos hace ajenos a las consecuencias que estos cambios traen, debido a que todos los ecosistemas están relacionados y afectan indirecta o directamente unos a otros.

Se nos presenta entonces el concepto de “Huella ecológica” que en palabras sencillas es la superficie necesaria –tanto terrestre como marina- para producir los alimentos y las otras materias primas que requerimos, así como para absorber nuestros desechos, generar la energía que consumimos y proveer del espacio para caminos, edificios y otro tipo de infraestructura.

En seguida se nos advierte que la huella ecológica de la población total mundial sobrepasa en necesidades a las que el planeta puede satisfacer, lo cual es alarmante.

La huella ecológica de los países y ciudades más desarrollados tiende a sobrepasar el límite y en el caso de los países menos desarrollados, sucede lo contrario. El caso de México es el primero, y cuenta con la huella ecológica número 46 a nivel mundial.

· Se ha perdido cerca de 37% de la cubierta forestal nacional.

· Más de 80% de las pesquerías nacionales han alcanzado su aprovechamiento máximo.

· Cerca de 45% de los suelos presenta algún tipo de degradación causada por el hombre.

Por último se nos menciona de la existencia de dos tipos de recursos: los renovables y los no renovables. Se nos menciona que debemos ser conscientes que no todos se regeneran al mismo ritmo y que su mala o incorrecta explotación puede llevarnos a una escases indefinida.

Así mismo se nos menciona que actualmente existe gran conciencia de esta problemática. Los gobiernos, las sociedades civiles, los grupos independientes organizados y las instituciones internacionales han desarrollado importantes campañas de información y alerta acerca de las consecuencias del mal manejo de los recursos naturales, así como de las posibles soluciones.

Pérdida y alteración de los ecosistemas:

En este capítulo se nos hace una pequeña definición de ecosistema y los elementos que la conforma, se hace notar que hay “servicios” que obtenemos de los ecosistemas y con los cuales difícilmente podemos comercia. En el caso de los bienes, ponerles precio podría resultar muy sencillo, ya que casi todas las materias primas tienen un precio en el mercado –por ejemplo, la madera, las fibras, los alimentos, etc.-; sin embargo, en el caso de los servicios ambientales es una tarea muy compleja: un ejemplo sería valuar en dinero el mantenimiento de la biodiversidad o el control de las inundaciones.

Se nos hace saber del problema de la sobrepoblación. El crecimiento demográfico ha sido el principal motor de presión sobre los ecosistemas naturales. Y esto porque para poder satisfacer las necesidades de poblaciones cada día más grandes, ha sido necesario que explotemos más intensamente los ecosistemas.

Podemos decir que empleamos cerca de 60% del agua que corre actualmente por los ríos del mundo para cubrir una parte de nuestras necesidades del líquido, lo cual ha tenido en muchos casos importantes consecuencias ecológicas para los ecosistemas acuáticos.

En el caso de nuestro país, la pérdida y deterioro de los ecosistemas naturales es también significativa. México es actualmente el onceavo país más poblado del mundo. Nuestra población, al igual que en el caso mundial también creció sustancialmente durante el siglo XX e inicios del siglo XXI: pasó de poco más de 13 millones en 1900 a 103.3 millones de personas en 2005.

Con respecto a tipos de vegetación particulares, México ha perdido 26% de la superficie que originalmente ocupaban sus selvas y bosques. De las selvas tan sólo quedan en el país cerca de 56% de las originales, y en algunas zonas, su pérdida es dramática.

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