Ley de anticipación
Enviado por tamimolina • 30 de Abril de 2013 • 532 Palabras (3 Páginas) • 354 Visitas
d) Ley de anticipación.
Toda necesidad que por su naturaleza corre riesgo de no poder ser satisfecha con urgencia, aparece anticipadamente. Es decir, antes de que esté en peligro la vida. De ahí que el hambre se manifieste mucho antes del momento en que pudiéramos perecer de inanición. Ciertos ayunadores pueden resistir tres semanas sin comer. ¡Se podría, por tanto, decir que comemos con tres semanas de adelanto! Por idéntica razón cabe afirmar que dormimos con una anticipación de tres o cuatro días. Fácil es comprender la razón de ese tiempo de margen entre la percepción subjetiva y la necesidad orgánica objetiva: sirve para que el individuo no sea cogido por sorpresa. Es evidente que si no sintiéramos hambre más que unos segundos antes de morir de inanición, pocas veces lograría satisfacerse dicha necesidad y salvar la vida.
Esta ley de anticipación (que está en cierto modo incluída en la de extensión de la vida mental) nos permite comprender cuál es la verdadera función de ésta: función de previsión. El pensamiento sirve para preparar la acción. Dicha ley nos hace además comprender el lugar que ocupa la vida mental en relación con las necesidades vitales del organismo: es un aparato de señales.
Se podría representar nuestra actividad global como dividida en dos zonas:
Una zona profunda, zona vegetativa y orgánica, cuyos procesos se desarrollan automática e inconscientemente. Es la zona de las verdaderas necesidades o necesidades endógenas.
La otra zona está en comunicación más íntima con el mundo exterior, zona psicológica, más inestable y que manifiesta también rupturas de equilibrio. Necesidades, pero necesidades por anticipación, necesidades despertadas gracias a los agentes exteriores. Se la podría llamar zona de los apetitos o de las necesidades exógenas. La vista de una fruta jugosa despierta en nosotros un apetito, en tanto que la zona vegetativa no siente todavia ninguna necesidad orgánica.
Es en esta última donde reside la curiosidad, que es también un apetito, por manifestarse cuando no tenemos necesidad: es el saber para obrar.
Ser curioso es desear saber por anticipación -por prever una situación que quizá no se presente jamás-. Observamos curiosamente en un telescopio los cráteres de la luna; pero, ¿cuándo realizaremos un viaje a dicho satélite que haga realmente útiles tales conocimientos de geografía astral? Decía hace un momento que comemos con tres semanas de anticipación. ¡¡Los sabios que cultivan la ciencia por la ciencia misma son individuos que piensan con años, quizá con siglos, de anticipación!!... ¿Y los metafísicos?
e) Ley del interés momentáneo.
Dice así: Un organismo actúa en cada instante siguiendo la línea de su mayor interés. He podido comprobar en un perro de San Bernardo cómo la necesidad de libertad (necesidad o instinto del cual apenas se habla y que, sin embargo,
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