La investigación con embriones
Enviado por Michelle N • 26 de Noviembre de 2021 • Síntesis • 1.459 Palabras (6 Páginas) • 95 Visitas
Materia: Bioética
Reporte de lectura de La investigación con embriones
Los éxitos obtenidos respecto a la fecundación in vitro han dejado pendiente una serie de cuestiones que siguen siendo objeto de una fuerte controversia. Uno de estos puntos de discusión más álgidos es el destino que hay que dar a los embriones no transferidos al útero materno. Al respecto se mantienen dos posturas contrarias que consisten en una consideración sobre la creación de embriones para la investigación como una oportunidad para abrir un nuevo panorama en el desarrollo de las ciencias biomédicas; mientras, muchos son los que consideran que la creación, utilización y modificación de los embriones humanos con fines distintos a la reproducción violan principios morales y la obligación de buscar ante todo el beneficio del embrión humano objeto de la investigación.
Sobre la primera postura se mantiene una lectura de corte utilitarista, la cual considera la investigación y experimentación con embriones justificada siempre que los resultados, en forma de conocimientos y recursos terapéuticos, contribuyan al bienestar general. Esta perspectiva da prioridad a los intereses de las personas existentes por sobre los embriones humanos. El autor pretende demostrar la plausibilidad de ese argumento utilitarista y la necesidad de mantener cierta consistencia y coherencia con algunas convicciones morales alcanzadas hasta la fecha.
Para clarificar los márgenes de aquello que se considera un embrión humano es necesario delimitar el proceso de duración establecido desde la biología, el cual abarca un proceso de ocho semanas de duración que van desde la fecundación del óvulo por el espermatozoide hasta la constitución del feto 60 días después. Hablar de fecundación es hablar de la unión de dos gametos o células sexuales femenina y masculina con un solo juego de cromosomas cada una. Después de las primeras horas de esta fusión comienza la síntesis de ADN, dicha mezcla cromosómica se denomina singamia y significa el final de la fecundación y el comienzo del desarrollo embrionario. A partir de este momento nos encontramos con un nuevo organismo celular llamado cigoto, dicho organismo es poseedor de una dotación genética primitiva cuyo desarrollo acompaña a la formación del embrión.
Durante los tres primeros días, el cigoto se divide para convertirse en un organismo indiferenciado de células llamadas blastómeros. Las divisiones celulares se suceden en períodos espaciados de 18 horas y con cada segmentación los blastómeros se vuelven más pequeños. Hasta el estadio de 8 células, la diferenciación o especialización celular no tiene lugar y todas ellas son totipotenciales. De la información precedente se extraen dos consideraciones, a saber:
1.- Los blastómeros hasta un determinado momento ulterior, no tienen una determinación irreversible para especificar la construcción de sección específica alguna del embrión futuro.
2.- Si se extrae en esta fase una de estas células y se transfiere al útero de una mujer, podría completar su desarrollo y derivar en un ser humano.
Al final de la primera semana, el blastocito se adhiere al útero y comienza la implantación. En esta fase tiene lugar una serie de cambios importantes: la división de la masa celular interna en un disco con dos capas y la formación de la placenta. Al cabo de dos semanas, la línea primitiva está totalmente formada, lo cual marca el comienzo del desarrollo organizado denominado gastrulación. Los aspectos más importantes de la gastrulación tienen que ver con el origen de las tres capas embrionarias: el ectodermo, el mesodermo y el endodermo. Cada una de estas capas embrionarias deriva en tejidos y órganos específicos.
A partir de la tercera semana, el embrión crece hasta 2,3 mm de longitud y comienzan a aparecer los primordios que originarán los principales órganos. Entre seis y ocho semanas después de la fecundación, el embrión adquiere los rasgos externos propios de un ser humano y comienza a hablarse de feto. El hecho de que puedan reconocerse los órganos principales hacia las doce semanas no significa que hayan empezado a funcionar. Así, aunque la corteza cerebral ha empezado a crecer, las células nerviosas no son capaces de enviar o recibir ninguna señal neurológica y, por tanto, el feto no puede tener consciencia ni sentir dolor alguno.
Dicho lo anterior, es momento de considerar dos puntos fundamentales para comprender un proceso tan complejo como lo es el desarrollo del embrión humano. El primero es si el embrión, en los estados iniciales de su desarrollo, es un organismo individual. El otro, si es posible aislar algún acontecimiento que permita equiparar lo que el embrión es en una fase temprana del desarrollo con lo que será al final. En el primer caso se trata del problema de si el embrión temprano satisface los requisitos mínimos para considerarlo un organismo individual, en el segundo, se relaciona con el famoso argumento de la potencialidad.
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