La Ciencia Y La Tecnología Como Recurso Para Impulsar El Desarrollo De México

Introducción

La ciencia y la tecnología juegan un papel importante al hablar de desarrollo económico, social y educativo de un país. En el caso de México, existe aún desconfianza para tomar en cuenta a la ciencia y tecnología como alternativa para lograr desarrollo y estabilidad en estos ámbitos. Deben converger hacia un mismo objetivo, instituciones de educación superior, empresas, gobierno y sociedad; para así buscar posibles soluciones a problemáticas de cada sector y obtener beneficios.

En el presente ensayo, analizaremos cómo está situado México en ciencia y tecnología. Siendo un país tercermundista, ¿qué es lo que se está haciendo y qué falta por hacer en esta materia?

La Ciencia: Una Máquina Voraz que se Alimenta de Ignorancia y la Transforma en Conocimiento.

La evolución en los seres humanos ha tenido impacto en sus capacidades cognitivas, sin ignorar la influencia del desarrollo sociocultural en la diferenciación de tales capacidades. El término analfabetismo designa la condición de aquel que no sabe leer y escribir; y por analfabetismo funcional entendemos la condición de quienes, aún sabiendo leer y escribir, no comprenden lo que leen o no tienen la capacidad de poner por escrito alguna idea o algo que quieran comunicar.

En forma análoga se designa como analfabeto científico a quien desconoce lo que es la ciencia y sus métodos (Cereijido, 2009). En nuestros días la distribución desigual de la ciencia moderna entre las naciones, nos ha colocado al borde de la extinción. La inversión en ciencia y tecnología innovadora y su adopción son cruciales para mejorar las poblaciones y estimular a las economías emergentes y los países en desarrollo. Sin embargo, la manera en que un determinado país en desarrollo elija impulsar la producción de conocimientos dependerá de la infraestructura de investigación y comercialización existente y son quienes menos pueden permitirse desperdiciar recursos valiosos en diagnósticos y tratamientos ineficientes (Hardy, et al. 2008). Algunos países están haciendo un esfuerzo realmente excepcional por divulgar la Ciencia, pero jamás divulgan qué es la Ciencia, cuál es su estructura, cómo funciona y por qué Latinoamérica no la tiene.

El analfabetismo científico prevaleciente en los países subordinados, como México, ha sido fomentado intencionalmente por las naciones dominantes como una forma de asegurar su hegemonía económica, política y cultural (Cereijido, 2009). Los hallazgos en materia de Ciencia y Tecnología, son pertinentes para los líderes de las instituciones dedicadas a la investigación; los políticos, especialmente de los ministerios de ciencia y tecnología, industria y comercio, y salud; los legisladores que consideran la inversión en investigación; los científicos individuales; los inversionistas y las pequeñas y medianas empresas del sector privado tanto de países industrializados como en desarrollo; y las organizaciones interesadas en la manera en que la ciencia y la tecnología, y particularmente las ciencias de la vida, pueden utilizarse para lograr y acelerar la seguridad de la salud y el desarrollo económico en general (Hardy et al. 2008).

México: Un País con Desarrollo y Retos en Ciencia y Tecnología

México ha comenzado el siglo XXI con pobre conciencia del valor de la investigación y desarrollo tecnológico. No se alcanza a valorar adecuadamente como elemento clave para defender y hacer crecer los negocios (Ríos, L. 2008).

Hoy todos los países desarrollados y los que han emergido como Taiwan, Corea, etc., le han apostado, como política principal, a su desarrollo económico y como pilar fundamental, a la investigación y a la innovación como base fundamental para generar su economía y bajo ese esquema se han transformado (Villanueva, 2012). Los mexicanos son optimistas respecto a los beneficios de la ciencia y la tecnología, coinciden que hay que hacer más para generar y aprovechar sus avances (Mier y Terán, 2011). México tiene que cambiar su actitud y tiene que convertir a los Consejos de Ciencia y Tecnología estatales e inclusive el CONACYT, en Secretarías de Investigación y Desarrollo o Secretarías de Investigación e Innovación, porque se está viviendo a nivel global una economía del conocimiento, en la que, a través de toda la infraestructura humana o capital humano que cuente con un amplio conocimiento, se debe saber vender todos los procesos de investigación y todos los procesos de innovación, ya que todo producto o proceso que ayude al bienestar, incrementará el nivel de vida, por lo que se debe combinar, no sólo la parte económica sino también el impacto social que la investigación y la innovación deben de darle a un estado (Villanueva, 2012).

Los estudios de caso en México, se enfocan en temas transversales principales: voluntad política, liderazgo institucional, economía basada en el conocimiento y retos (Hardy et al. 2008). No es fácil establecer un vínculo o articulación entre las instituciones de educación superior y las empresas. Un primer obstáculo, es que no se habla el mismo lenguaje entre éstas; por lo que tenemos que ayudar a que el empresario y el investigador hablen un mismo lenguaje. También el saber vender adecuadamente el conocimiento es importante, que la empresa sepa valorar lo que cuesta el conocimiento, que conozca que tiene que invertir para que luego pueda gozar de las mieles de nuevos productos de alto valor agregado.

Lograr esta vinculación entre la empresa y el gobierno, ha permitido que el conocimiento que se tiene en las instituciones generadoras de información científico-tecnológica o de “mentefectura” llegue a conocerse en el sector empresarial. El trabajo de articulación no sólo nace de necesidades empresariales, sino también del sector público, que apoyado con las instituciones educativas o centros de investigación del país, generan desarrollo de nuevas investigaciones y proyectos específicos con base a problemáticas sociales de la comunidad.

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