Importancia y conservación de los Cnidarios

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza

Biología

Importancia y conservación de los Cnidarios [pic 1][pic 2]

Materia: Diversidad Animal I

Rutiaga Ramírez Jalil Esmeralda

Profesor: Gabriel Gutiérrez Granados

Grupo: 1552

Introducción

Los cnidario son metazoos celenterados, dipoblásticos con simetría biradial, tienen un eje aboral, con una epidermis y una gastrodermis separadas por una capa gelatinosa llamada mesoglea; cavidad gastrovascular o celentrerón. Tienen una sola abertura que les sirve con boca y ano, la digestión es extracelular, plexo nervioso con sinapsis simétricas y asimétricas con conducción difusa. Es un grupo con una gran diversidad en el que se incluyen las medusas que cuentan con dos anillos nerviosos, además de órganos sensoriales como los estatocistos y ocelos. Otra clase es Hydrozoa que cuenta con un ciclo de vida típico (estado de pólipo asexual y un estado de medusa sexual), pero algunas especies carecen de alguno de los dos estados. Otra clase es Antozoa en esta todos son marinos, son pólipos y no presentan estado de medusa, por ejemplo: anemonas, corales y plumas de mar (Hickman et al., 2017; Remane et al., 1980; Rupper et al., 2004).

El filo cnidario cuenta con una gran diversidad debido a dos características fundamentales de su vida, la primera es la tendencia por formar colonias por su reproducción asexual, las colonias pueden alcanzar tamaños y formas que nunca un único individuo podría llegar a tener; y en segundo lugar cuentan con un ciclo dimórfico en el que hay dos fases adultas con morfología diferente: un estado polipoide (Figura 1), o simplemente el pólipo y un estado medusoide (Figura 2), la medusa (Holmes, 2005). [pic 4][pic 5][pic 3]

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        En 1901, el príncipe Alberto I de Mónaco organizó un crucero científico a bordo del barco Princesa Alicia II, en el cual invitó a dos importantes cientificos franceses, Paul Portier y Charles Robert Richet (Dworetzky et al., 2002). El objetivo fue estudiar el contacto con los tentáculos de la fragata portuguesa (organismo venenoso), para saber los efectos patológicos en bañistas y buzos, que representaba un gran problema médico y afectaba el turismo de la zona (Lazcano et al., 2020).

        Richet aseguraba que la inyección de pequeñas y repetidas dosis del veneno en perros y conejos podría generar inmunidad. Descubrio durante sus experimentos que al inyectas pequñas dosis no letales, estas podrían a llegar a tener ningún efecto o si acaso una comezón ligera y dificultad para respirar, pero si pasando 3 semanas aproximadamente les inyectaba una dosis mucho menor estos morian. Este fenomeno se le conoce como anafilaxia, esta investigación fue el primer paso para investigar los venenos de los cnidarios (Lazcano et al., 2020).

        El estudio de los componentes en el veneno de los cnidarios se vuelve interesantes debido a las actividades biológicas, como romper células o interrumpir la entrada y salida de iones, por lo tanto si se logra controlar su efecto encontrara la oportunidad de utilizarlas para combatir ciertos padecimientos (Lazcano et al., 2020).

        A partir de los corales blandos se han aisalado terpenoides, compuestos con características antiinflamarorias, antirumorales, anti-virus de inmunodeficiencia humana (VIH), antimaláricas, antituberculosas y contra úlcera gástrica (Lazcano et al., 2020).

        Las sustancias como la pseudopterosina, la eleutherobina y la sarcodictina tienen actividad antiiglamatoria y estan en fase preclínica que podrían se utilizados como antipiréticos, capaces de bajar la fiebre. Por otro lado, hay una mayor variedad de compuestos terpénicos, que cuentan con una actividad contra líneas celulares cancerosas, como es el cáncer de mama y de pulmón. En algunos corales blandos y en medusas también se han localizado sustancias que bloquean la entrada del VIH a las células T, proporcionando una nueva fuente de antirretrovirales (Lazcano et al., 2020).

        Las anémonas sintetizan péptidos de bajo peso molecular, que afectan sobre todo los canales iónicos de sodio y de potasio regulados por voltaje, pero recientemente se descubrió que, podrían afectar los canales de calcio (Lazcano et al, 2016). Todos los péptidos son toxinas letales cuando se administran a insectos, crustáceos o ciertos mamíferos como los ratones. Sin embargo, modificadas químicamente o en dosis adecuadas pueden emplearse con propósitos médicos. Por ejemplo, una toxina aislada de la anémona Stichodactyla helianthus bloquea los canales iónicos permeables a potasio KV1.3, implicados en la activación y proliferación de los linfocitos T humanos. Si mediante esta toxina es viable bloquear a estos linfocitos, entonces, se podría aprovechar para combatir enfermedades autoinmunes, por lo que ahora se encuentra en fase clínica para tratar la esclerosis múltiple (Chi et al., 2011).

Ya que los canales iónicos están implicados en muchos procesos fisiológicos, así como en enfermedades y padecimientos como la leucemia, la esclerosis múltiple, la obesidad o hasta la infertilidad, resulta factible decir que, al encontrar la molécula adecuada para regularlos, se avanzará en el diseño de nuevos medicamentos para tratar éstas y otras patologías (Lazcano et al., 2020).

Por otro lado, los arrecifes de corales duros son uno de los ecosistemas más diversos y valiosos del planeta, a que albergan alrededor de una cuarta parte de todas las especies marinas. Además, protegen el litoral y suponen una fuente básica de alimentación e ingresos para unos 500 millones de personas en todo el mundo (Paulick, 2010).

Cuando el coral se encuentra sometido a condiciones estresantes, tanto de origen natural como antropogénico, suele perder las zooxantelas y la colonia adquiere una coloración blanca; este fenómeno se conoce como “blanqueamiento” (Jones, 2008). En el Pacífico oriental tropical se observó que cuando la temperatura superficial del mar aumenta al menos 1°C por encima del promedio anual del mes más cálido (agosto o septiembre) se presenta blanqueamiento en los arrecifes (Carriquiry et al., 2001; Glynn et al., 2001). En conclusión, este fenómeno provoca la degradación o incluso la muerte de las agregaciones de colonias y esto trae consigo graves consecuencias ecológicas para las comunidades de peces e invertebrados (Bruno et al., 2003).

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