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La redacción: concepto, características, sus fases


Enviado por   •  6 de Febrero de 2014  •  Tutorial  •  4.727 Palabras (19 Páginas)  •  562 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

UNIDAD XOCHIMILCO

DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

LA REDACCIÓN: CONCEPTO, CARACTERÍSTICAS, SUS FASES

Ensayo que presenta Alfredo Salazar Duque

al Concurso de Oposición para la plaza de Profesor Asociado

de Tiempo Parcial en la Unidad Xochimilco de la UAM

México, D.F., 27 de enero de 1999

1

LA REDACCIÓN: CONCEPTO, CARACTERÍSTICAS, SUS FASES

Por: Alfredo Salazar Duque

“En mis libros... busco ante todo claridad y no escribo sin una finalidad práctica.

Creo que quien lee debe sacar ideas aplicables a su vida diaria”. Luis Racionero.1

INTRODUCCIÓN: ESCRIBE CLARO QUIEN PIENSA CLARO

Todo proceso de aprendizaje -aprender a aprender- pasa por un ejercicio de construcción de

ideas y pensamientos, como requisito indispensable para luego comunicarlos verbalmente o

por escrito. Esto significa que, para expresarse con originalidad, se requiere organizar el

pensamiento; es decir, poner en orden los datos que se desea manejar en la presentación

oral o escrita de un asunto. Escribe claro, pues, quien piensa claro; y éste es el punto de

partida de todas nuestras propuestas académicas en el campo de la comunicación escrita,

que van desde talleres de lectura y redacción hasta la asesoría de trabajos de tesis, pasando

desde luego por el ejercicio de formación profesional para la práctica del periodismo y de la

comunicación social.

Esta visión del aprendizaje y de la comunicación es válida en el proceso de

formación profesional en cualquier área del saber científico, tecnológico o humanístico.

Pero nos interesa enfatizar su pertinencia y su atención imprescindible en el proceso

formativo de los futuros profesionales en el campo de las ciencias sociales y las

humanidades. Las observaciones que enseguida presentamos se inscriben en este contexto

de preocupación por la calidad de los productos escritos.

I.- CONCEPTO DE REDACCIÓN

Redactar -observa Hilda Basulto- es una actividad comunicativa de primer orden, que

implica un estado cultural avanzado de quien la ejercita.2 Como no se trata de un acto cuyo

dominio se practica de manera mecánica, sino de un proceso de construcción de

1 Racionero, Luis, El arte de escribir. Emoción y placer del acto creador, p. 156

2

productos escritos, su aprendizaje y su práctica demandan un cuidadoso proceso de

elaboración de su materia prima -el pensamiento- y de su forma de expresión o

presentación por medio de textos escritos. De esta concepción dialéctica de la escritura -que

vincula el pensar con el escribir- deriva la necesaria y estrecha relación entre contenido y

forma, que todo redactor debe valorar como prioritaria y como eje de cualquier ejercicio

que se proponga realizar. En torno a ella giran, pues, las características o cualidades de la

buena redacción, que enseguida analizamos.

II.- CARACTERÍSTICAS DE LA BUENA REDACCIÓN

A.- Claridad

Característica primera de la buena redacción es la claridad. Si la intención de quienes

escribimos es que nos entienda un amplio público, esto nos exige claridad en las ideas y

transparencia expositiva; es decir -como indica Gonzalo Martín Vivaldi- “visión clara de

los hechos o de las ideas y exposición neta y tersa de los mismos”.3 A la claridad mental o

de ideas debe corresponder un lenguaje fácil, basado en palabras transparentes y frases

breves, con el firme propósito de que el pensamiento de quien escribe llegue a la mente del

lector desde la primera lectura del escrito; una relectura obligada del mismo estaría

mostrando su oscuridad o su rareza, en tanto que su relectura voluntaria o interesada

indicaría que ha resultado atractivo o importante para el lector.

Martín Vivaldi sostiene, además, que claridad significa expresión al alcance de un

hombre de cultura media y, por tanto, quiere decir: pensamiento diáfano, conceptos bien

digeridos y exposición limpia, con sintaxis correcta y vocabulario o léxico al alcance de la

mayoría, ni preciosista ni demasiado técnico. En otras palabras, a las ideas claras debe

corresponder una construcción de la frase basada en un orden lógico y sin palabras

rebuscadas4.

Por su parte, Roberto Zavala Ruíz propone como primera obligación doméstica de

la redacción “comunicar el pensamiento del autor, siguiendo un orden lógico o atendiendo

al interés psicológico que lleva a destacar algunos elementos y a iluminar a media luz los

2 Basulto, Hilda, Curso de Redacción Dinámica, p. 25

3 Martín Vivaldi, Gonzalo, Géneros Periodísticos, p. 28

3

menos importantes”.5 Sostiene que quienes mejor manejan el idioma saben que la mejor

palabra es la que entiende la mayoría; que la claridad implica el empleo de términos de uso

común, y que esto no significa emplear un lenguaje corriente en el sentido peyorativo de

esta palabra. Y aclara que, aunque los libros técnicos y científicos requieren un vocabulario

propio -una jerga conocida y reconocida por minorías-, incluso esos textos se pueden y

deben escribir con un lenguaje general, entendible para lectores medianamente instruídos.

Por supuesto, subraya, la claridad obliga a escribir oraciones claras que formarán párrafos

claros, así como a hilvanar esos párrafos de la mejor manera. A esto contribuye -

agregamos- el empleo adecuado de las expresiones de conexión lógica, que en nuestras

sesiones de aprendizaje identificamos como “frases de pegamento” porque sirven para darle

ilación y coherencia al escrito.

B.- Concisión

Otra obligación de la prosa, como señala Zavala Ruíz, es la concisión, virtud o cualidad que

consiste en decir lo más con lo menos, ahorrar palabras y evitar lo innecesario. El autor nos

invita, con Azorín, a no entretenernos y destaca que ser conciso exige precisión en el

lenguaje, combatir el exceso verbal y el regodeo, y acabar con las imprecisiones “que tratan

de explicar a sus amigas, las vaguedades”.6

Sobre esta segunda cualidad de la buena redacción, Martín Vivaldi anota que sólo

debemos emplear aquellas palabras que sean absolutamente precisas para expresar lo que

queremos decir. Conciso no quiere decir lacónico sino denso: “estilo denso es aquél en que

cada línea, cada palabra o cada frase están preñadas

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