Lecciones de sismos de México, 19 de septiembre de 1985 y 2017

Lecciones de sismos de México: 19 de septiembre de 1985 y 2017.

Carlos Rivas

Los sismos que afectaron a la Ciudad de México y localidades aledañas en 1985 y 2017, dejaron experiencias inéditas y reafirmaron conocimientos en ingeniería sismoresistente. El de 1985 se originó en las costas del Océano Pacífico, a 400 km de Ciudad de México, con una concentración de colapsos en edificaciones erigidas sobre terreno blando. La aceleración registrada en estos depósitos se triplicó a la esperada según la norma de 1979. En este evento se comprendió que se puede obtener ventaja a la velocidad de propagación de las ondas sísmicas, para ganar segundos extras de evacuación; por ello, desarrollaron un sistema automatizado de alerta sísmica con sensores a lo largo de la falla costera del Pacífico y así proporcionar unos segundos o minutos de aviso para evacuar las edificaciones. El sismo de 2017, de magnitud 7.1, tuvo epicentro a solo 150 km de la capital. En esta oportunidad, edificaciones reforzadas después del evento de 1985 tuvieron un buen comportamiento y edificaciones nuevas ya consideraban los efectos de sitio. Sin embargo gran parte de los colapsos se produjeron por vicios constructivos.

De forma general, se entendió lo imprescindible de proveer resistencia y ductilidad a las estructuras, con secciones adecuadas para resistir la fuerzas sísmicas y distribuciones suficientes de acero de refuerzo con separaciones pequeñas, remates a 135 grados en las ligaduras y estribos, y evitar la concentración de cabillas empaquetadas en las esquinas de las columnas, ya que todo esto originan fallas a compresión, por cortante y desprendimiento del concreto. Las ligaduras en los nodos de unión viga-columna son indispensables para sumar ductilidad al edificio. En cuanto a rigidez, se evidenció que las losas planas propician el efecto P-Delta y la mampostería de bloque de concreto debe considerarse como parte de la estructura, ya que estos aumentan la rigidez del conjunto y restringen la deformación de vigas y columnas; también su colapso parcial puede hacer que se desplacen los centros de gravedad y rigidez, propiciando efectos torsionales excesivos. Los impactos entre edificios colindantes causaron daños importantes por lo que es esencial un retiro mínimo entre ellos.

Referencias

Colegio de Arquitectos de Japón (1996). Daños causados por el sismo de Michoacán de 1985. Centro Nacional de prevención de desastres, México.

Grupo de trabajo del Servicio Sismológico Nacional, UNAM. (2017). Reporte especial: Sismo del día 19 de Septiembre de 2017, Puebla-Morelos (M 7.1). Servicio Sismológico Nacional, México.

Vásquez, A. (1997). La evolución de la construcción en México, como consecuencia del sismo de 1985. Academia Mexicana de Ingeniería, México.

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