La Capa De Ozono
Enviado por jlvdols • 20 de Diciembre de 2012 • 2.093 Palabras (9 Páginas) • 527 Visitas
Introducción.-
Durante millones de años, las moléculas de Ozono han salvaguardado la vida sobre nuestro planeta. Pero a partir del siglo pasado, el hombre ha puesto en peligro la capa de Ozono.
Aunque las moléculas de Ozono juegan un papel vital en la atmósfera, se trata de un compuesto relativamente poco abundante . Por cada millón de moléculas de aire, menos de diez son de Ozono.
El 90% del total de las moléculas de Ozono de la atmósfera se agrupan en la estratosfera, capa situada entre los 10 y 40 Km sobre la superficie terrestre. El Ozono aquí situado absorbe parte de la radiación ultravioleta proveniente del Sol y perjudicial para la vida en la superficie del planeta. Este Ozono es el amenazado por algunos contaminantes químicos que hemos estado liberando en la atmósfera.
Cerca de la superficie del planeta, el Ozono muestra su lado destructivo. Al reaccionar fuertemente con otro tipo de moléculas puede dañar los tejidos de plantas y animales. El Ozono en la troposfera, contribuye también a elevar la temperatura sobre al superficie de la Tierra en lo que se ha denominado “Efecto Invernadero”.
Aunque el Ozono que aparece en la superficie y en la estratosfera sean la misma molécula, su efecto es bien distinto en un lugar o en otro, de ahí el intento por preservar adecuadamente la capa de ozono estratosférica.
¿Qué es el ozono y donde se origina? En el origen, su denominación griega significa “olfato” y es debido a su olor agrio que le distingue rápidamente. Cada molécula contiene tres átomos de oxígeno. En la estratosfera las moléculas de ozono se crean constantemente en reacciones químicas activadas por la energía del Sol.
La elaboración del Ozono comienza con las moléculas de Oxígeno (O2). Bajo la acción de la radiación solar, algunas moléculas de O2 se parten liberando átomos de Oxígeno, fuertemente reactivos y por lo tanto entrando en reacción con otras moléculas de oxígeno formando la de Ozono (O3), figura 1.
Figura 1
Al mismo tiempo que la energía del sol produce nuevo ozono, estas moléculas de gas son destruidas continuamente por compuestos naturales formados por nitrógeno, hidrógeno y cloro. Tales productos químicos se encuentran en la estratosfera, en pequeñas cantidades, antes de que el hombre comenzara a contaminar el aire. El nitrógeno se crea en los suelos y océanos, el hidrógeno procede principalmente del agua atmosférica en forma de vapor, y el cloro procede igualmente del mar.
La concentración de ozono en la estratosfera es producto de un balance de fuerzas creadoras y destructivas. El nivel de ozono en la estratosfera debe de mantenerse constante, actuando en régimen permanente.
En la estratosfera, la concentración de ozono varía ligeramente, reflejando ligeras variaciones sobre el punto de equilibrio entre la formación y la destrucción. Estas fluctuaciones son debidas a variados procesos naturales tales como: ciclos estacionales, erupciones volcánicas, cambios en la intensidad del sol, y otros menos importantes.
Durante millones de años este equilibrio se ha mantenido sin apenas alteraciones importantes, pero los seres humanos hemos trastocado este delicado balance.
Al contaminar con compuestos químicos con contenido en cloro, hemos aumentado la fuerza destructiva del ozono, lo cual a conducido a la disminución de la concentración de ozono en la estratosfera. Hemos perforado en el aliviadero del depósito antes referido y el nivel a disminuido.
Nadie soñó que la actividad humana amenazara al capa de ozono hasta que a mediados de 1970 los científicos descubrieron la sorprendente situación.
Científicos como Harold Johnston y Paul Crutzen examinaron las emisiones de aviones supersónicos. Rápidamente se llegó a la conclusión de que la emisión de nitrógeno en la estratosfera, zona en donde se alcanzan velocidades mayores debido a la ausencia de turbulencias, entraría en reacción con el ozono destruyendo rápidamente este compuesto y afectando al equilibrio de su concentración.
En 1974 aparecen los primeros titulares en algunos periódicos haciendo mención a la amenaza de destrucción de la capa de ozono. Al mismo tiempo los científicos citan como compuestos químicos causantes del deterioro de la capa de ozono a los clorofluorocarburos (CFCs), comúnmente utilizados en los clásicos aerosoles. Los compuestos CFCs fueron descubiertos en 1920 y contienen cloro, flúor y carbono formando estructuras estables.
Durante décadas, el uso de los CFCs se mostró tremendamente eficaz y por lo tanto ideal para muchos propósitos. No son tóxicos, ni corrosivos, ni inflamables y además prácticamente no reaccionan con ningún otro compuestos. A causa de estas propiedades tan especiales, han sido los compuestos químicos por excelencia en los sistemas de refrigeración y aire acondicionado. Los CFCs también tienen unas propiedades de aislante térmico excelente, por lo que los fabricantes los añaden en las espumas de polietileno y poliuretano que se utilizan como aislantes térmicos.
La mayoría de los científicos no se habían preocupado de cómo afectaría a la atmósfera este tipo de compuestos. Pero dos químicos, F. Sherwood y Mario Molina, comenzaron a considerar esta posibilidad y descubrieron algo dramático. Las moléculas de CFCs liberadas en la atmósfera al ser excitadas por la energía del sol liberan gran cantidad de cloro que se deposita en las capas más altas de la atmósfera. Esta gran cantidad de cloro en la estratosfera es superior a la que naturalmente es aportada en forma de cloruro de metilo por los océanos y por lo tanto esa mayor cantidad de cloro en estas capas entra en reacción con las moléculas de ozono procediendo a la destrucción masiva y acelerada de este compuesto.
Según los pronósticos de Rowland y Molina cada átomo de cloro podría destruir 100.000 moléculas de ozono. El uso masivo de los CFCs durante décadas hizo suponer que la concentración de ozono en la estratosfera podría estar disminuyendo.
Cualquier reducción en el nivel de ozono, ya sea por los gases de la combustión de los motores de los aviones a reacción o bien sea por los CFCs, permitiría que la luz ultravioleta del sol alcanzara la superficie de la Tierra con las consecuencias tan negativas para la vida en nuestro planeta. La exposición a la luz ultravioleta desencadena procesos de cáncer de piel, cataratas, daños en cosechas agrícolas, plantas así como en animales.
De tal manera se sucedieron estos acontecimientos a partir de 1970, que los políticos abandonaron la idea de construir flotas
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