Inicios de la revolucion industrial

Inicios de la revolucion industrial.

La primera Revolución Industrial tuvo lugar en Reino Unido a finales del siglo XVIII; supuso una profunda transformación en la economía y sociedad británicas. Los cambios más inmediatos se produjeron en los procesos de producción: qué, cómo y dónde se producía. El trabajo se trasladó de la fabricación de productos primarios a la de bienes manufacturados y servicios. El número de productos manufacturados creció de forma espectacular gracias al aumento de la eficacia técnica.

En parte, el crecimiento de la productividad se produjo por la aplicación sistemática de nuevos conocimientos tecnológicos y gracias a una mayor experiencia productiva, que también favoreció la creación de grandes empresas en unas áreas geográficas reducidas. Así, la Revolución Industrial tuvo como consecuencia una mayor urbanización y, por tanto, procesos migratorios desde las zonas rurales a las zonas urbanas.

Petróleo, líquido oleoso bituminoso de origen natural compuesto por diferentes sustancias orgánicas. También recibe los nombres de petróleo crudo, crudo petrolífero o simplemente "crudo". Se encuentra en grandes cantidades bajo la superficie terrestre y se emplea como combustible y materia prima para la industria química. Las sociedades industriales modernas lo utilizan sobre todo para lograr un grado de movilidad por tierra, mar y aire impensable hace sólo 100 años. Además, el petróleo y sus derivados se emplean para fabricar medicinas, fertilizantes, productos alimenticios, objetos de plástico, materiales de construcción, pinturas y textiles, y para generar electricidad.

Montesquieu

Defendió el principio de la soberanía popular. Para él la soberanía reside en el pueblo y no en el rey quien solo es su representante en el gobierno. Así mismo, sostuvo el derecho que tiene la población al sufragio. También propone en su magistral obra “El espíritu de las leyes”, la división tripartita del poder en legislativo, ejecutivo y judicial. Dicha obra es una síntesis magnifica de los ideales y objetivos del siglos de la ilustración, y quienes se ocupaban de encontrarle solución a los problemas sociales, encontraron en ella puntos concretos de reforma. Montesquieu hace demoledoras críticas al despotismo del régimen absolutista; fustiga el abuso y los privilegios de la aristocracia (clase a la cual el mismo pertenecía), la ambición de los cortesanos y el afán de dominio del clero.

Rousseau

En su obra “El contrato social”, plantea la tesis del <>, mediante el cual el hombre por libre voluntad delego su poder de gobernarse, dando lugar a la sociedad humana que se encuentra regida por instituciones que la representan. Como dicho pacto tenía carácter de contrato tanto gobernantes como gobernados tenía el deber de respetarlo y compartirlo. Como Montesquieu, defiende la soberanía popular y lo derechos básicos del hombre y sostiene que el gobierno está en la obligación de garantizar la libertad e igualdad. Afirma que la voluntad del pueblo debe expresarse siempre mediante el voto y que esta voluntad necesariamente justa debe prevalecer sobre cualquier otra consideración.

Voltaire

Expreso mejor que nadie el espíritu de su siglo. Su conducta y sátiras feroces dirigidas contra el régimen absolutista lo llevaron en dos ocasiones a la prisión de la Bastilla y al destierro. Voltaire fue el crítico más demoledor de su tiempo. Confiaba en la posibilidad del perfeccionismo del hombre, en el poder de la razón y la inteligencia a partir de lo cual podría quizás, llegarse algún día a la abolición de la esclavitud y así acabar con la corrupción y decadencia de la humanidad era partidario de una constitución que limitara los derechos del rey, y de la supresión de los privilegios y de la nobleza y clero.

Crisis del absolutismo

En el absolutismo, el estado esta personificado en la figura del rey. Es un régimen político administrativo en el cual el monarca concentra todo el poder y ejerce la autoridad en forma arbitraria y muchas veces despótica. El rey hace las leyes, dirige la administración de la justicia, administra las rentas, fija los impuestos, declara la guerra, etc.

El descontento popular ocasionado por estas medidas injustas y por la intolerancia de los monarcas, ante los requerimientos de cambio, que refleja los principios filosóficos y políticos de la ilustración. Dichos principios encierran fuertes críticas al absolutismo y abogan por reformas políticas y sociales sustanciales, tendentes a beneficiar a las capas más desprotegidas y necesitadas de la sociedad. Es así como el absolutismo entra en una etapa de decadencia, que con duce a la crisis final de las estructuras que lo sostienen, cuyo cenit es la irrupción de la Revolución Francesa en el panorama europeo.      

La Revolución Francesa

La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.

Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía constitucional durante 71 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida en que lo derrocó con un discurso capaz de volverlo ilegítimo.

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